3/1/09

El 68 uruguayo (X)

El 68 Uruguayo. Segunda parte. CAPITULO 4. La derecha se afirma en el poder

En todos estos episodios de inestabilidad política, luchas sindicales y represión se estaban manifestando tensiones decisivas para el porvenir del país. Ante el incremento de la movilización popular la derecha no cesó nunca de reagrupar fuerzas. (1)
En octubre, el desplazamiento del gobierno del sector de base más popular, la implantación de Medidas Prontas de Seguridad para imponer restricciones en materia salarial y la capitulación incondicional frente al FMI y demás organismos internacionales, vino de la mano del advenimiento de César Charlone a la conducción económica y la refinanciación de la deuda externa. Estos fueron los primeros pasos en un camino que luego cobrarían mayor fuerza con la inesperada muerte de Gestido y el ascenso de Pacheco. La reacción conservadora fue quien tomó la iniciativa y poco a poco fue desbrozando el camino.
En todo el año 1967, como en el 68, en los discursos presidenciales de Gestido y Pacheco, en el preámbulo de los decretos represivos, en las declaraciones a la prensa y los editoriales de los diarios que apoyaban al gobierno, en los pronunciamientos de las organizaciones patronales y los editoriales de los periódicos extranjeros, el factor perturbador lo constituye el movimiento obrero y la movilización estudiantil; en ambos las tendencias más combativas acrecientan su gravitación. Y así lo registra el gobierno. (2)
Sobre este cuadro va a operar el poder económico y burocrático de las derechas, después de las primeras vacilaciones de Gestido: alejamiento del FMI, escarceos “desarrollistas”, y búsqueda del diálogo con las organizaciones sindicales, a partir de octubre; y con el advenimiento de Pacheco: reconciliación con el FMI, represión hacia las organizaciones sociales y cancelación de cualquier proyecto productivo a la manera de los desarrollistas.
Las Medidas Prontas de Seguridad (con prisiones, confiscaciones de diarios, etc.), que Gestido implanta el 9 de octubre del 67, muestran cuál será el rasgo principal de la actuación del P. Colorado en el período.
Se afirma en el gobierno la presencia de representantes de la derecha más conservadora como Carlos Manini Ríos, el Gral. Juan P. Ribas, Santiago de Brum Carbajal, Ulises Pereira Reverbel, y luego César Charlone en el Ministerio de Hacienda reanudando la negociación con el FMI.
En los meses que siguieron, el grueso del P.Colorado y, en particular, del batllismo, que tradicionalmente había asumido la representación política de la burguesía industrial “nacional”, acompañó, liderado por Jorge Batlle, todo el proceso de remodelación conservadora impulsado desde el gobierno por Pacheco y su equipo.
La lucha entre las distintas fracciones políticas dentro del batllismo fue saldada con decisiones en las cimas políticas que determinaron el alejamiento del gobierno de sectores de tinte más popular, más “desarrollistas” y adversos al acatamiento irrestricto al FMI. Con el desplazamiento de este sector termina el intento colorado de un proyecto de país inspirado en las propuestas neo-batilistas de Luis Batlle Berres y el equipo de “jóvenes turcos” que él había conformado.
Reconquistado el control por los sectores más conservadores se endurece la política contra los gremios y una “nueva política económica”, trazada en concordancia con el FMI, acentúa los conflictos con los trabajadores.


Medidas de seguridad.
“Es este sindicalismo el que está actuando en esta hora de la historia, como rueda de recambio de los partidos políticos, con relación al planteamiento, discusión y solución de los problemas para los cuales dichos partidos se han vuelto inoperantes. Todo ello, sin perjuicio de que estos partidos sigan su misión o misiones específicas, a las que se sustraen sin embargo, por la ceguera de los dirigentes que resisten la revisión de su estructura y su funcionamiento “.
Carlos Quijano. “Un paréntesis cesarista”. “Marcha”, 14 de octubre.

El 9 de octubre el gobierno del General Gestido decreta las Medidas Prontas de Seguridad. Al día siguiente ya hay 268 sindicalistas presos. La cifra ascenderá a 442 en los días posteriores.
El martes 11 de octubre fuerzas de seguridad del Estado ingresaron a la sede del Instituto de Profesores Artigas, donde, al parecer, las actividades se desarrollaban normalmente.
No obstante, fueron detenidos todos los profesores que en ese momento se encontraban dictando clase, entre ellos el Prof. Germán Rama y el Dr. José Claudio Williman que compartieron así, 28 años antes de hacerse cargo de la dirección de la ANEP, una celda en la Jefatura de Policía de Montevideo, bajo un gobierno colorado.



