El Gobierno de los Estados Unidos y la CIA estaban al corriente de, y de acuerdo con, la conclusión de los oficiales chilenos de que el secuestro del General Rene Schneider, Comandante del Ejército chileno, en septiembre de 1970, era un paso esencial para cualquier estrategia golpista. Sin embargo, no hemos hallado información de que el propósito de los conspiradores golpistas o de la CIA fuera el de asesinar al general en el acto del secuestro. Schneider era un gran defensor de la Constitución chilena y un gran estorbo para los oficiales del ejército que pretendían dar un golpe para impedir que Allende fuera investido en su cargo.
El General retirado del ejército Roberto Viaux era uno de los mayores conspiradores golpistas y contaba con el apoyo de jóvenes oficiales y miembros de la tropa; también dirigió varios grupos civiles de derecha. Después de que a la CIA le fuera encomendado sondear las perspectivas de un golpe para impedir que Allende tomara posesión del cargo, un funcionario de la Agencia estableció contacto con Viaux el 9 de octubre de 1970. Una segunda reunión con Viaux hizo que la Central transmitiera a Washington una solicitud, por parte de éste, de armas, gas lacrimógeno y otros suministros, así como de un prima de seguro de vida para sí mismo. El examinar la propuesta de Viaux, el Cuartel General de la CIA concluyó que su grupo no tenía posibilidad de llevar a cabo un golpe con éxito. La Cuartel General avisó a la Central y en las reuniones de los días 17 y 18 de octubre un funcionario de la CIA le dijo a un miembro del grupo de Viaux que la CIA no acogería su solicitud de apoyo. El funcionario les advirtió de que cualquier acción golpista que emprendieran sería prematura. El representante de Viaux les informó de que el golpe estaba planeado para los días 21-22 de octubre, y que el primer paso consistiría en el secuestro del General Schneider. La Central puso en cuestionamiento el plan porque la CIA no obtuvo ninguna conformación de inteligencia y el grupo de Viaux tenía detrás una lista de tropiezos.
El 22 de octubre el grupo de Viaux, actuando independientemente de la CIA entonces, llevó a cabo un intento de secuestro contra el General Schneider que resultó en la muerte de éste. La muerte de Schneider impactó a las fuerzas armadas y civiles proclives al golpe y los planes de acción militar fueron arrinconados.
Además de con Viaux, la CIA había establecido contacto con otros conspiradores golpistas, incluido el General Camilo Valenzuela. La Central conocía bien al grupo de Valenzuela y al respecto opinaba que tenía capacidad de dar un golpe con éxito. La CIA suministró el 22 de octubre a este grupo -que también veía en el secuestro del General Schneider un paso esencial para cualquier golpe- tres subametralladoras, munición y de 8 a 10 granadas de gas lacrimógeno. (Estas armas fueron devueltas con posterioridad, sin usar, a la Central). El representante de Valenzuela insistió en que su grupo no tuvo nada que ver con el asesinato de Schneider y en que Viaux había actuado por su cuenta.
En noviembre de 1970, un miembro del grupo de Viaux que no fue capturado contactó nuevamente con la Agencia y solicitó ayuda económica en nombre del grupo. Aunque la Agencia no tenía obligación alguna para con el grupo ya que éste había actuado por su cuenta, en un esfuerzo por mantener en secreto los contactos anteriores, mantener la buena fe del grupo y por razones humanitarias, se les pasaron 35 mil dólares.
Leer: 4º Parte - El primer período de la presidencia de Allende
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