14/11/08

Entretelones de la caída del general estrella del gobierno

En apenas 16 días el General Raúl Gloodtdofsky celebrará su cumpleaños número 55. Muchos creen que para el hasta ahora mejor remunerado de todos los miembros del generalato uruguayo, después del relevo dispuesto el lunes 5 por el gobierno, el arresto a rigor es un hecho consumado.

20 mil dólares al mes le pagaba la ONU a Gloodtdofsky por sus servicios como segundo Comandante en Haití.

Es casi seguro que el arresto a rigor lo espere cuando regrese de Puerto Príncipe con sus maletas, y un Tribunal de Honor que deberá someterse (y que sería condenatorio) optaría por solicitar el retiro anticipado. Legalmente Gloodtdofsky debe dejar el servicio activo en febrero de 2014. Hasta hace pocas semanas el nombre de este joven General circulaba con insistencia como un posible futuro Comandante en Jefe del Ejército. Era la alternativa que muchos en la esfera gubernamental manejaban ante un hipotético relevo del hoy Jefe de la fuerza de tierra, Teniente General Jorge Rosales. En los últimos años protagonizó una de las carreras militares más brillantes. Parecía una verdadera roca de granito, indestructible a los juegos de presión que se producen en el ámbito castrense.

Miembro de una familia de militares, todos del arma de caballería (su padre, hoy fallecido, el Coronel Raúl Gloodtdofsky, fue quien concibió el proyecto Tacoma; su hermano, Eduardo, con el mismo grado que su progenitor, es el actual inspector de esta arma), se transformó en los últimos años en el referente de mayor confianza del Teniente General Ángel Bertolotti. Cuando éste estuvo al frente de la División III lo designó como segundo Comandante; y cuando en 2005 pasó a comandar el Ejército, Gloodtdofsky se convirtió en el Jefe de su Estado Mayor Personal (EMP).

Simpático, dicharachero, pasó a ser la sombra de Bertolotti, especialmente en aquella coyuntura en que los propios militares investigaron su pasado en materia de violación a los derechos humanos en el ciclo autoritario (1973-1985) y entregaron sus informes al Presidente Tabaré Vázquez.

Esto ocurrió en medio de tensiones internas. Bertolotti y su entorno fueron entonces blanco de durísimas críticas de los sectores más duros, para los cuales aquella "revisión" implicaba "una traición" a las propias Fuerzas Armadas. Ése sigue siendo hasta hoy el discurso de grupos internos que actúan en la sombra, como la legión Tenientes de Artigas, uno de cuyos exponentes, el General Iván S. Paulos, acaba de declarar ante un juzgado penal.


El espirómetro verde
En aquel tenso 2005, cuando la Justicia ingresó a los cuarteles para buscar in situ restos de detenidos desaparecidos, Raúl Gloodtdofsky fue, como Coronel y Jefe del EMP, una pieza clave de aquel operativo. Era, como lo reconocían todos en el Ejército, "los ojos y oídos" del Comandante Bertolotti y también del secretario de la Presidencia de la República, Gonzalo Fernández, con quien estableció estrechos contactos que a la postre le resultaron políticamente muy redituables.

A nadie le extrañó, entonces, que a la hora de los ascensos la lista de los cinco primeros generales del gobierno progresista estuviera encabezada por Gloodtdofsky, quien en febrero de 2006 lució las palmas de General. Bertolotti se retiró, pero quedó Gloodtdofsky y el gobierno lo designó al frente de la Casa Militar de la Presidencia de la República, que ocupa todo el piso ocho del Edificio Libertad. En el séptimo están las oficinas del Presidente Tabaré Vázquez y del secretario Gonzalo Fernández.

El simpático General gozaba de la mayor confianza y tenía por delante una carrera áurica. Su retiro debía producirse recién en febrero de 2014. Era mucho lo que sabía (alférez desde el 15 de noviembre de 1979), la actual administración lo ubicada entre los Jefes militares más leales. En los medios militares era empero voxpopuli que su flanco débil era el whisky escocés.

