Durante un período entre 1974 y 1977, la CIA mantuvo contacto con Manuel Contreras Sepúlveda, quien después sería conocido por sus abusos a los derechos humanos. La comunidad política del Gobierno de los Estados Unidos dio el visto bueno a la relación de la CIA con Contreras dada su posición como jefe de la principal organización de inteligencia en Chile y veía esta relación como necesaria para el cumplimiento de la misión de la Agencia, a pesar de ciertas reservas en el sentido de que esta relación podría abrir la puerta a que la CIA se viera acusada de apoyar la represión política interna. Desde el principio la CIA le dejó claro a Contreras que no apoyaría ninguna de sus actividades o de las actividades de su servicio que tuvieran el carácter de "represión política interna". En sus contactos con Contreras la CIA le instó a que se adhiriera a una circular de 17 de enero de 1974, emitida por el Ministerio de Defensa Chileno, en la que se exponían las directrices para tratar a los prisioneros de conformidad con la Convención de Ginebra de 1949.
La relación, si bien correcta, no era cordial ni fluida, especialmente una vez que surgieron pruebas del papel de Contreras en el abuso a los derechos humanos. En diciembre de 1974, la CIA concluyó que Contreras no iba a mejorar en el respeto a los derechos humanos. Sin embargo, la intervención de Contreras en el primer trimestre de 1975 de cara a la liberación de algunos miembros del PDC que habían sido arrestados y maltratados por otro servicio ofrecía una pequeña esperanza de que iba a usar su influencia para poner término a los abusos. Visto retrospectivamente, sin embargo, este esfuerzo de Contreras reflejaba probablemente la rivalidad entre los distintos servicios y su esfuerzo personal por hacerse con el control de la totalidad del aparato de inteligencia chileno.
En abril de 1975 los informes de inteligencia revelaban que Contreras era el obstáculo principal para que se adoptara una política razonable de derechos humanos dentro de la Junta, pero un comité inter agencias instruyó a la CIA para que continuara su relación con Contreras. El Embajador de los Estados Unidos en Chile urgió al Director de la Agencia, Walters, que recibiera a Contreras en Washington en aras del mantenimiento de las buenas relaciones con Pinochet. En agosto de 1975, con la aprobación de las inter agencias, esta reunión tuvo lugar.
En mayo y junio de 1975, elementos de la CIA recomendaron el establecimiento de una relación contractual con Contreras para obtener información basada en su valiosa posición y acceso a Pinochet. Esta propuesta fue denegada, invocando la política del Gobierno de los Estados Unidos en lo referido a relaciones clandestinas con el jefe de un servicio de inteligencia conocido por sus abusos a los derechos humanos. Sin embargo, un malentendido en la planificación temporal de este intercambio hizo que llegara a Contreras un pago.
Además de la información relativa a amenazas extranjeras, la CIA quería de Contreras información acerca de las pruebas aparecidas en 1975 sobre la existencia de una cooperación formal en materia de inteligencia a nivel del Cono Sur -la "Operación Cóndor"- basada en la cooperación para hacer el seguimiento de, y al menos en unos pocos casos asesinar, opositores políticos. En octubre de 1976 había información suficiente revelatoria de que la CIA decidió acercarse a Contreras para tratar este asunto. Contreras confirmó la existencia de Cóndor como una red de intercambio en materia de inteligencia pero negó que tuviera nada que ver con ejecuciones extrajudiciales.
El antiguo miembro del equipo de Allende y Embajador en Washington, Orlando Letelier, y su secretaria estadounidense, Ronni Moffit, fueron asesinados en un coche bomba en Washington el 21 de septiembre de 1976. Casi inmediatamente después del asesinato empezaron a circular rumores de que el responsable era el Gobierno chileno. El primer informe de la CIA que contenía esta alegación era de fecha 6 de octubre de 1976. Durante octubre de 1976 el Departamento de Justicia y la CIA estudiaron cuál sería la contribución de la CIA a los aspectos de la investigación judicial relacionados con su labor de inteligencia en el extranjero. En ese momento, se abordó el posible papel de Contreras en el asesinato de Letelier.
A finales de 1976 los contactos con Contreras fueron muy poco frecuentes. Durante 1977 la CIA se reunió con Contreras una media docena de veces; tres de esos contactos tenían por finalidad solicitar información sobre el asesinato de Letelier. El 3 de noviembre de 1977 Contreras fue trasladado a un servicio no relacionado con inteligencia, con lo que la CIA cortó relaciones con él.
No obstante, los informes de inteligencia de la CIA continuaron haciendo un estrecho seguimiento de las actividades de Contreras. Tras una corta pugna por mantener el poder, Contreras abandonó el ejército en 1978. En el ínterin, la CIA reunió información de inteligencia específica y detallada acerca de la implicación de Contreras en la disposición del asesinato de Letelier. Si bien parte de este material ha sido desclasificado, otra parte continúa siendo secreta y una tercera ha sido retenida a solicitud del Departamento de Justicia, que continúa con la investigación.
Leer: 9º Parte - Informes de Inteligencia
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