7/8/08

Después de Simón, "buscar hacia adentro" II

Estamos en comunicación con Sara Méndez, desde Buenos Aires. ¿Cómo fue para usted este giro que se produzco en su vida, hace...? Yo decía menos de dos semanas, pero ¿cuándo fue exactamente?

SARA MENDEZ:
No recuerdo exactamente la fecha, pero fue hace dos domingos (N. de R.: domingo 10 de marzo) que tuve la entrevista con el senador Michelini. Fue a mi domicilio y me empezó a narrar la historia. Ahí se precipitó todo, porque a los pocos días tuvimos el comienzo del examen de ADN, y en muy pocos días también -para las demoras que suelen tener estos exámenes-como estaba disponible la sangre materna y paterna el plazo fue mucho más corto y ayer tuvimos la confirmación.

Por lo tanto, todavía tengo la impresión de algo que ha sucedido pero de lo cual no tengo una conciencia profunda y real de todo lo que significa.

EC - Sí: entre otras cosas, pensaba preguntarle si después de tantos años de búsqueda, después de haber pasado más de 10 años convencida de que su hijo era Gerardo Vázquez, si ahora que hay un examen de ADN que asegura que usted encontró a su hijo ¿no le queda ningún margen para la duda? ¿Está completamente convencida, ya pudo asumir que encontró a su hijo?

SM - Sí, es muy fuerte. Cuando ayer la secretaria del juez leyó los resultados que envió el Banco Genético de Durán, que todos los marcadores habían dado positivo y se había llegado a ese porcentaje de 99,99%, que es el más alto al que se puede llegar... es increíble porque a veces no tenemos conciencia real de hasta qué punto necesitamos ese tipo de comprobación fehaciente de ese tema, para poderlo decir. Por más que haya otros indicadores que lo dicen por otros motivos: el joven me decía que no tenía duda de que lo era, sin embargo...

EC - ¿El no tenía duda?

SM - El no tenía duda, pero yo tenía la necesidad de escucharlo de una autoridad, y sobre todo haber culminado no sólo con el estudio de mi sangre sino también la del padre. Por supuesto eso era muy importante, en la medida en que había sangre de Mauricio depositada en el Banco, lo que completó todo el examen.

EC - En pocos de estos casos de niños desaparecidos que fueron encontrados se pudo efectuar un examen con tantas posibilidades de certeza, con la sangre del padre y de la madre.

SM - Sí, porque desgraciadamente los padres no han estado presentes en esta situación de la búsqueda de sus hijos, y han tenido que ser los abuelos quienes han salido a buscarlos, y a veces con un árbol genealógico muy incompleto, con sangre de tíos, o a veces no, y por lo tanto llevaba un tiempo prolongado y no se llegaba a resultados tan concretos como en este caso.

EC - Yo recordaba recién que el padre de Simón, Mauricio Gatti, falleció en 1991. Pero ustedes habían tomado la precaución de contar con una muestra de su sangre en este hospital de Buenos Aires.

SM - Sí: Mauricio había tenido tres infartos estando en Europa, y fue sometido a una operación muy importante con muy pocas posibilidades de vida. En ese momento pidió que se le extrajera sangre y se le hizo el examen de ADN. Ese resultado está entre las cosas que le traje de su padre, y cuando se abrió acá en 1985 el banco de sangre y se pudo conformar una reserva de la sangre de muchos familiares que ya no están porque han fallecido, los dos nos extrajimos sangre que está aquí. Gracias a eso podemos tener el resultado con la sangre de Mauricio.

EC - Yo hablaba recién del cambio brusco que tuvo su vida en estos últimos 15 días. ¿Usted no tenía indicios de que hubiera un trabajo en marcha, que estuviera por culminar encontrando a su hijo?

SM - Tuve una información unos días antes y también había empezado unos movimientos a través de algunas personas acá para la ubicación de esa clínica. Pedí la información a argentinos, que son las personas indicadas porque conocen el medio. Al otro día estaba ubicada la clínica, pero tenía que viajar para poder seguir, tenía temor por el manejo de la información en los medios de comunicación, sabemos que hasta el correo electrónico puede ser interferido, y yo estaba pasando por una situación familiar delicada por mi padre, por lo cual no pude viajar de inmediato.

A todo eso Michelini viene a Buenos Aires que sigue en busca de pistas sobre su padre, para conocer los hechos y dar con los responsables, y también continuaba con lo que pudieran ser rastros que condujeran a Simón. Así fue que unas semanas antes había conseguido información que precipitó esto que hoy conocemos.

EC - Para usted, un cambio total en la vida. Y para su hijo, ni hablar. Porque hasta este mes no sabía siquiera que era adoptado: se enteró simultáneamente de que era adoptado y de que probablemente usted fuera su madre, que él fuera ese niño del cual la sociedad uruguaya ha venido hablando tanto desde hace un cuarto de siglo. Lo asumió muy rápido, ¿no?