En la segunda mitad de 2006 Naciones Unidas le ofreció a Uruguay cubrir con alguno de sus generales el cargo de segundo Comandante de la misión de paz del organismo mundial en Haití (Minustah). El gobierno aceptó la alta distinción y designó a Gloodtdofsky, que el 29 de setiembre asumió sus nuevas funciones, relevando a un General chileno que ocupaba ese rol desde hacía un año.


Arrancó bien
El flamante General se convertía de este modo en el subComandante de una fuerza militar multinacional muy poderosa y sus ingresos mensuales, en dólares, se multiplicaron de manera impensable, lo que le proporcionó una gran capacidad de ahorro. El retiro, además, estaba distante: febrero de 2014.

Este panorama auspicioso se alteró súbitamente en la noche del 24 de octubre pasado, cuando un informativo de la televisión (Telemundo, de Canal 12) dijo que en una reunión militar privada en Haití cumplida el 12 de octubre (día de la caballería), un Gloodtdofsky desencajado por el alcohol descalificó el papel de la Armada y de la Fuerza Aérea en las investigaciones sobre los desaparecidos, señaló que el Ejército había quedado solo, que llegada la hora cobraría estas facturas y, según esta información, definió al gobierno como "marxista".

El gobierno se enteró de todo esto a través de la televisión. Y el impacto fue mayúsculo. ¿Qué estaba diciendo su General de confianza? ¿Ese Gloodtdofsky era el mismo que estuvo junto a Bertolotti en los momentos tensos de 2005? ¿Quedaba al descubierto, de pronto, un juego de doble personalidad en aquel Comandante de dos estrellas? ¿Era aquello parte de la campaña de desprestigio lanzada por los sectores más duros del Ejército contra Bertolotti? Las preguntas pasaban del Edificio Libertad al Ministerio de Defensa Nacional. Nadie sabía nada. Y empezaron las indagaciones oficiales para desentrañar la verdad.

El propio General fue llamado de urgencia a Montevideo. Un oficial superior de la Armada viajó a Haití intentando reconstruir lo que había ocurrido realmente. Mientras esto pasaba, la versión de prensa se extendió como reguero de pólvora al resto de los medios de comunicación. Gloodtdofsky pasó a ser tapa de los diarios. En los informativos centrales de la televisión y de las radios, el General de apellido difícil de pronunciar, era una referencia permanente.

El pasado lunes 5, el gobierno decidió: relevar a este General en su misión en Haití, aplicar una sanción que oscilaría entre los 8 y los 15 días de arresto y someterlo a un Tribunal de Honor. En el Ejército se especula con su posible retiro. En caso contrario, quedaría sin destino (en la bolsa). Una alta fuente militar comentó a CARASyCARETAS que esta situación puede extenderse a lo largo de años. Indicó que durante todo el gobierno del blanco Luis Lacalle (1990-1995) un brigadier General de la aeronáutica (Ramírez González) permaneció en su casa, sin destino. ¿Será ésta la suerte de este General, que lucía un futuro tan promisorio?


El alcohol me pone nostálgico
Pero ¿qué fue lo que pasó en la reunión de camaradería entre militares celebrada el 12 de octubre?, ¿qué fue lo que en realidad dijo Gloodtdofsky? CARAS y CARETAS intentó rearmar la trama sobre la base de informaciones reunidas en el ámbito del Ministerio de Defensa Nacional y en los comandos de las Fuerzas Armadas. Por el momento, y hasta el cierre de esta edición, el militar rehusó hacer comentarios públicos, aunque en Montevideo respondió a investigaciones oficiales y habló con los responsables políticos de la defensa en el actual gobierno.