Levantan paro en AEBU
El miércoles 11 se realiza un paro general contra las Medidas Prontas de Seguridad y en solidaridad con los gremios en lucha. En ese contexto, el 12 de octubre la dirección de AEBU levanta, sin consultar al gremio, las medidas de lucha y convoca a “normalizar la actividad bancaria”.
Esta resolución suscita disconformidad en primer lugar en el gremio (malestar que se evidenciará en las elecciones de abril del año siguiente en que por primera vez gana la lista de la tendencia).
También en la Mesa Representativa de la CNT donde la resolución unilateral adoptada por la mayoría de la dirección de AEBU es criticada por los representantes de varios sindicatos (textiles, Funsa).
En estas reuniones de la Mesa Representativa de los sábados 14 y 21 de octubre, aparecen ya algunos temas centrales del período.



Reconciliación con el FMI y ruptura con Vasconcellos
El 23 de octubre, en un breve discurso, el Presidente Gestido anuncia su decisión de reanudar las relaciones con el FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano: “La grave conmoción provocada por los conflictos gremiales (…) me forzaron a plantear (…) la necesidad de adoptar rápidas medidas de seguridad en defensa del orden público (…) La continuación de este estado de cosas solo hubiera llevado por el peligroso camino de nuestra destrucción política y social (…). (Presidente Oscar Gestido. 22 de octubre de 1967).

Esta medida provocó inmediatamente la salida del gabinete del sector más progresista y una intensificación de la crisis interna del Partido Colorado.
El 27 de octubre del año 67, Amílcar Vasconcellos, que representaba junto a Michelini el liderazgo más activo y desafiante ante el coloradismo conservador, en el acto de homenaje a Julio César Grauert, en la “Casa Batllista de la calle Vázquez, critica al Presidente de la República. Dice que su desplazamiento del Ministerio de Economía “fue un agravio y una deslealtad de Gestido”. Responsabiliza al Presidente de “lesionar al Partido Colorado”.
Le sale al cruce a expresiones del General Gestido, diciendo: “¿Dónde se vio que un Presidente, que es depositario de toda la fuerza pública y de la ley, diga que peligran todas las conquistas políticas del Uruguay? ¿Acaso nos quiere amenazar a nosotros (…) Nunca pensé que podría haber tanta deslealtad y dualidad”.
“El amanuense que le escribe los discursos al Presidente debe ser de ánimo gorila “, siguió Vasconcellos (…) “Pero sepan que no pondremos la otra mejilla. Nos han echado encima una palada de barro, pero sepan que por cada golpe que nos den, devolveremos dos “
, terminó en medio de grandes aplausos.

Las manifestaciones del ex Ministro de Economía contra el gobierno se prolongaron durante varios días. El 29 de octubre en un acto público dice que ha sido objeto de una “estúpida agresión política por parte del Presidente de la República “.
Gestido y el Ministro de RR.EE. Dr. Héctor Luisi, reaccionaron también de forma violenta. En una breve nota el Presidente de la República anuncia al Parlamento que pide “licencia” y manda sus padrinos al senador Vasconcellos para dirimir la controversia en el terreno de las armas. La particular situación constitucional estaba a estudio de la perpleja Asamblea General Legislativa, cuando, el 3 de noviembre, un Tribunal de Honor decidió que no había lugar a duelo “al no haberse configurado una ofensa que afectara el honor del mandatario”.



Torturas en inteligencia y Enlace
En esos meses de 1967 comienzan a formularse las primeras denuncias acerca de atropellos policiales en el área política: la Asociación de Estudiantes Magisteriales denuncia las torturas (golpes, picana eléctrica) impuestas a Gustavo Inzaurralde, dirigente del gremio, por parte del Comisario Alejandro Otero y el sub-Comisario Fontana. Pasado al juez correspondiente. Dr. Pereira Manelli, este decretó su libertad por “falta de fundamentos para su procesamiento”. (3)
Había sido detenido el 13 de noviembre. También señalan que el Comisario Otero negó, en presencia del Jefe de Policía, hasta el hecho que se encontrara detenido. Junto con Inzaurralde fueron detenidos Yamandú González, Lilián Celiberti y Elena Quinteros.