SM - Creo que sí: muy rápido y muy bien. Por supuesto, cuando hablé con él ayer le dije que no me he podido dar un espacio para pensar en lo que significa haber terminado la búsqueda, porque estoy respondiendo a llamadas, y él no puede tener la dimensión de lo que significa este tema para Uruguay y aún más allá.

A pesar de que se dedicó a buscar por Internet y a conocer estos 25 años de búsqueda...

EC - Efectivamente, poco después de enterarse de cuál era su probable origen, se puso a buscar sus antecedentes.

SM - Se puso a buscar esa historia. Creo que eso lo conmovió mucho, y fue un elemento que ayudó a la decisión de querer definir esta situación.

EC - ¿Esperaba que se mostrara tan abierto? ¿Qué temores tenía?

SM - Creo que estos años de búsqueda, años en los que no lo hemos tenido con nosotros, han ayudado -por otras experiencias-a que cuando nos encontremos seamos personas maduras, con otra seguridad en sus vidas, con independencia de vida, lo que también facilita a enfrentar esta historia de otra forma.

EC - Pero usted debía tener su temor, me imagino.

SM - Por supuesto, sobre todo a partir de la experiencia anterior. Y es un paso difícil para cualquier persona tener que dudar y buscar su propia identidad.

EC - El padre adoptivo de Simón (llamémosle así, no sé cuál es el nombre con que circula en Argentina) es un funcionario policial ¿pero no vinculado con los grupos de represión de los años 70?

SM - Esa es la información que tengo por el senador Michelini: no he incursionado en absoluto en la vida de la familia...

EC - ¿Se reunió con ellos, además de con su hijo?

SM - No: hasta ahora, sólo con él.

EC - No ha estado en su casa.

SM - No, no. Los encuentros siempre fueron en lugares públicos.

EC - ¿Tiene padre y madre adoptivos; tiene hermanos?

SM - Sí; también tiene hermanos; tiene una familia. No quisiera dar datos precisos. A él todavía le afecta que se pueda dar datos que puedan empezar a vincularlo, sino también esto que nosotros podemos hablar públicamente porque es una historia que venimos hablando de distintas formas hace 25 años, a él le cuesta mucho asumirlo como caso público.

EC - Ustedes han resuelto no dar a conocer la identidad actual de Simón.

SM - Eso tiene que ser un proceso que él decida, y lo primero que hicimos ante el Juzgado fue un pedido para que no conste el resultado del examen de ADN en el expediente que se lleva por el secuestro de niños acá en Argentina, precisamente para preservar su identidad.

EC - ¿Se puede saber sí qué hace Simón? ¿Estudia, trabaja, tiene novia...?

SM - Es un joven muy parecido a todos los de su edad. Trabaja, estudia, tiene novia, tiene proyectos de casamiento a corto plazo. En un país donde la vida se está poniendo difícil, tiene muchos proyectos de futuro.

EC - Le ha dicho que es feliz, y que quiere incorporarla a usted a su felicidad, ¿verdad?

SM - Sí, y creo que en ese "soy feliz" me decía también "quiero cuidar esta felicidad; ayúdame a cuidarla", y por lo tanto estaba marcando el cuidado de su mundo de 25 años, que no se vea invadido. Creo que lógicamente todavía no tiene conciencia -porque nunca se había planteado que fuera hijo adoptado-todo lo que significa conocer su identidad biológica. Por lo tanto, ese mundo se va a ver alterado quiérase o no por el hecho de que conocer los orígenes es algo muy fuerte en el ser humano...

EC - ...para cualquier ser humano adoptado, más en un caso como este.

SM - Claro.

EC - ¿Cuántas reuniones ha tenido con él hasta ahora?

SM - Dos veces.

EC - Y varias conversaciones telefónicas.

SM - Sí, todos los días.

EC - ¿En qué medida estos 25 años de gestiones, de movilizaciones, de lucha en la búsqueda de su hijo, todo eso que a usted la endureció mucho, en qué medida puede parar de golpe ahora aquel vértigo, aquella tensión, para poder disfrutar a su hijo? ¿Puede hacerse a un lado por un tiempo, por un rato en el día, la causa de los derechos humanos y zambullirse en este capítulo estrictamente personal al que el destino le llevó? ¿Cómo se hace eso?

SM - Creo que no hay recetas, y que en cada persona esas cosas se procesan distinto. Creo que terminó una etapa muy dura, una etapa de búsqueda, muy dura porque -lo digo con total conocimiento de causa- los familiares no tuvimos la ayuda del Estado en ninguno de estos países para poder deslindarnos nosotros de la búsqueda. Absolutamente todos los niños encontrados, tanto los hijos de los uruguayos como los de los argentinos lo fueron por las organizaciones de familiares, por organizaciones humanitarias, por la gente que continuamente pasaba información. Así hemos llegado en todos los casos.

