24/8/08

Profesor Juan José Crottogini

El Frente Amplio integró, esta semana, la fórmula a la presidencia, con el general Líber Seregni y el doctor Juan José Crottogini, designado, además, al doctor Hugo Villar (prestigioso técnico, actual director del Hospital de Clínicas) candidato a la Intendencia de Montevideo. El doctor Crottogini, catedrático titular de ginecología, ex decano de la Facultad de Medicina, es rector de la Universidad, constituye, por su prestigio moral y profesional y por su limpia y clara actitud ante los problemas nacionales, un invalorable aporte a la nueva corriente popular. Durante un breve paréntesis en su trabajo –y con la promesa de que “en otro momento quisiera disponer de más tiempo para analizar algunos problemas concretos”, Crottogini destacó algunos aspectos del Frente. Al recordar sus estudios y las primeras luchas de su juventud tuvo un recuerdo emocionado para Mario Cassinoni, “a quien conocí en el ferrocarril, en mi primer viaje desde Fray Bentos, mi terruño, para cursar preparatorio en Montevideo”. “Vea las casualidades de la vida, agrega, con Mario hicimos la carrera en forma paralela, ambos fuimos luego, profesores de la facultad, decanos y rectores de la Universidad”.
He aquí algunos aspectos del diálogo con el doctor Crottogini.

* ¿Qué factor han determinado, a su juicio, la organización del Frente Amplio?

- El deterioro –palpable, visible para todo el mundo- en todos los aspectos del país ha sido agravado por la acción de un gobierno oligárquico y dependiente. Se ha desconocido al Poder Legislativo, lo que ya define al régimen; y esto no significa olvidar que el parlamento tiene culpas serias como resultado de la omisión, a veces, o del incumplimiento de sus deberes como poder, más allá de las posiciones concretas de algunos de sus integrantes. Tampoco ha sido respetado el Poder Judicial (y también sobre ello pueden aportarse pruebas, aunque se trata de hechos conocidos). Si no existieron más que estos testimonios que indicamos, ellos solos configurarían un verdadero estado de dictadura. ¿Acaso puede llamarse democracia, o estado de derecho, a una situación en la cual se desconocen los poderes, o se vive permanentemente en régimen de medidas prontas de seguridad?
Sobre este aspecto corresponde una triple consideración:
- primero: en muchos casos la aplicación de las medidas no se ajustó al texto constitucional, no existiendo fundamento para aplicarlas;
- segundo: la constitución las establece para casos de agresión exterior o grave conmoción interior imprevista, es decir, para situaciones típicamente accidentales o esporádicas. Pero el gobierno ha hecho de ellas algo permanente y las mantiene sin más razones que su poder;
- tercero: han sido utilizadas –como se ha probado en reiteradas oportunidades- para fines que nada tienen que ver con los establecidos en la constitución.
Ante estos hechos ha surgido el Frente, que es la respuesta nacional o un desafío. Aunque se trata de una coalición de partidos, sectores desprendidos de los lemas tradicionales y gente nueva en la política activa, el frente es, al mismo tiempo, el instrumento surgido de una proceso en el transcurso del cual las fuerzas que lo constituyen han planteado respuestas comunes a los problemas nacionales. En otros términos: aún antes del nacimiento del Frente había un común denominador en las aspiraciones de sus futuros integrantes y en la actitud de protesta, de rebeldía frente al régimen y fundamentalmente contra el actual gobierno, por su manera de conducir los destinos de la nación.
El frente es, así, el fruto natural de un proceso, tiene sus raíces en luchas comunes, en el sufrimiento nacional, y constituirá una herramienta para el futuro. No es ni puede ser considerado como algo circunstancial, con vista a las elecciones. Se trata de algo más hondo. Sea cual sea el éxito, o el llamado éxito electoral, el frente quedará como un organismo con vastos alcances para el futuro. No es un simple acuerdo de fuerzas, sino una respuesta al dolor nacional y al actual gobierno, que confunde el arte y la ciencia de gobernar con el arte y la ciencia de gobernar con el arte y la ciencia de mandar.
El deterioro, al que me refería al comienzo, se ha manifestado particularmente en dos aspectos que definen a un régimen:
1º) en los ataques a la clase trabajadora, la prohibición de informar sobre huelgas, la presión y confinamiento de miles de personas, las destituciones, la movilización o el castigo de quienes luchan por sus derechos, la clausura de sindicatos, la prohibición de asambleas, etc., y
2º) en la política seguida respecto a los organismos educacionales. En esto cabe recordar cierto paralelismo con otra etapa sombría: la de 1933. Aunque en la época de la dictadura de Terra era “vox populi” que el gobierno sostenía: “No hay que meterse con la universidad, recordamos con tristeza la oportunidad en que Emilio Frugoni, decano de la Facultad de Derecho, fue prácticamente arrastrado, empujado, golpeado, por un comisario cuyo nombre hemos olvidado.
La intervención de Enseñanza Secundaria, así como la discriminación, persecución y el intento de asfixiar económicamente a la universidad –a la que el Ministerio de Economía adeuda varios miles de millones de pesos- son ejemplos elocuentes de que el gobierno no cumple las leyes (entre otras la ley presupuestal), y de su agresividad sin disimulo hacia los organismos de enseñanza. Inclusive corresponde señalar que agrega cierto exhibicionismo a sus actitudes de prepotencia y soberbia.
Todos estos hechos se insertan en un cuadro general –el estado económico del país- caracterizado por la primacía cada vez más notoria del capital extranjero, la corruptela bancaria y parabancaria, una lucha contra la inflación que castiga al humilde, al obrero, afirmaciones sobre el valor de nuestra moneda que ya no engañan a nadie, otras manifestaciones rosadas o discursos de tono optimista que nada tienen que ver con la realidad socio-económica que padece el país.

* Este proceso, ¿cómo incide, por ejemplo, sobre el problema de la salud? ¿También en ese aspecto puede observarse con claridad?

- Y muy claramente. Se comprueba en el aumento de la desnutrición infantil, en problemas de las madres en la etapa del embarazo, en el deterioro general de la seguridad social que se manifiesta, entre otras cosas, en la elevación de las cuotas de las mutualistas y la imposibilidad para muchos de pagarlas, en la escasez de medicamentos, en el descanso del nivel de asistencia hospitalaria, ya que a veces se demora la atención de un enfermo porque se carece, por ejemplo, de placas radiográficas, etc.

* Aun antes de la constitución del Frente Amplio, usted ya se había apartado de los partidos tradicionales, ¿por qué? ¿A qué se debe, a su juicio, que no se crea ya en la posibilidad de que esos partidos tengan respuesta a los problemas nacionales?

- Ante todo, es evidente que las circunstancias nacionales obligan hoy a la búsqueda de una auténtica salida, a través de la cual puedan solucionarse las angustias colectivas. Y en la búsqueda de ese camino están, hoy, comprometidas, hasta las personas que no sienten particular afinidad con la actividad política, o que han sentido fundamentalmente otra vocación. Los problemas han llevado a desechar el tradicional “no te metas”, o la tendencia a quedarse quieto.
Paralelamente, los partidos tradicionales han demostrado que en la actualidad no tienen respuesta adecuada, ni pueden aportar soluciones de fondo para los problemas del país. (Y esto no significa negar que en otras épocas cumplieron un papel importante en la vida del país.)
Algunos sectores, entre aquellos que e mantienen en los viejos lemas, podrán estar de acuerdo o compartir, en lo esencial, las críticas y objeciones que plantea el Frente contra el régimen actual. Pero esa actitud no servirá de nada mientras actúen dentro de los partidos tradicionales, porque de lo que se trata no es simplemente de cambiar un gobierno por otro, sino de sustituirlo por un gobierno que suponga un cambio radial en las estructuras del país. Lo esencial es ese cambio. Y, en ese sentido, las hondas transformaciones por las que lucha el frente pueden considerarse en la línea trazada.