Según las versiones, el viernes 12 de octubre, día de la caballería, Gloodtdofsky reunió en Fort Liberté a un grupo de oficiales uruguayos. Nada hacía presagiar lo que ocurriría después. Alrededor de las 22 horas, con los ánimos más entonados, un Gloodtdofsky notoriamente influido por el potente desinhibidor que es el alcohol, según aseguraron varias fuentes castrenses, empezó un diálogo con oficiales navales que pasó de la broma a la agresión y las amenazas. Todo arrancó cuando uno de los oficiales navales le dijo: "pero mire, General...", a lo que éste replicó: "yo soy mi General" (anteponer el "mi" es de estilo en el Ejército y la Fuerza Aérea, no en la Armada). Y la consiguiente contestación del marino: "Según nuestros reglamentos, no".

Y ahí emergió un belicoso General -en estado etílico acentuado- y claramente molesto con la Armada a cuyos miembros consideró, según las fuentes, "incapaces" (puso el ejemplo de la manera como se condujeron en ocasión de la tragedia del barreminas Valiente) y "traidores" (la Armada no informó cuando las investigaciones sobre derechos humanos y dejó solo al Ejército, que se la va a cobrar). Y un momento álgido se dio cuando, según los voceros castrenses, definió al gobierno de Tabaré Vázquez como "marxista", con aire despectivo. Fuentes del Ejército dijeron por su parte a CARASyCARETAS que nunca acuñó esta expresión.

Los oficiales navales tuvieron que soportar el estilo lanzallamas del General hasta la madrugada del sábado 13, pero dos de ellos (los capitanes Anselmo Borges y Jorge Leopard) redactaron un informe interno y lo enviaron por valija diplomática a Montevideo. El 18 de octubre, el Capitán Gerardo Cabot se enteró de todo y se lo comunicó al Jefe del Estado Mayor Naval, contralmirante Federico Lebel, que dio parte de inmediato al contralmirante Óscar Deballi, que estaba encargado del despacho del Comandante, ya que el titular, vicealmirante Juan Fernández, se encontraba en el exterior. Deballi es el prefecto nacional naval.


La investigación
Fuentes militares aseguraron a CARASyCARETAS que informalmente la noticia también circuló en los comandos de las otras ramas militares. Deballi consideró prudente aguardar el regreso de Fernández y no dio cuenta de nada en el ámbito del Ministerio de Defensa Nacional. Las subidas de tono de Gloodtdofsky tenían algunos antecedentes en los últimos meses, que en los círculos militares atribuían a la ingesta de alcohol.

Su comportamiento había llamado la atención tres veces en el correr de los últimos meses, dijeron las fuentes: cuando lo visitó el Jefe de la Inteligencia del Estado (Dinacie), el contralmirante Manuel Burgos; cuando concurrieron legisladores uruguayos a Haití, y en ocasión de una visita cumplida por el subsecretario de Defensa, el médico José Bayardi. En concreto, el gobierno se enteró de los sucesos de Haití el 24 de octubre. Investigó, sopesó los pasos políticos a dar, y decidió: 1) relevar a Gloodtdofsky, sancionarlo y someterlo a Tribunal de Honor; 2) sancionar al contralmirante Deballi, que debió informar de los sucesos al Ministerio de Defensa Nacional. Esto fue valorado como falta de lealtad institucional.

Y muchas preguntas quedaron, por ahora, sin responder. ¿Es éste un simple episodio de excesos alcohólicos y afirmaciones lanzadas al ruedo, sin mucho sentido acerca de lo que se estaba diciendo? ¿Es un síntoma de lo que piensa realmente este General, así como el entorno que rodeó al ex Comandante Bertolotti? ¿En qué medida este hecho relativiza las investigaciones hechas por el propio Ejército en 2005? ¿La difusión pública que el diálogo de Fort Liberté tuvo en la prensa es parte de una operación política de la ultraderecha militar? ¿Estos son los Generales en los que el gobierno de izquierda confía y coloca al frente, nada menos que de la jefatura de la Casa Militar de la Presidencia de la República?

Luis Casal Beck
Artículo tomado de la edición 341 del boletín Por la voz de Mumia Abu Jamal (www.comcosur.com.uy) correspondiente al 11 de Noviembre de 2007, y publicado originalmente por la revista Caras y Caretas.

No hay comentarios.: