A las 10.00 de la mañana del domingo 16 de abril de 1972 comenzó el operativo de las Fuerzas Conjuntas, con el primer allanamiento del local. Este procedimiento volvió a repetirse a las 13.00 horas, debido a que desde una vivienda vecina se denunció que se había tirado desde la Seccional 20 un revólver calibre 38.
Sobre medianoche comenzó a ser rodeado el local y a la una de la mañana se realizó el primer disparo. Fue un operativo de las Fuerzas Conjuntas. Estuvo la Fuerza Aérea, el Regimiento de Caballería Nº 9, la Metropolitana y parte del Escuadrón de la Muerte, señaló a LA REPUBLICA la responsable de DDHH del Partido Comunista, Lille Caruso.
El fuego cruzado que efectuaron los represores llevó a herir de muerte al capitán Wilfredo Busconi. Testigos señalan que se escuchó el grito de "paren que nos estamos matando entre nosotros", de parte de los militares.
La caída del capitán llevó a que se "enceguecieran" y mataran al comunista Héctor Cervelli, dijo Caruso. Posteriormente, salieron con las manos en alto y fueron ejecutados los militantes José Washington Sena, Luis Alberto Mendiola, Raúl Gancio, Elman Fernández, José Ramón Abreu, Ricardo Walter González y Ruben Claudio López.
La autopsia histórica del caso, publicada por la Revista Médica del Uruguay, revela que "cinco de las víctimas murieron en el lugar sin que exista registro de que recibieran algún tipo de asistencia médica". "Según la denuncia del coracero Julio Estela, fue un miembro de la Metropolitana, apellidado Rivero, el que mató a la inmensa mayoría de los compañeros, rematándolos en el piso", dijo Caruso.
Abreu, Gancio y Sena murieron desangrados en el piso. González y Mendiola fueron trasladados al Hospital Militar, pero llegaron sin vida, según indica la autopsia. Por su parte, Fernández fue aparentemente rematado en el suelo, según indica el trabajo médico. El capitán Busconi recibió un impacto de bala en la cabeza quedando en coma profundo por 22 meses, cuando falleció de peritonitis. Dentro de las conclusiones de la autopsia se aclara que "todas las lesiones estudiadas, incluso las del capitán Busconi, fueron provocadas por armamento de las Fuerzas Conjuntas".
Hubo dos sobrevivientes en una suerte de altillo, en medio de la balacera no se movieron, lo que permitió salvar sus vidas: Ernesto Fernández y Enrique Rodríguez
Los responsables de esta masacre aún están impunes.
La República
18/04/08
11/11/08
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