El 9 de setiembre, Elena Quinteros hubiera cumplido 63 años. Al igual que cualquier ser humano, durante su vida, ese día Elena sumó años a su vida.
Eso seguramente hizo Elena, durante 30 años. Los primeros junto a su madre y su padre en el barrio obrero de Jacinto Vera. Otros, después, con sus compañeras del colegio de las “Dominicas”. Luego, junto a algunos de sus compañeros de magisterio. Ya en los años convulsionados de los 60, junto a sus compañeros de la Resistencia Obrero-Estudiantil y la FAU. Luego, junto a los compañeros del Partido por la Victoria del Pueblo.
Algunos de esos aniversarios, trascurrieron en momentos muy especiales para Elena. Sus 25 años los cumplió en la cárcel de Cabildo. Y de creerle a las “verdades posibles” de la Comisión para la Paz, sus 31 años la encontró aún con vida en el Batallón 13 de Infantería.
Allí posiblemente, se le puso fin al transcurso de su tiempo y fue su último cumpleaños. En ese lugar Elena sufrió y resistió, porque aún allí era posible seguir resistiendo y seguir peleando.
Si esa parte de la “verdad posible” referida a la ejecución de Elena en los primeros días de noviembre de 1976, fuera cierta, probablemente “la Parda” se reencontró con la veintena de sus compañeros del P.V.P trasladados en el segundo vuelo y juntos fueron ejecutados cobardemente por la dictadura.
Para Elena, los años no pasan, se pasea aun con su sonrisa fresca o su seriedad respetuosa en los carteles que Tota ya no puede portar por las calles de este Montevideo, pero que, como solía decir el “Loco” Duarte, hoy levantan “manos amigas y brazos compañeros”.
Desde aquel 26 de junio y más precisamente desde su intento de conquistar la libertad del 28 de junio en la embajada de Venezuela, Elena sigue resistiendo.
Pero esta vez, Elena festejara su cumpleaños de la forma que seguramente nunca soñó. Cuando en una Escuela que lleva su nombre, los alumnos de 5to año B, siente la necesidad de elaborar en clase este poema:
A la maestra Elena Quinteros
Maestra Elena Quinteros
hasta hace poco no te conocía
sólo en la tele
tu nombre oía...
Poco a poco todos buscamos
y de tu vida nos informamos
fuiste muy fiel a tus ideales
¡tu sangre era de Orientales!
Sabemos todos que tu viviste
una vida diferente
y por ello desapareciste
aquel día muy tristemente.
Con tu nombre hoy nominamos
nuestra escuela181, la escuela de nuestra vida
todos los niños hoy te recordamos,
gracias Maestra querida.
Raúl Olivera
Blog Elena Quinteros
9/9/08
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