29/10/08

Informe Contreras

Manuel Contreras reconoce crímenes de Estado en la dictadura de Pinochet
El ex jefe de la DINA entregó a la Justicia un escrito notarial sobre algunas de las operaciones de la entidad represiva, además del paradero de personas que fueron detenidas y su declaración acerca de las responsabilidades.

El general (r) y ex jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) Manuel Contreras entregó a la Corte Suprema un informe en el que revela detalles acerca los mecanismos de represión de la dictadura y del paradero de 580 detenidos desaparecidos.

El texto, denominado "Introducción a la entrega de documentos que demuestran las verdaderas responsabilidades de las instituciones de la Defensa nacional en la lucha contra el terrorismo en Chile", tiene una extensión de 33 páginas y fue legalizado ante notario.

En el documento, remitido al Ministerio de Justicia y al Consejo de Defensa del Estado (CDE), el ex uniformado da cuenta del accionar de la DINA entre noviembre de 1973, cuando fue creada, hasta su disolución, poniendo el acento en las responsabilidades, que a su juicio parten en "el Presidente de la República y comandante en jefe del Ejército, Augusto Pinochet Ugarte, los integrantes de la Junta Militar de Gobierno y comandantes en jefe de las diferentes ramas de las Fuerzas Armadas y de Orden, y con los ministerios que trataban materias relacionadas con la Inteligencia Nacional", y finalmente él, Manuel Contreras.

En este sentido, Contreras aclara que la entidad que dirigía "jamás actuó o ejecutó actividades por propia iniciativa pues las funciones que cumplió (...) se transformaron en órdenes explícitas y categóricas emitidas por mi Superior directo ya mencionado".

Aunque en el texto introductorio, Manuel Contreras pone el énfasis en que pretende colaborar con la Justicia y ayudar a que se conozca la verdad, alude a una DINA mártir:

"En innumerables ocasiones, con absoluta convicción, he manifestado que ésta, la Dirección de Inteligencia Nacional, ha sido el Ejército del Silencio al que le correspondió combatir en las sombras para que nuestros hijos, los hijos de esta Tierra, pudieran ver el Sol. En esta oportunidad, categóricamente lo reitero".

Según el documento, la intención de la entrega de información es frenar "la barbarie judicial y publicitaria a la que han sido sometidos todo un conjunto de personas absolutamente inocentes integrantes de diferentes instituciones de Defensa Nacional y civiles provenientes de todos los niveles profesionales de la sociedad chilena que pertenecieron a la Dirección por mí comandada".

Para el general retirado, han sido muchas las personas injustamente procesadas al recibir órdenes "para enfrentar (...) la espiral de violencia, terror, abusos y crímenes a los cuales estaba expuesto nuestro Pueblo (...) todos promovidos, ejecutados y desarrollados por sujetos motivados por la doctrina marxista leninista en su expresión izquierdista más extrema".

En definitiva, el ex uniformado justifica la violenta represión contra "el evidente enfrentamiento y cruento accionar de los grupos terroristas (que) obligó a la adopción de medidas en extremo severas y muchas veces violentas, pero impuestas y necesarias para el logro de la pacificación nacional".

En este sentido, aclara Contreras, la relación entre los derechos humanos y la lucha contra el terrorismo "es un grave error de incalculables consecuencias", pues a su juicio, el concepto universal de derechos humanos fue apropiado por los "marxistas (...) traduciéndose en que los terroristas fueran considerados como las víctimas y, los militares que derrotaron al terrorismo en Chile fueran catalogados como victimarios".

Finalmente, Manuel Contreras reprocha el uso que la opinión pública ha dado al término "cúpula de la DINA", sin incluir a Augusto Pinochet en la cabeza.

Sin embargo, da cuenta explícitamente de su responsabilidad como Director Ejecutivo de la división de inteligencia, y con ello, enfatiza en "asumir las responsabilidades derivadas del accionar de mis subalternos en el cumplimiento de las misiones Constitucionales y legales que les fueron ordenadas por mí".




Los datos del informe
El informe del general (r) Manuel Contreras muestra el detalle de la situación de 580 detenidos desaparecidos en el periodo de existencia de la DINA.

En este listado, elaborado en formato de tablas se establecen los nombres de las víctimas, la institución que las detuvieron, destino inicial luego de haber sido detenido, situación y fecha en que fallecieron, y destino del cadáver.

A partir de estos antecedentes se puede concluir que:
134 personas fueron detenidas por el Ejército,
35 por la Armada,
53 por la Fuerza Aérea,
92 por Carabineros,
80 por la DINA,
35 por la Policía de Investigaciones,
10 por la Central Nacional de Inteligencia,
94 por el Comando Conjunto,
6 por el Departamento II de Estado Mayor de Defensa Nacional,
18 por las Fuerzas Armadas y de Orden, y
23 muertos en el extranjero.

Además, se menciona que 6 personas fueron dejadas en libertad.

