La autopsia psicológica de Nibia Sabalsagaray realiza un análisis exhaustivo sobre su historia personal, desde su nacimiento el 10 de setiembre de 1949 en la ciudad de Nueva Helvecia (Colonia) hasta su relación afectiva con Francisco "Paco" Laurenzo.
"Provenía de un hogar humilde, integrado por sus padres y cuatro hermanos, siendo ella la primogénita". "La madre murió en el parto de la menor de sus hermanas, en circunstancias tan inesperadas como dolorosas", cuando Nibia "tenía diez años de edad".
"En función de ello, los cuatro hermanos pasaron a vivir en el campo donde residían sus abuelos maternos, en un pequeño tambo de su propiedad. El padre permaneció en Nueva Helvecia pero visitaba a sus hijos durante los fines de semana y las vacaciones", continúa.
"En la abuela materna (Nibia) encontró el amparo y el afecto suficientes como para establecer con ella un vínculo equivalente al de una hija con su madre", siendo esta abuela la que "acompañó el desarrollo de Nibia" y "la alentó con particular énfasis para que prosiguiera sus estudios en Montevideo".
"Destacadísima estudiante" con una "clara inclinación por las letras, disfrutaba contándoles cuentos a sus hermanos menores, al tiempo que procuraba también enseñarles inglés, lengua que dominaba con fluidez", según cuenta su hermana.
"Yo fui la primera en irme. Nadie se fue antes que yo, primera exploradora que salía de la casa al mundo: la primogénita", escribió en un cuento analizado por los peritos. Progresivamente se adaptó a Montevideo "pero sin dejar nunca de recordar su casa natal y su familia, entremezclando reminiscencias de infancia con experiencias adolescentes", según surge del análisis de otras narraciones.
En 1968 "rinde con éxito el examen de ingreso para cursar los estudios de profesorado de Literatura del Instituto de Profesores Artigas (y) conoce a Antonia Yáñez", quien sería su compañera de estudios y su mejor amiga", junto a quien "compartiría una intensa actividad sindical estudiantil y política", recuerda.
En abril de 1974 obtiene el titulo de profesora de Literatura, al tiempo que en octubre de ese mismo año "tenía planeado contraer matrimonio con su novio Francisco, que había conocido en el marco de la actividad gremial y política que desarrollaban en conjunto, de quien estaba muy enamorada y por quien era correspondida", señala el informe.
CARTAS Y UNA NOVELA
La autopsia psicológica se realizó a recomendación de los peritos del Instituto Técnico Forense (ITF), Hugo Rodríguez, Rúben Arias y la psicóloga forense Beatriz López, como forma de contribuir a esclarecer las circunstancias que rodearon el dudoso fallecimiento.
Los especialistas consideraron relevante analizar una novela escrita por Nibia y una carta enviada a sus familiares días después de ser detenida, así como interrogar a allegados a la joven para determinar si pudo haber tomado la decisión de quitarse la vida, como indica la versión oficial de la dictadura.
Las recomendaciones de los peritos se realizaron tras efectuar una "autopsia histórica" sobre el fallecimiento de Sabalsagaray, la cual no descartó que la joven fuera asesinada. Los peritos recomendaron realizar una inspección ocular del lugar del deceso, para realizar un análisis criminalístico, pero el mismo no pudo efectuarse porque los calabozos de la época ya no existen. Fueron demolidos en 2003.
La autopsia histórica fue solicitada por la fiscal Mirtha Guianze cuando el juez Penal de 10º Turno, Rolando Vomero, se disponía a archivar las actuaciones.
EL TESTIMONIO DE CARAMBULA
Marcos Carámbula realizó en 1974 un reconocimiento externo al cadáver de Nibia Sabalsagaray en el cual "observó diversos hematomas diseminados en los brazos y las piernas", aunque "el rostro estaba indemne y no encontró evidencia alguna de violencia sexual", sostiene el informe de los peritos.
"En cambio, comprobó la presencia de una línea erosiva delgada en su cuello, fina e incompleta, sin hendidura, 'como trazada con un lápiz', no compatible con las huellas atribuibles a un ahorcamiento", tras lo cual "tomó nota de todos estos hallazgos y consultó a un catedrático de la Facultad de Medicina".
El doctor Arzuaga "desestimó (con estos datos) la posibilidad de que se tratara de un suicidio". "Vale tener en consideración el testimonio de Daniel Mesa a propósito de una conversación mantenida por dos de sus guardias, quienes comentaban sobre la muerte reciente de una presa cuando estaba siendo sometida al submarino seco", dice el informe.
La República
01/09/08
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