6/9/08

El "asesinato" del Presidente Salvador Allende.

En 1962 a la CIA se le concedió autorización para llevar a cabo proyectos de actividades encubiertas en apoyo al Partido Radical Chileno y al Partido Demócrata Cristiano (PDC). Estos programas se concibieron básicamente para ayudar a los partidos a atraer mayor número de seguidores, mejorar su organización y eficacia e influir en su orientación política de cara al respaldo de los objetivos de los Estados Unidos en la región. Un objetivo secundario de estos programas consistía en contribuir a los esfuerzos para dividir al Partido Socialista. A petición del Embajador de los Estados Unidos en Chile, con el apoyo del Departamento de Estado, el Grupo 5412 aprobó en 1963 una cantidad a hacer efectiva en un único pago al Frente Democrático. Los esfuerzos propagandísticos en favor de los medios públicos de comunicación consistieron básicamente en la financiación y orientación de las personas reclutadas en el seno de las estaciones de radio y periódicos chilenos seleccionados a tales efectos.

El 2 de abril de 1964, la Comisión 303 aprobó una campaña de acción política de cara a la preparación de las elecciones de 1964. El objetivo de la campaña era impedir que ganara el Dr. Salvador Allende, el candidato de la izquierda a la presidencia. El principal beneficiario de estos esfuerzos fue Eduardo Frei, del Partido Demócrata Cristiano. La campaña se montó sobre la operación encubierta previamente aprobada en 1962, incorporando un elemento de soporte para un grupo de mujeres militantes. En el mismo período, a la CIA se le encomendó promover la emisión unilateral continuada de cuñas de propaganda en los medios de comunicación para así orientar la opinión pública en contra de los partidos y candidatos de la izquierda. Para la fecha de las elecciones, la Comisión 303 había aprobado un total de 3 millones de dólares para evitar que Allende ganara. La victoria de Frei el 4 de septiembre de 1964 marcó un hito en el desempeño de la CIA en las elecciones chilenas.

El 5 de febrero de 1965, la Comisión 303 aprobó una nueva campaña de actividades encubiertas encaminadas a prestar apoyo a candidatos elegidos para las elecciones al Congreso del 7 de marzo. Por medio de esta campaña -diseñada y ejecutada en cooperación con el Embajador de los Estados Unidos en Chile- se autorizó a la CIA, mediante el uso de su ya existente infraestructura, a apoyar selectos candidatos al Congreso. La operación fue considerada un éxito y se la puso término el 30 de junio.

En 1965-66 se combinaron acciones previas de propaganda y la CIA estableció un proyecto de operación encubierta para promover la colocación de propaganda en los medios de comunicación chilenos. Este proyecto iba encaminado a orientar a la opinión pública en contra de los partidos y candidatos de la izquierda. El alcance de las actividades propagandísticas de la CIA en Chile se vio expandido en 1967, con la promoción de temas "anticomunistas" específicamente en contra de la presencia del Bloque Soviético en el país.

A pesar de todo, la izquierda chilena obtuvo éxitos políticos durante la presidencia de Frei. Como consecuencia de ello, a la CIA se le permitió en 1968-96 llevar a cabo operaciones propagandísticas adicionales con la intención de influir en los medios de comunicación chilenos. Esto pasaba por establecer un taller de propaganda y otros mecanismos para la colocación en prensa. Los temas propagandísticos incluían la amenaza que el Bloque Soviético representaba para la tradición democrática chilena, el peligro que suponían para el país los frentes de izquierda internos y la promoción de un liderazgo pro democrático en Chile. En julio de 1968, la Comisión 303 aprobó un modesto programa de actividades encubiertas, propuesto por el Embajador de los Estados Unidos, para influir en la composición del Congreso chileno mediante el respaldo a candidatos moderados en las elecciones al Congreso de marzo de 1969. Si bien los resultados fueron considerados como un éxito operativo, tanto la derecha como la izquierda radicales obtuvieron más escaños y aumentó la polarización en el escenario político chileno. Frei y sus candidatos moderados del PDC fueron los perdedores. Al programa de la CIA se le puso fin al término de las elecciones al Congreso.

A medida que se acercaban las elecciones presidenciales de 1970, Allende se perfilaba como candidato a la cabeza; varios partidos de izquierda continuaron reforzando la coalición de la Unidad Popular (UP). La Central se sirvió de algunas de las actividades encubiertas mencionadas más arriba para llevar a cabo una variedad de operaciones de propaganda y acción política destinadas a desacreditar a la izquierda. La Comisión 40 le dijo a la CIA que se concentrara en atacar a la coalición de la UP y que no apoyara a ningún candidato concreto a la presidencia. El objetivo era dividir a la izquierda y crear las condiciones para que un candidato no marxista ganara las elecciones. El 27 de junio de 1970 al Cuartel General se le ordenó que centrara la "operación de sabotaje" más directamente contra la candidatura de Allende. El plan consistía en alertar al pueblo chileno de los peligros de un régimen marxista bajo Allende.

