13/8/08

Cientos de oficiales de Policía recibieron en EEUU entrenamiento en técnicas de tortura

Centenares de oficiales de la Policía uruguaya recibieron entrenamiento en los EEUU entre los años 1961 y 1973 bajo un programa financiado por la Agencia Interamericana de Desarrollo de la que dependía la Oficina de Seguridad Pública (OPS).

En el año 1974 el Congreso de los EEUU la cerró debido a que los entrenadores de la OPS fueron acusados de permitir la tortura y la brutalidad a sus "estudiantes" y de identificarse demasiado con los agentes de la CIA, según informó ayer el matutino argentino Clarín.

El Departamento de Estado era el que supervisaba a la AID, aunque la CIA ejercía un contralor directo sobre la OPS. Algunos oficiales uruguayos participaron de hasta cuatro cursos en diferentes años. Uno de los principales agentes de esa dependencia era Dan Mitrione, secuestrado y ejecutado en 1970 por los Tupamaros. 155 oficiales recibieron entrenamiento en la Academia Internacional de Policía; 85 en el Servicio Internacional de Policía; 12 en la policía de Fronteras; 11 en el departamento de Policía, prisiones y oficinas de Sheriffs; 2 en la Academia Nacional del FBI; 3 en el Departamento del Interior; 5 en la US. Army; 2 en la DEA y uno en el colegio de la Ciudad de Pasadena.

Entre quienes fueron entrenados se encuentran sólo dos policías femeninas; el policía Miguel Angel Benítez, que luego fuera procesado por sus presuntos vínculos con el MLN; el Comisario Héctor Morán Charquero, asesinado a balazos por los Tupamaros en plena Rambla del Parque Rodó, acusado de aplicar brutales torturas a los detenidos; cuatro oficiales acusados --en base a las declaraciones del fotógrafo policial Nelson Bardesio-- de integrar el Escuadrón de la Muerte: los comisarios Hugo Campos Hermida y José Pedro Macchi, el inspector Víctor Castiglioni y el subcomisario Raúl La Paz; además de Aldo Conserva, Antonio Píriz Castagnet y Juan María Lucas, acusados de estar vinculados a la CIA. Además 148 oficiales recibieron entrenamiento de la DEA entre 1969 y 1978 y 187 fueron entrenados en el mismo período por el Servicio de Aduanas (US Custom Service)

A 1973 Uruguay había recibido 2.209.000 dólares, ocupando el séptimo lugar en América Latina detrás, entre otros, de Brasil que recibía 8.612.000 dólares y Colombia con 6.944.000 dólares.

Pero la ayuda no se limitó solamente a entrenamiento, también llegó equipamiento empleado para reprimir la creciente movilización popular de la época.

La Policía uruguaya recibió un sistema de comunicación mucho más eficiente del que empleaba; camiones y camionetas antimotines; lanzagranadas y granadas de gases tóxicos de diversos tipos; cascos, escudos y bastones antimotines. También recibió 1.134 revólveres y pistolas y 2.000 cargas de municiones. Incluso después de la prohibición de venta de armas establecida por la "enmienda Koch" la Remington Arms Co. le vendió 100.000 cargas de municiones calibre 38 con licencia oficial otorgada en junio de 1976.



La CIA en Uruguay
Manuel Hevia, un cubano que actuó como agente doble dentro de la CIA en Uruguay; y Philip Agee, un miembro de la agencia que luego desertó y trabajó al mismo tiempo en nuestro país, relataron en sus libros "Pasaporte 11133" y "La CIA por dentro", respectivamente, los orígenes de la intromisión de los EE.UU en Uruguay.

La embajada estadounidense en Uruguay destacó a su segundo secretario, Nicholas McClausland, para darle forma a un nuevo sistema policial que nacería a partir del viejo Departamento de Inteligencia y Enlace.

El agente William Cantrell estuvo a cargo de esta operación, junto a un coronel de apellido Acuña, un ex jefe de Inteligencia del Ejército que cumplía funciones en la Jefatura de Policía de Montevideo.

El país era gobernado por el Partido Nacional. Hasta ese momento la represión estaba a cargo del comisario Juan José Braga a quien Agee calificó como "torturador"; el comisario Alejandro Otero; el subcomisario Pablo Fontana, el inspector Guillermo Copello; el comisario Arturo Jaureguiza, el inspector Antonio Píriz Castagnet, los coroneles Carlos Martín y Roberto Ramírez y un teniente coronel apellidado Zipitría.

En la nómina de "colaboradores" de la CIA que menciona Agee se encuentran Benito Nardone, presidente del Consejo Nacional de Gobierno (Colegiado) y su esposa, el actual intendente de Treinta y Tres, Wilson Elso Goñi, 21 organizaciones de fachada y varias personas de Maldonado, entre quienes estaban el comisario Manuel Fernández, el subcomisario "Poroto" Concepción, el coronel Julio Vigorito y el hasta el año pasado edil nacionalista Dreyfuss Pérez.

En la nómina de 169 oficiales que el profesor Fernández publica en su libro se encuentran Hugo Campos Hermida, acusado ahora de ser una pieza clave en la instrumentación del Plan Cóndor en Uruguay. Además está Aldo Conserva, ex director de la Escuela Nacional de Policía; el ex director nacional de Información e Inteligencia, Victor Castiglioni; el ex jefe de Policía de Montevideo y Maldonado y ex director de la Guarda Municipal de Maldonado, Osvaldo Díaz; el ex director del Ministerio del Interior, Pablo Gargiulo; el comisario Juan María Lucas; el comisario José Pedro Macchi; el coronel (r ) Ricardo Medina, acusado de integrar el grupo que asesinó a la nuera del poeta Juan Gelman; el comisario Héctor Morán Charquero, los oficiales Juan Carlos y Julio Lemos; los comisarios José Luis y Milton Daniel Pereyra Roldán; el coronel Guillermo Ramírez, acusado de integrar un Grupo de Tareas uruguayo en Argentina; los oficiales Ruben y Francisco Soto Sampayo; el ex jefe de Policía de Montevideo durante la dictadura, coronel Washington Varela; el comisario Homero Vaz Bresque y el comisario Juan Ricardo Zabala, acusado de haber participado del secuestro del maestro y periodista Julio Castro

CARLOS PELAEZ

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