Terminan tres años de proceso judicial en Brasilia. Los ministros del Supremo Tribunal Federal tomarán una decisión inapelable. Está acusado de crímenes contra la humanidad en el marco del Plan Cóndor. Sólo podrían juzgarlo por casos de secuestro.
El Supremo Tribunal Federal (STF), máximo órgano de justicia de Brasil, decidirá finalmente mañana, jueves 11, el destino del torturador uruguayo Manuel Cordero, pedido en extradición por la justicia federal argentina y por la justicia uruguaya por crímenes contra la humanidad durante el Plan Cóndor.
El coronel (r) Manuel Cordero, que el próximo lunes cumplirá 70 años, se había fugado de Montevideo en 2004 para no afrontar una causa de desacato ante la justicia uruguaya, pero fue ubicado en Santana do Livramento por el activista en derechos humanos brasileño Jair Krischke, lo que permitió su detención.
Cordero fue inicialmente requerido por el juez argentino Guillermo Montenegro quien sigue la causa del Plan Cóndor en Argentina y, posteriormente, por el juez uruguayo Luis Charles quien indaga las desapariciones del "segundo vuelo" de Orletti. A ellos se sumaron los jueces argentinos Rafecas y Oyarbide.
La audiencia que mañana realizará el STF, con presencia del Procurador General de la República (fiscalía) y la defensa del torturador, definirá los reclamos de extradición Nº 974 (argentino) y Nº 1.079 (uruguayo) y concederá la extradición a uno de los dos países.
El proceso
Luego del largo proceso extraditorio realizado en Brasil, ante las sucesivas trabas judiciales ensayadas por la defensa del militar, el STF definirá por qué imputaciones se permitirá el juzgamiento de Cordero, acusado en Argentina por privación de libertad agravada, delito de tormentos y asociación ilícita.
Cordero fue interrogado dos veces y en su defensa alegó que se lo acusaba por razones políticas, que había sido indultado en 1989 por el gobierno argentino, que los delitos prescribieron y que ya fue juzgado en Argentina. Los secuestros de Gerardo Gatti y León Duarte serían claves en la decisión.
El ministro relator Marco Aurelio de Mello, a cargo del caso, ya admitió una pauta de la Fiscalía General de la Nación por la que no se le extraditaría por el delito de asociación ilícita, y en el marco del tratado del Mercosur propiciaría que sea remitido a Argentina si no recibe una condena de cadena perpetua.
El enjuiciamiento de mañana en Brasilia resolverá si se cumplen todos los requisitos, si las acusaciones son un crimen político, si los delitos prescribieron y si con su extradición Cordero puede ser condenado dos veces. En ese marco pesará la anulación de su indulto y la argumentación uruguaya sobre el caso.
El criminal
José Manuel Cordero Piacentini, nació el 15 de setiembre de 1938 e ingresó al Ejército uruguayo en 1951. Fue uno de los principales represores de la dictadura luego de realizar cursos internacionales de entrenamiento en tortura y practicar tormentos a la guerrilla, antes del golpe de Estado de 1973.
En 1976, con el grado de mayor se integró a la Oficina Coordinadora de Operaciones Antisubversivas (OCOA) donde ostentaba el alias de "303" como tercer mando al frente del centro de torturas "300 Carlos" ubicado en el Servicio de Material y Armamento (SMA) adjunto al Batallón de Infantería Nº 13.
También coordinaba con el Servicio de Información y Defensa (SID), para realizar operativos de represión en el exterior, particularmente en Argentina, en el centro clandestino de torturas Automotores Orletti donde medio centenar de uruguayos fue secuestrado y la mitad de ellos continúan desaparecidos.
Huyó de Uruguay, cuando el juez José Balcaldi lo denunció por un delito de ofensa con desacato, luego que Cordero fuera denunciado por apología de la tortura en declaraciones de prensa, en las que reivindicó el apremio físico de los detenidos, para lograr confesiones.
La República
10/09/08
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