A pesar del aumento de la financiación, como dispuso la Comisión 40, en agosto de 1970 aparece claro que la operación de sabotaje no estaba teniendo éxito y que Allende y la UP había reunido tal apoyo que Allende era sin duda el candidato favorito. La preocupación en las altas esferas de la Administración Nixon desembocó en el desarrollo de una iniciativa de operación encubierta más agresiva. Esta iniciativa contemplaba tanto la acción política (Plan de Acción I) como el golpe militar (Plan de Acción II) como formas de evitar la presidencia de Allende. El Plan de Acción I y el II transcurrieron simultáneamente hasta que el Congreso eligió a Allende el 24 de octubre.

El programa de acción política en consideración pedía a la Embajada y a la Central que influyeran en el Congreso chileno toda vez que éste debía hacerse cargo de la cuestión. Esto conllevaba el alentar al Congreso para que votara a Alessandri como Presidente a pesar del hecho de que Allende hubiera obtenido un número de votos ligeramente superior. (Allende ganó con el 36,3 por ciento de los votos el 4 de septiembre -una mayoría que no era la mayoría absoluta requerida por la Constitución para evitar la ratificación de la victoria por parte del Congreso). La Central y la Embajada, sirviéndose de intermediarios, instaron a Frei para que usara su influencia en el Congreso y convenciera a las fuerzas que no eran de izquierdas de que votaran a Alessandri. El escenario pretendido era que el Congreso eligiera como Presidente a Alessandri; éste dimitiría posteriormente, permitiendo así que Frei se enfrentara a Allende como candidato en una nueva elección.

La iniciativa del Plan de Acción II emplazaba a la CIA para que planificara la posibilidad de una intervención del ejército chileno. El 9 de septiembre la Central recibió instrucciones del Cuartel General ordenándola que entablara contactos directos con los oficiales del ejército chileno para evaluar la posibilidad de estimular un golpe militar si llegaba a tomarse tal decisión.

El 15 de septiembre el Presidente Nixon informó al DCI de que los Estados Unidos no aceptarían el régimen de Allende en Chile. Dio instrucciones a la CIA para impedir que Allende llegara al poder o lo despojara de su cargo y autorizó la liberación de 10 millones de dólares para este fin. El Presidente ordenó específicamente que esta acción fuera llevada a cabo por la CIA sin informar ni al Departamento de Estado, ni al de Defensa ni al Embajador de Estados Unidos en Chile. En respuesta a la instrucción de Nixon, la CIA emprendió una serie de acciones que incluyeron el hacer ver a los militares que un gobierno extranjero solicitaba sus puntos de vista, promover propaganda a nivel mundial para su colocación en los medios de comunicación del país, iniciar acciones para conseguir que los periódicos de mayor tirada, como El Mercurio, se opusieran públicamente a Allende, y, contactar con un seglar católico que tenía relación con los líderes de la Iglesia chilena para influenciar su opinión sobre Allende. Los oficiales de la Central intensificaron sus contactos con los oficiales del ejército chileno. También se alentó a Frei para que usara su influencia con los militares y animara a los oficiales a considerar la formación de un nuevo Gobierno antes de que el Congreso eligiera a Allende como Presidente. A finales de septiembre resultaba claro que era improbable que Frei actuara de esta manera.

La planificación en el marco del Plan de Acción II se intensificó una vez quedó claro que Frei no actuaría. Entre los días 5 y 20 de octubre la Central orquestó numerosos contactos con figuras clave del ejército chileno y de los Carabineros (policía nacional) para convencerles de que dieran un golpe. El Agregado Militar de la Embajada de los Estados Unidos fue colocado bajo control operacional de la Central de la CIA y transmitió similares mensajes a sus informantes en el ejército. Cuatro oficiales de la CIA fueron enviados de manera extraoficial a reunirse con los oficiales más receptivos del ejército chileno y que estuvieron activamente involucrados en la conspiración golpista.

Sin embargo, la iniciativa del Plan de Acción II fracasó tras el asesinato del Comandante en Jefe del Ejército, Schneider, cuya muerte causó una fuerte reacción en Chile.

Leer: 3ª Parte: El asesinato de Schneider

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