Por último, se establece que la mayoría de los "destinos finales" adonde terminaron los cuerpos de los detenidos fueron el mar frente a Pichilemu, en la Sexta Región; San Antonio y Valparaíso, en la Quinta Región; Los Molles, en la Cuarta Región; río Maipo, Lago Ranco, y el Cementerio General como N.N. o con nombres falsos.

Además, se consigna que cuando las detenciones ocurrieron fuera de Chile, los cadáveres fueron lanzados al Océano Atlántico o al Río de la Plata, en Argentina.

Cooperativa CL
13/05/2005




El informe Contreras
El Mamo Contreras decidió salir del silencio carcelario y no encontró nada mejor que un informe, en el que justifica los horrores de los organismos represivos y entrega una peculiar lista en donde la DINA tiene responsabilidad en sólo 80 casos de desaparecidos, mientras abundan las muertes en enfrentamientos o los lanzados al mar.

¿Cómo es posible que alguien que fue detenido por la Central Nacional de Informaciones (CNI) en 1987 aparezca como lanzado al mar en 1979? La pregunta debe responderla Manuel Contreras, el ex director de la DINA y autor de esta suerte de manifiesto en que justifica la represión ejercida durante la dictadura y de paso desempolva sus poco rigurosos archivos.

El documento fue entregado ayer al Ministerio de Justicia, Consejo de Defensa del Estado y a la Corte Suprema y se divide en dos partes. La primera –titulada “Introducción a la entrega de documentos que demuestran las verdaderas responsabilidades de las instituciones de la defensa nacional en la lucha contra el terrorismo en Chile”- es una especie de justificación del trabajo de la DINA, donde aborda cómo el terrorismo los obligó a actuar y de paso lanza dardos hacia quiénes acusan a sus subalternos, responsabilizando a Augusto Pinochet de la actuación del organismo represor.

Luego, en la segunda parte, el Mamo entrega una planilla con 592 casos de detenidos desaparecidos y ejecutados y en que asigna las muertes al Ejército, Fuerza Aérea, Armada, DINA, CNI, Comando Conjunto, entre otros. Curiosamente, la cifra mayor de casos se le adjudica a la institución que encabeza hoy Juan Emilio Cheyre y la menor a la CNI.

En las 21 páginas en que aborda los casos de detenidos desaparecidos se descubre que hay más irregularidades que el eventual error de tipeo en las causas de la CNI, y versiones tan antojadísimas como decir que el 80% de las 80 personas que fueron víctimas de la DINA –según él- perdieron la vida en enfrentamientos. Basta con recordar la Operación Albania y ver en la investigación del juez Hugo Dolmestch donde los propios ex agentes confesaron los crímenes, pero ese dato no le interesa a Contreras. Tampoco le importa lanzar un dardo hacia el detenido desaparecido que ha sido su mayor dolor de cabeza, Miguel Angel Sandoval, a quien define como muerto en combate y asegura que su cuerpo yace una fosa común en el Patio 9, 12, 25, 26, 27, 28 ó 29 del Cementerio General. Las investigaciones hablan que sigue sin conocerse su paradero y que pereció fruto de las torturas.

Mención aparte merece el peculiar análisis que realiza sobre el doble homicidio de Carlos Prats y Sofía Cuthbert y del atentado contra Orlando Letelier. Aquí afirma, en el caso de los primeros, que la CIA estimó que tras la muerte del Presidente argentino Domingo Perón, “la presencia del general Carlos Prats en Argentina y su posible aceptación de encabezar un gobierno chileno en el exilio, junto con la posibilidad de volver a Chile con tropas argentinas, a las cuales se uniría tropas chilenas, se hacía más probable”. A ello sumaba informes del organismo norteamericano que revelaban que “se presentaba como más probable la posibilidad que Sudamérica fuera llevada a una guerra inicialmente entre Chile y Argentina, para posteriormente intervenir en ella Brasil y Ecuador a favor de Chile y Perú y Bolivia a favor de Argentina, lo que constituiría un problema difícil para los Estados Unidos”, menudo conflicto que deja como principal y único actor al agente de la CIA, y no de la DINA, Michael Townley.

En otro caso emblemático, la muerte de David Silberman, Contreras indica que lo detuvo el grupo extranjero Triple A y sostiene que fue asesinado en una calle de Buenos Aires con explosivos. Diferente es la visión que aporta el informe Rettig que asegura que el ejecutivo de Cobre Chuqui estaba detenido en la Penitenciaría con otros trabajadores y fue secuestrado por la DINA. Además, existen numerosos testigos que aseguran que lo vieron en los centros clandestinos de Cuatro Álamos y José Domingo Cañas, donde fue cruelmente torturado.

Demás está decir que en el 70 por ciento de los casos mencionados por el Mamo, las víctimas fueron lanzadas finalmente al mar, y la ley de fuga o los enfrentamientos surgen como las claves para explicar los crímenes.