Propuestas de la tendencia combativa
El 14 de noviembre la delegación de FUNSA propone la realización de un paro general de 48 horas contra las Medidas Prontas de Seguridad. El Congreso Obrero Textil plantea la necesidad de combinar acciones generales ordenadas de acuerdo a un plan. Esta moción es rechazada.
El día 21, los sindicatos de la tendencia, retomando una propuesta que se había aprobada anteriormente, plantean la necesidad de un emplazamiento al gobierno para que levante las medidas prontas de seguridad. Esta moción es rechazada.
Con posterioridad a estos episodios y haciendo un balance sobre lo realizado ante las medidas de seguridad el representante de los textiles ante CNT, Héctor Rodríguez, dirige a los sindicatos para su discusión un documento en el que, entre otras cosas, expresa:
“Es en la acción donde se ven los resultados y vistas nuestras posibilidades de acción, esos resultados no son ni pueden considerarse satisfactorios (…) Cuando estos reclamos se producen, la dirección tiene que definirse acerca de su deber primordial, que es el de encabezar a los que quieren luchar y asegurarles respaldo para ello y que no es el de ayudar a retroceder en el mejor orden posible a los que no quieren luchar”.
“(…) Si guardamos silencio, si no revisamos y corregimos lo actuado, pueden cundir el derrotismo y la desmoralización sin causa para ello (…) Sin embargo, hay compañeros que parecen satisfechos y que comparan el resultado final de esta lucha con las de 1965 (…). Es este conformismo el que puede quebrantar o anular al movimiento sindical tanto como la peor represión, el que puede transformarse en derrotismo “.
“De esta reunión de la Mesa y del Plenario del día 3 tenemos que salir a rectificar decididamente una línea que nadie trazó, pero que ya en la práctica ha conducido al retroceso y a la claudicación (…)”.
“Durante las medidas de seguridad en el seno de la Mesa Representativa de la CNT hemos coincidido en la búsqueda de este camino con compañeros de otros gremios que integran la Mesa, como Gerardo Gatti (grafico) Ricardo Vilaró (profesor) W Rodríguez Belleti (cañero), Washington Pérez (Funsa) y ocasionalmente con otros compañeros. Lamento que no se haya registrado unanimidad ni mayoría para el combate necesario, pero creo que debemos buscarla y lograrla para que la CNT sea lo que los trabajadores quieren que sea: una guía ejemplar de sus luchas “.




Los acuerdos salariales en el sector público
Para los días 8 y 9 de noviembre de 1967 la CNT convocó un Plenario de Comisiones Directivas y comités de base de sus organizaciones filiales. Fue la oportunidad para que afloraran una serie de discrepancias con la conducción mayoritaria del movimiento: ausencia de un plan de lucha para enfrentar a las MPS, aceptación por parte del Departamento de Trabajadores del Estado de una propuesta salarial considerada insuficiente, aceptación, por parte del Departamento de Trabajadores del Estado (perteneciente a la (CNT) de dilatorias en el ajuste salarial, etc.
Los socialistas desde las páginas sindicales de “El Sol” dirán, entre otras críticas: “La orientación que la CNT tiene en la actualidad, reflejada en la práctica de todo un año, da la razón a quienes sostenemos que la «conciliación» y el diálogo con la desmovilización deterioran la unidad en lugar de preservarla”. (10 de octubre de 1967, pág. 2).
También en la industria privada se plantean los problemas salariales o de los despidos y el desconocimiento de los derechos sindicales. Los conflictos se suceden; algunos de ellos alcanzaron gravedad, como el de Ernesto Ghiringhelli SA (con ocupación de la planta por parte de los trabajadores y paros solidarios en FUNSA) y el de la prensa, lo que llevó a que varios sindicatos plantearan la necesidad de un plan de lucha.


Notas

(1) El 28 de marzo de 1968 se realiza en el P. Peñarol una Asamblea Ruralista, convocada por el Movimiento Nacional de Entidades Agrarias, compuesto por 137 organizaciones. Con la presidencia de Juan José Victorica y con las instalaciones del local colmadas, los participantes rechazan el catastro preparado por el Ministerio de Ganadería. “Total rechazo a la gestión de Flores Mora” titula al otro día “El País”.
En el cierre de la asamblea hace uso de la palabra el Dr. Eduardo J.Corso: “El gobierno impone el comunismo desde arriba (…) Mucho tendrán que lamentarse de la quiebra de las instituciones “, pronostica. “No es una amenaza sino una advertencia (…) no vamos a permitir que venga el caos”. (“El Popular”, 29 de marzo).

(2) Véase en ese sentido el editorial de Julio M Sanguinetti en “Acción” del 5 de mayo del 68: “Las autoridades gremiales si son tales, en efectividad, deben ofrecer lo mismo que el gobierno (en el sentido de asumir actitudes comunes frente a todos los conflictos de la administración). No es posible admitir que ante los mismos reclamos (salario, por ej.) se adopte una actitud razonable en algunos organismos (sindicales) y notoriamente excesiva en otros, como está pasando en este mismo instante en ANCAP donde (el sindicato) ha organizado un verdadero saboteo de la producción”.
Es interesante también consignar las expresiones de discrepancia de Oscar Bruschera cuando desde las páginas de “Marcha” critica lo que él llama “actitud inconveniente de los sectores exaltados” que impiden la concreción de acuerdos entre la CNT y el gobierno.

(3) Gustavo Inzaurralde, integrante de la FAU. que más adelante será uno de los principales dirigentes del PVP en la Argentina, era un militante reflexivo y estudioso. Ejercía bastante influencia en el gremio y en cierto sentido contribuyó a la orientación de muchos jóvenes estudiantes de magisterio por su estilo calmo y su formación política. Está desaparecido desde marzo de 1977.


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