Eso exige mucha fuerza, pero fuerza que a veces se convierte en una herramienta muy dura para poder seguir adelante.

EC - ¿Una coraza?

SM - A mí me dijeron en determinado momento que Simón estaba muerto. Yo tenía la absoluta certeza de que no era así, y había que proseguir, buscar... Creo que lo importante es, a pesar de eso, no perder nunca la sensibilidad. Y creo que la coraza era necesaria porque era un tema sensible no sólo para quien lo vivió en forma directa sino para el otro, para quien se hacía conocido, se hacía cargo de historia a medida que la conocía.

Yo reivindico mi condición de trabajadora social y en especial de trabajadora por los derechos humanos, en lo que pienso seguir. Por lo tanto, en ese aspecto no va a haber cambios: estos temas están en nuestras vidas todos los días, pero creo que esto que estamos haciendo hoy, que venimos haciendo (anoche fue hasta la una de la mañana, hoy desde las siete), contar qué está pasando con esta historia y con mis sentimientos, que voy exponiendo pero necesito reflexionar y vivirlos con quien tengo obligación de hacerlo, que este caso es con Simón...

EC - Usted tiene que volver a ser madre... Por supuesto que no dejó de serlo en estos 25 años, pero "ejercer directamente" como madre...

SM - Sí; creo que el hecho de no haber estado en toda esa etapa cuando el niño comienza a decir las primeras palabras, los primeros balbuceos, a dar los primeros pasos... Yo lo veo hoy porque tengo la suerte de que mi compañero tenga una nieta que hoy tiene seis años, Camila, que he podido disfrutar en lo que no he podido disfrutar a Simón; por supuesto, no desde el rol de madre sino desde el de algo parecido a una abuela. Me he dado cuenta, como maestra y como educadora sé lo importantes que son esos años en la vida del ser humano.

EC - Usted va a tener que reconstruir esa historia: buscar fotos familiares, que deben existir, de esos mojones tan importantes en la vida de un niño y un adolescente. Me imagino que va a tener que buscar las imágenes y charlar, esa es una de las tantas cosas que tienen ustedes dos por delante, ¿no?

SM - Sí, por supuesto. Creo que va a haber espacio, al menos ahora tenemos la posibilidad de comunicarnos diariamente. Yo tengo una gran necesidad de ponerme a escribir, cosa que nunca me había animado a hacer, pero ahora con un objetivo muy concreto: ahora hay un destinatario que tiene un rostro, que tiene una vida propia y una historia, que no es solamente la de Simón sino que es su propia historia.

EC - Usted dice que a eso tiene que dedicarse. O sea que esta etapa de comunicación con la gente, con la sociedad uruguaya, va a tener una pausa en los próximos días.

SM - Creo que lo que estamos haciendo hoy, el esfuerzo de contestar a todas las entrevistas, es también un pedido por la necesidad de normalizar la relación, tener espacio para reflexionar, y si tengo ganas de llorar poder hacerlo.

EC - Ahora empieza otra búsqueda...

SM - ...hacia adentro.

EC - Una búsqueda con dos historias personales.

SM - Así es.

EC - Una duda que ha que quedado: la fotografía, ese emblema de Simón con el que usted y todos quienes apoyaron su búsqueda se han movido en todos estos años, ¿es efectivamente de Simón?

SM - Es la foto de Simón. Me han dicho que en algún medio uruguayo salió publicado que era una foto utilizada en función de que no se tenía un rostro...

EC - Por eso se lo preguntaba.

SM - Esa foto se salvó justamente (no se salvó nada más, nunca pude recuperar nada de las cosas que estaban en casa) porque yo la había enviado poquitos días antes a mi familia. Fue la única foto que tuvieron para poder moverse durante estos primeros años de búsqueda. Por supuesto, creo que una foto que habrá perdido mucho del original, porque ha pasado por tantas reproducciones, pero fue la primera y única foto que tuvo Simón.

EC - Es una puntualización importante porque dejaba la duda sobre si hubo tiempo de fotografiar a Simón en esos pocos días en los que ustedes estuvieron.

SM - Sí, pero creo que también fue parte de una precaución.

EC - ¿"Parte de una precaución"?

SM - Sí: tener una fotografía, que la familia la tuviera. Tenía muchos más planes para garantizar que, estando en situación de riesgo, mi familia pudiera tener otros elementos para valerse, también.

EC - Están organizado un recibimiento con un acto, mañana por la noche, en el Obelisco. ¿Cómo le resulta eso?

SM - Me resulta algo muy fuerte. Pero creo que la gente lo siente como algo necesario, porque estamos convencidos de que esta búsqueda la hicimos entre muchos, muchísimos uruguayos, y que hoy tenemos el derecho de festejar juntos también.

EC - ¿Usted vuelve mañana mismo?

SM - Mañana, jueves.


El Espectador
En Perspectiva
20/03/02

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