8/7/08

Olivar Lauro Sena Rodríguez

Desaparecido el 2 de diciembre de 1974. "Sarco" como se le conocía, tenía 35 años, un hijo de 12 años y otro a punto de nacer. Vivía en el balneario de Punta del Diablo, en la costa del departamento de Rocha, donde trabajaba como albañil y pescador.

El cuerpo de Olivar Sena fue encontrado en la playa rochense de "La Esmeralda", en el quilómetro 234 de la Ruta 9, por un pescador lugareño, el 24 de abril de 1976. Presentaba claros signos de tortura, con múltiples fracturas y mutilaciones. Según el coordinador nacional del Serpaj, Raúl Martínez, esta persona habría permanecido secuestrada un año y cuatro meses antes de su muerte. Como ya se informara, su nombre no figuraba en las listas de desaparecidos de organizaciones de derechos humanos. En esa época, otros trece cuerpos aparecieron en las costas oceánicas del departamento.

Sin embargo, el de Sena Rodríguez, cuya identidad no se supo hasta ahora, fue conservado por el funcionario del cementario de Castillos, en un nicho particular, gracias a lo cual fue posible su identificación.

Martínez recordó que en principio se habló de que podían ser ciudadanos coreanos o incluso argentinos, víctimas de los "vuelos de la muerte".

"En realidad, se trata de un uruguayo que aparece en ese contexto en las costas uruguayas, lo que abre verdaderamente otras líneas de investigación", indicó en la conferencia de prensa. Según la investigación del Serpaj, basada en testimonios de vecinos y periodistas locales, la zona de los balnearios de Rocha era asediada con frecuencia por efectivos militares. En esos operativos sorpresa, los uniformados interrogaban a los lugareños sobre personas y actividades.

Por más que no hubo testigos de su secuestro, no es extraño que muchos sospecharan que su desaparición estuvo relacionada a los organismos represivos. El Serpaj participa también de esta presunción.

Según testimonios del lugar, los militares que tenían residencia en la zona formaron una cooperativa de pescadores de Punta del Diablo. "Sarco" se opuso a integrarla porque quería seguir trabajando "a su manera". En determinado momento, los militares contrataron a un grupo de pescadores para que extrajeran hierro de una embarcación que había encallado en las cercanías.

A la hora del reparto de las ganancias, los pescadores se enfrentaron a los militares, quienes, según recordaban algunos lugareños, intentaron cambiar lo que se había acordado. "Sarco" también participó de este altercado que revistió características inusuales. Desde el punto de vista político, sus allegados confiaron que había sido votante del Partido Colorado, pero que últimamente se lo había considerado con inclinación a la izquierda.



La desaparición
Según el informe presentado por Serpaj, la madrugada del 2 de diciembre de 1972, "Sarco" dejó su cena servida, la carne a medio comer, el vaso de vino, sus documentos, sus pertenencias todas y la luz encendida de su casa. Desapareció de su domicilio sin dejar rastro. También desapareció su moto, cuyo ruido era conocido por los vecinos. Un testigo vio esa misma noche pasar un camión con las luces apagadas, lo que llamó la atención. Su hermano y un equipo voluntarios de hombres lo buscaron intensamente durante más de veinte días. Su padre denunció el hecho ante las autoridades locales. También recorrió comisarías y cárceles.

En abril de 1976 aparecieron en las costas de Rocha los primeros cuerpos arrojados por el mar. También aparecieron en Colonia y en Maldonado. En el cementerio de Rocha fueron sepultados 13 cuerpos no identificado. 11 de ellos de sexo masculino y 2 de sexo femenino. Los informes de las autoridades encargadas de recoger dichos cuerpos, así como el médico forense, el doctor Mario Katz y de las autoridades judiciales que debían intervenir fueron elaborados con datos falsos u omisiones técnicas "muy graves", agrega el Serpaj. Especialmente, en base al informe del doctor Katz los comunicados oficiales difundieron la invención de la pelea entre asiáticos. En el caso del cuerpo encontrado en "La Esmeralda", Katz certificó que llevaba 20 días en el agua y que era de raza asiática. Según el informe, presentaba mutilados los genitales, y estaba atado con cuerdas de nailon. En la época no se llevó a cabo una autopsia con el rigor científico y se omiten detalles fundamentales. En los exámenes intervienen también el médico policial Jesús Laborde y el juez de la 4ª sección de Castillos, César Turenne. A los dos días de que el cuerpo fuera sepultado en Castillos, un equipo de la Policía Técnica Forense de Montevideo se hace presente en el cementerio. Lo sacan del lugar y le cortan las 10 últimas falanges de los dedos de las manos, con el argumento de que se le van a realizar estudios de sus huellas digitales. En agosto de este año, Serpaj solicita al intendente de Rocha, Irineu Riet, autorización para someter aquellos restos a estudios antropológicos con fines identificatorios.

En setiembre, un equipo del Serpaj se traslada a Castillos para recibir los restos solicitados. Estaban en una bolsa de nailon con un número identificatorio y habían sido conservados gracias al cuidado del mismo funcionario del cementerio que los recibió hace 24 años, Bobadilla. El diario El Día informó profusamente durante varios días en aquel tiempo sobre la desaparición de Olivar Sena y el misterio que rodeó la misma. El estudio de los restos, a cargo del antropólogo Horacio Solla --el mismo que intervino en la identificación del ex agente Eugenio Berríos-- determinó que no son restos de origen asiático sino de raza blanca, pertenecientes a una persona de sexo masculino, de 1,70 metros de estatura, de entre 33 y 43 años, de cabello castaño claro o rubio. La técnica que utilizó fue la misma que con el caso del ciudadano chileno: el de la video superposición digital computarizada entre el cráneo y las fotografías suministradas. El informe indica que la forma probable de su muerte fue "politraumatismos gravísimos por precipitación". Las fracturas en la pelvis, hacen suponer que el cuerpo fue arrojado de una altura considerable, presumiéndose según el Serpaj, que pudo haber sido lanzado desde un avión o de un helicóptero. La aviación argentina eliminó por este medio a miles de personas. El cuerpo presenta múltiples fracturas: "estallido craneano, múltiples fracturas del macizo facial, fractura de mandíbula a nivel de la sínfiles con pérdida de parte de la misma etc.". Serpaj y el antropólogo Solla trabajaron después en la identificación de los restos, haciendo comparaciones y cruzamientos de datos pertenecientes a uruguayos desaparecidos en Uruguay y en Argentina, llegándose finalmente al caso de Olivar Sena.



"99,99%"
El estudio confirmó que se trata de esta persona con un "99,99%" de certidumbre. El informe concluye que los aparatos represivos de la dictadura uruguaya revisten el "mismo patrón común que los que rodean la desaparición y muerte de Sena: secuestro sin dejar rastros, incógnita sobre el paradero, sometimiento durante períodos prolongados a torturas, aparición de varios cuerpos en la misma época en la costa este con las mismas características".


La República
14/12/2000


Ver también: Forenses estudian por primera vez restos de desaparecidos

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