* Ligado a estos problemas que usted analiza está lo que se ha denominado “rebelión juvenil”. ¿Qué factores particulares han incidido sobre ese proceso en Uruguay?

- La rebelión juvenil no ha sido comprendida por algunos, pero es un proceso que no debe ser ignorado. Es una realidad, con todas las características de generosidad espiritual, decisión y audacia comunes a los jóvenes. Y ha surgido –para aludir sintéticamente a ella- porque los jóvenes no perciben un futuro acorde con su enfoque de justicia social, con un reconocimiento adecuado de los grandes valores; en suma, porque no encuentran ubicación en la estructura social-económica actual y no ven perspectivas de futuro. En nuestro país, la radicalización del proceso social impulsada por la crisis agregó nuevas sobras al panorama.

* En varios países del continente se ha planteado, especialmente entre los sectores jóvenes, la vía armada. Se sostiene –con la experiencia histórica- que ninguna clase se despoja a si misma de los privilegios y, frente a la violencia del régimen, surge la guerrilla. Frente a este problema, en le país hay quienes confían en la represión. ¿Considera que por esa vía se obtendrá algún éxito? En otros términos, ¿qué haría el frente para pacificar el país?

- La represión nunca solucionará ese problema. En primer lugar, porque traerá una respuesta más violenta. Un ejemplo entre tantos de los que pueden ilustrarse con hechos registrados en los últimos años en el país: ¿quién puede creer que a un huelguista bancario lo van a dominar llevándolo a una prisión, rapándolo, sometiéndolo a manoseos? ¿No resulta evidente que ese trabajador, aunque viva cien años, no olvidará jamás el vejamen a que lo han sometido?
Yendo concretamente al problema de la guerrilla: no habrá pacificación si no se actúa sobre las causas de los problemas que padecen los países de Latinoamérica. En esto el Frente tiene una diferencia esencial con otras fuerzas que, si insisten en la ceguera para analizar el problema y sólo creen en la represión, terminarán desencadenando más violencia sobre el país.

* En el Frente hay gran cantidad de personas que integran los comités populares o forman parte de la gran corriente que llega a sus filas, pero que no integran particularmente ninguna de las fuerzas políticas que lo constituyen. ¿Esa gente podrá tener asegurada la participación en la tarea común?

- El frente tendrá que modificar también lo que podría llamarse la técnica política, buscando la participación activa de todos los compañeros en la elaboración de sus decisiones, en las grandes tareas y en la difusión de sus verdades entre la gran masa de la población.

* El Frente será un instrumento esencial para la incorporación del pueblo uruguayo a las luchas del Tercer Mundo. ¿Cree que, en ese conjunto de países, Vietnam es un ejemplo, como lo es, asimismo, Cuba? ¿Su lucha no prueba que cuando un pueblo se decide a defender su libertad y su tierra nada puede contra él el imperialismo?

- El pueblo de Vietnam ha demostrado, efectivamente, lo que puede el hombre impulsado por una idea. Ha detenido y derrotado al imperio más poderoso de la tierra, en la más admirable respuesta humana al inmenso poderío técnico del ejército norteamericano. Cuba y la vigilia fervorosa de su pueblo contra la agresión constituye otro ejemplo. Y en el tiempo que corre han sufrido presiones, además, Perú, Bolivia, Chile. Todo intento de obtener la independencia económica –sin la cual la independencia política no existe- no es tolerado por el imperialismo.
El Frente no será bien visto, a su vez, por los monopolios a sus aliados en el interior del Uruguay.
La lucha a desarrollar no será fácil. Exigirá aún más trabajo. Aunque existirán buenas razones para que la tarea se realice con alegría y esperanza. Por otra parte, los pueblos de América Latina tienen problemas similares, necesidades parecidas, destino común e idénticos verdugos. La respuesta será, en consecuencia, común. Y ello facilitará el proceso.

Reportaje de Guillermo Chifflet
CX36 - 26/03/04

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