La campaña
“He resuelto desarrollar este trabajo, que tiene calidad de informe sobre determinadas materias de interés nacional, para ponerlo a disposición y conocimiento de todos los Poderes del Estado que correspondan y, especialmente para la información públicas de mis conciudadanos, pues como director de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) no he podido sustraerme , ni moral, ni profesionalmente, a la barbarie judicial y publicitaria a la que han sido sometidos todo un conjunto de personas absolutamente inocentes integrantes de las diferentes instituciones de la defensa nacional y civiles provenientes de todos los niveles profesionales de la sociedad chilena, que pertenecieron a la dirección por mi comandada desde la fecha de su creación (noviembre de 1973) hasta su disolución y reemplazo por la Central Nacional de Informaciones (CNI) durante el año 1997, personas que desde las fechas señaladas y, particularmente desde el año 2000, han sido sometidas a vejámenes de todo tipo e inmerecidos sufrimientos y humillaciones para ellos y sus respetables familias, producto de acusaciones de supuestos apremios físicos a individuos y supuestas desapariciones de otros individuos ”.

Así comienza la introducción al informe que entregó el Mamo Contreras, y marca desde un comienzo que lo suyo será la defensa de los ex integrantes de la DINA y fortalecer la tesis de que él actuó en una guerra interna.

Junto con denunciar que nunca fue consultado para aportar antecedentes para el informe de la Mesa de Diálogo, pese a que estaba dispuesto a ello, el general en retiro condenado a doce años de prisión por el secuestro permanente de un detenido desaparecido, no duda en justificar cada uno de los pasos de la DINA.


Pinochet
Imposible que en la revisión de los hechos, Contreras dejara afuera a Augusto Pinochet. Y fiel a su costumbre, siguió apuntando a quien fuera su superior. Señala que comenzó la recopilación de estos antecedentes luego del informe Rettig “pues me percaté que situaciones traducidas en presuntas violaciones a los derechos humanos de los terroristas y otros violentistas, sistemáticamente comenzaban a recaer bajo la responsabilidad casi única y exclusiva de la Dirección a mi mando, lo que me pareció una desproporción injusta e intolerable” y añade que a ello se sumaba “el permanente ominoso silencio de mi superior jerárquico Augusto Pinochet”.

En otro punto, sostiene que “es otro absurdo inventado por la vengativa mentalidad propia de la odiosidad de nuestro detractores, pues si de cúpula de la DINA se trata, dicho termino se debe adjudicar en primer lugar a Augusto Pinochet” y enfatiza que “jamás en mi organización se realizó actividad alguna que no fuera ordenada o debida y oportunamente informada a mi superior jerárquico, el Presidente de la República (Pinochet) por lo que se hace impresentable y vergonzoso que no se indague, no se investigue la verdad, se someta a proceso e incluso se condene a la cárcel a personal de la DINA, entre ellos a personal subalterno, ya que esta organización, por ley, obedecía a una estructura jerárquica y disciplinada”.

Dicho y hecho, para Contreras queda más de una deuda sin pagar con quien antes compartía tertulias matutinas. La deuda sigue impaga y el Mamo no acepta que mientras él permanezca detenido, su jefe directo goce de libertad.


Datos
El informe responsabiliza al Ejército de 134 casos; a la Armada de 35; a la Fach de 53; a Carabineros de 92; a la DINA de 80; Investigaciones serían culpables de 35, la CNI se queda con diez víctimas; al Comando Conjunto lo culpa de 94 casos; al Departamento de Estado Mayor de la Defensa Nacional de seis; al trabajo coordinado de las Fuerzas Armadas y de Orden de 18; detalla dos casos de muerte fuera del país; establece seis casos de dejados en libertad por el Ministerio del Interior y otros casos; individuos vistos en Chile cuatro; y muertos en el extranjero 23.A modo de comparación el l Informe Rettig se llegó a la conclusión que dos mil 115 personas fueron víctimas de violaciones a los derechos humanos a los que suma otras 164 que perecieron por la violencia política, sumando dos mil 279.


Guerra interna
En su relato Contreras entrega las claves que justificaron la intervención militar y creación de organismos represivos. Sostiene que “el evidente enfrentamiento y cruento accionar de los grupos terroristas obligó a la adopción de medidas en extremo severas y muchas veces violentas, pero impuestas y necesarias para aplicar para el logro de la pacificación nacional. Todas las instituciones Armadas y de Orden se vieron obligadas a extraer lo mejor de sus conocimientos profesionales para enfrentar a tan extraño y violento adversario”.

Añade que “vincular la lucha contra el terrorismo con los derechos humanos es un grave error de incalculables consecuencias. Este peligroso error queda palmariamente demostrado por cuanto los derechos humanos, como concepto universal, fue apropiado por los marxistas y tuvo como principal escenario de aplicación y desarrollo a nuestro país, traduciéndose en que los terroristas fueron considerados las víctimas y, los militares que derrotaron al terrorismo en Chile fueran catalogados como victimarios. Queda la impresión en la historia, en este caso, ha variado trágicamente su rumbo, pues nuestra patria ha sido el único país en el mundo que ha derrotado al terrorismo con un mínimo de bajas humanas, en relación a la criminalidad y violencia con la cual esta especie violentista ha demostrado producir a largo de su accionar en tantos lugares del planeta”.

La Nación CL
14/05/05


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