El Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) adelantó ayer las primeras conclusiones de un estudio antropométrico destinado a identificar los restos de un hombre, encontrado en 1976 en el balneario "La Esmeralda" de las costas de Rocha.
El coordinador del Serpaj, Raúl Martínez, destacó la importancia de este hecho y la circunstancia de que "por primera vez en 24 años, se pueda comenzar en el país el estudio de una persona desaparecida".
Sentenció que el estudio contradice los informes forenses de la época y reveló que las falanges de ambas manos "fueron retiradas por la Policía Técnica de Montevideo", seguramente para impedir su identificación.
El estudio, indicó Martínez, determinó que se trata de un hombre de entre 33 y 43 años, de cabello castaño o rubio, corpulento y de raza blanca (caucasoide). Este último dato, agregó, echa por tierra las versiones de que se trataba de personas de origen asiático.
Los huesos presentan huellas inequívocas de politraumatismos y el cráneo estaba prácticamente destrozado, por lo que hubo que hacer una compleja tarea de reconstrucción. También se detectaron múltiples fracturas de homóplato, costillas, y en distintas partes de ambas piernas. No presentaba indicios de impactos de bala. El informe agrega que los restos óseos corresponden a "un mismo individuo, de sexo masculino, de aproximadamente 170 m de estatura" y concluye que la muerte se debió a "politraumatismos gravísimos por precipitación", lo que indica que posiblemente el cuerpo fue arrojado desde cierta altura.
Martínez manifestó que la información ya fue aportada a la Comisión para la Paz, e indicó que el Serpaj "está dispuesto a trabajar en conjunto" sobre este y otros casos.
Técnica en video digital
El equipo forense uruguayo utilizará en el estudio de identidad el método de comparación cráneo fotográfico en video digital asistido por computadora, de aplicación reciente en el país.
Esta técnica, la misma que condujo a identificar los restos del ex agente chileno Eugenio Berríos, consiste en comparar fotografías con tomas del cráneo, de forma dinámica, superponiendo las partes, por ejemplo la dentadura. Martínez indicó que en una primera etapa se hará el estudio comparativo con fotografías de uruguayos desaparecidos en el Uruguay, y después con los uruguayos que desaparecieron en la Argentina. Simultáneamente, se informará a los organismos de derechos humanos de la República Argentina, ante la posibilidad de que se trate de un ciudadano desaparecido de nacionalidad argentina.
Estudio forense
El cuerpo, encontrado el 24 de abril de 1976, fue exhumado el pasado 5 de setiembre del cementerio local de Castillos, y entregado al Serpaj --que lo había solicitado-- con la autorización expresa del intendente municipal Irineu Riet. Los restos fueron traídos después a Montevideo, y están a cargo de un grupo de especialistas forenses cuya identidad se prefirió mantener en reserva. Durante todo ese tiempo, fueron preservados por el encargado de la necrópolis, dentro de una bolsa de plástico color negro, con el número de chapa identificatorio "3580". Martínez resaltó este hecho y sostuvo que la conservación fue posible "gracias a la actitud de aquellos funcionarios que comprendieron cuánto había de valor en esos restos".
Otros doce cuerpos que, por la misma época, aparecieron diseminados en la costa rochense terminaron en un osario común, lo que hoy impide su identificación.
Ese año, también fueron encontrados varios cadáveres en la costa de Colonia, con señales de haber sido sometidos a todo tipo de vejámenes, ocho de los cuales fueron inhumados en el cementerio de Colonia del Sacramento. Martínez también indicó que, de acuerdo con un relevamiento de la Suprema Corte de Justicia del año 1996, existían cuerpos sin identificar en Rocha, San José, Colonia, Canelones (Pando), en un número que no podía precisar. A partir de ahora, agregó, el Serpaj procederá a actualizar la información y a relevar directamente datos en cementerios e intendencias municipales. Indicó que una vez agotada la vía antropométrica se podría someter los restos a un examen de ADN, método utilizado con éxito en el caso de la aparición de la nieta del poeta argentino Juan Gelman.
Sobre la documentación presuntamente fraguada de la época, Martínez lamentó esa constatación. Recordó expresiones del médico Mario Cats, quien junto al doctor Jesús Laborda Guimaraes era el responsable del estudio forense, y fue quien sostuvo que se trataba de individuos de origen asiático. "Esas son cosas penosas que uno no debe esperar de un universitario. Por eso, nosotros creemos que es muy valioso lo que preguntaban los sicólogos, en un estudio sobre las secuelas de la dictadura, a las distintas facultades: que se está haciendo para que nunca ningún egresado de sus aulas colaboren con sistemas que violen los derechos humanos".
La clave, los dientes
Otra de las pistas que investigan los forenses, y que podría aportar datos precisos sobre la identidad de los restos humanos encontrados en Rocha en 1976, está en la dentadura. Esta, parcialmente conservada, contiene arreglos especiales, infrecuentes y costosos para la época.
Este dato considerado "clave" por los investigadores, refiere a las dos "paletas" delanteras que un odontólogo sustituyó en su totalidad por prótesis con una técnica que podría conducir a información relevante.
El osario donde fueron preservados los restos.
Ver también: Olivar Lauro Sena Rodríguez
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