Durante los primeros meses de 1973, la inminencia del golpe de Estado llevó a Aurelio González a buscar dentro del Edificio Lapido -sede de El Popular- un escondite apropiado para el archivo gráfico del diario. Un espacio ubicado detrás de la pantalla del Cine York, al cual podía accederse desde el mismo diario, fue uno de los refugios elegidos para preservar este material de las usuales requisas efectuadas por las fuerzas represivas tiempo antes del golpe. No obstante, preocupado por las condiciones de conservación de los negativos, González finalmente decidió resguardarlos en lugares más aislados dentro del edificio.
El 9 de julio de 1973 El Popular fue allanado y clausurado por algunos días. Para ese entonces, las imágenes tomadas por más de quince años por el equipo de fotógrafos del diario se hallaban cuidadosamente escondidas en un lugar que únicamente González conocía. Sin embargo, todavía circulaba en la redacción del periódico material gráfico generado durante los días siguientes al golpe de Estado. Se trataba de los testimonios fotográficos de la huelga general, decretada por la Convención Nacional de Trabajadores el 27 de junio de 1973 en respuesta a la ruptura institucional. Nuevamente Aurelio asumió la responsabilidad de salvaguardar y preservar este material.
Días más tarde, González retiró los negativos de una grúa abandonada, ubicada en la terraza del edificio lindero al Lapido, que había servido de escondite durante los días de clausura de El Popular y decidió mantenerlos en un sitio alejado de la redacción. En adelante, estos rollos, en su mayoría sin revelar, siguieron un itinerario tan extraordinario como la historia de vida de su custodia. Resguardados en un escondite dentro de un taller mecánico o en "berretines" hechos por el propio González en sus sucesivas viviendas de la calles Rivera y Washington, los rollos permanecieron sin ser capturados hasta setiembre de 1976, fecha en que Aurelio les llevó consigo a la ciudad de México.
Durante el exilio de González en México y su estadía en España y Holanda, estas fotografías circularon ampliamente por diversos ámbitos de denuncia de la dictadura uruguaya.
Una vez restaurada la democracia, González regresó de su exilio con la preocupación de recuperar la otra parte del archivo fotográfico, escondido meses antes del golpe de Estado. Con desolación y asombro comprobó que las obras realizadas en el Edificio Lapido durante la dictadura habían provocado importantes cambios en su estructura, por lo que no fue posible ubicar los negativos.
En 1996 se realizaron nuevas obras en el Edificio Lapido, construyéndose un gran parque de estacionamiento que ocupa los dos subsuelos anteriormente pertenecientes a El Popular.
Diez años después, en enero de 2006, fue hallada en muy buenas condiciones la mayor parte de los negativos que fueran ocultados en 1973 en un lugar alejado del escondite original. El material recuperado -actualmente custodiado por el CMDF- está compuesto por 79 latas de negativos de 35mm, utilizadas en las décadas de 1960 y 1970 por fabricantes de material fotográfico, tres bolsas de plástico y una caja de cartón. Se calcula que se trata de aproximadamente 70.000 negativos de 35mm. Las fotografías que aparecieron fuera de las latas habían sido escondidas en una valija que no fue encontrada.
15/6/08
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