30/7/08

De las 16 mayores inversiones de la Corporación, 14 dieron pérdida

De las 16 empresas en las cuales la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND) invirtió más dinero entre 1986 y 1999, 14 dieron pérdida. Desde que fue creado, el organismo perdió el 63% de su patrimonio, o sea U$S 70 millones. Y de ese dinero, que fue aportado por el Estado uruguayo, U$S 67 millones fueron destinados sólo a inversiones en siete empresas, tres de las cuales terminaron en la quiebra.

Los datos surgen de informes propios de la CND a los que accedió El País, y que constituirán parte del material que el organismo aportará al Parlamento, si éste acepta la iniciativa del diputado Pablo Mieres de crear una comisión investigadora. Cuáles fueron los motivos por los que tantos millones de dólares que salieron del Estado fueron perdidos, y quiénes son los responsables, son las preguntas fundamentales que planteará Mieres, y cuya respuesta podría comenzar a buscar el Parlamento en los próximos días.

Lo cierto es que las empresas Agolán y Cerealín (que fueron asistidas por primera vez en 1991 y 1994 respectivamente) son las únicas que figuran con resultado positivo para la Corporación; de las restantes 14, cinco cerraron (Trimma, Cedetex, El Mago, Pemasa y Malaquita).

Las tres últimas forman parte del grupo de las siete en las que se concentró la mayor pérdida. De ese conjunto, las otras cuatro son los frigoríficos Colonia y Canelones, Vibobusa y Migranja, empresas que fueron vendidas a privados luego de que, para su salvataje, la Corporación perdiera U$S 52,3 millones, según los informes. Entre las siete, la pérdida total fue de U$S 67 millones.

Las 14 empresas que terminaron en números rojos fueron asistidas por la CND desde que fue creada en 1986, hasta 1999. De acuerdo con los datos del organismo, ocho recibieron su inversión inicial entre 1988 y 1989 (cuando el presidente de la Corporación era el colorado Enrique Vispo), tres entre 1991 y 1994 (Roberto Horta, Partido Nacional), y tres entre 1997 y 1999 (Milka Barbato, Partido Colorado).

Entre la lista de empresas que cerraron, El Mago fue asistida por primera vez en febrero de 1988, Cedetex en julio de 1989, Malaquita en Octubre de 1989, Pemasa en noviembre de 1989, y Trimma en enero de 1997.


DEPENDE.
Exactamente la mitad de la pérdida patrimonial total de la Corporación corresponde al salvataje de los frigoríficos Canelones y Colonia, durante los últimos años de la década de 1980.

El actual director de la CND Julio Gemelli (Partido Colorado), quien también ocupó ese cargo entre 1995 y 2000, aseguró a El País que "buena parte" de la pérdida que resultó de esas operaciones no se produjo en dinero efectivo, sino que la Corporación había recibido "papeles", créditos "evidentemente incobrables" que el Banco República le había concedido a esos frigoríficos. Esos títulos fueron cedidos a la CND y fueron capitalizados, a pesar de las remotas posibilidades de cobro.

Por ese motivo —sostuvo—cuando se compara el dinero que obtuvo la Corporación por la venta de los frigoríficos con el valor en créditos que le cedió el República, el resultado es una pérdida.

De esa pérdida se hizo cargo la administración siguiente a la que asistió a los frigoríficos, que fue la que los vendió a privados. En virtud de ello, según los registros históricos de la CND, entre los años 1990 y 1994 se concentraron las principales pérdidas patrimoniales del organismo.

Por eso los números pasan a ser relativos; por ejemplo, si bien la inversión inicial que recibió Migranja desde la Corporación está fechada en marzo de 1990, fue entre 1998 y 1999, durante la presidencia de Barbato, que la CND resolvió salvar la empresa y le dedicó la mayor cantidad de dinero de todo el período.

Aparte de las 16 empresas cuya asistencia tuvo mayor incidencia en las cuentas de la Corporación, existen varias más que recibieron aportes del organismo, entre ellas algunas que tuvieron resultado positivo. No obstante, el resultado global de todas esas restantes empresas, fue una pérdida de U$S 3 millones, mínima si se la compara con los otros U$S 67 millones.

En su balance correspondiente al año 2001, la CND indicó que "ha perdido el 63% del capital aportado hasta la fecha". Según la normativa vigente para las sociedades anónimas, la pérdida del 75% del patrimonio implica de forma indefectible la disolución de la empresa. "Si fuéramos una sociedad anónima, por lo menos ya tendríamos que haber dado el aviso de la pérdida patrimonial que llevamos", admitió a El País un actual jerarca de la Corporación.

En los últimos meses, el manejo que de sus fondos ha realizado la Corporación fue puesto en cuestión por diferentes actores. En medios de comunicación y en el Parlamento han surgido distintas informaciones por las cuales los procedimientos del organismo fue puesto en duda.

A partir de una sostenida polémica por los millones de dólares perdidos en la asistencia a la empresa Migranja —asunto actualmente a estudio de la Justicia Penal— los cuestionamientos pasaron al total de inversiones realizado por la CND en sus 16 años de historia, y esta semana el diputado Mieres solicitará al Parlamento la creación de una comisión investigadora.

En el Parlamento, en ámbitos empresariales, e incluso en la Presidencia de la República, es difícil encontrar a alguien que critique a la Corporación como instrumento en sí mismo, para el desarrollo y respaldo a las empresas, de acuerdo con consultas efectuadas por El País. Sin embargo, muchos cuestionan el manejo que de ese instrumento aplicaron varias de las personas que ocuparon sus principales cargos.

Si bien es una empresa pública no estatal (ver nota aparte), sus fondos provienen efectivamente desde el Estado. Sus estados contables sólo han sido auditados por empresas privadas; el organismo se ha negado siempre a que lo audite el Tribunal de Cuentas de la República. No obstante, el dinero que maneja proviene del Estado, y la gran mayoría de sus directores han sido políticos.


Los negocios de la CND
El salvataje de Migranja le hizo perder U$S 13,3 millones Su cierre estaba resuelto en julio de 1999, pero un acuerdo de última hora lo evitó.

Si la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND) cerraba Migranja en 1998, habría perdido "sólo U$S 1 millón". Sin embargo, a pesar de que la asistencia financiera a la empresa iba a implicar mucho más dinero, el organismo emprendió su salvataje, que hasta diciembre de 2001 le provocó una pérdida total de U$S 13,3 millones. La Corporación adoptó esa decisión a pesar de que sabía que Migranja tenía "patrimonio negativo", de que advirtió que la empresa "había omitido" declarar en sus informes financieros un pasivo de U$S 1,5 millones y la necesidad de capital de giro por U$S 4 millones más, y de que su entonces presidente Milka Barbato había asegurado que el organismo no aportaba dinero "a las empresas que han demostrado que no son viables".

En 1998, la empresa Migranja, de la cual la Corporación era accionista desde hacía varios años, comenzó a enfrentar serios problemas financieros.

Según documentos del organismo a los que accedió El País, el 23 de diciembre de 1998 el Directorio de la Corporación recibió una nota "del señor Apariquián" —quien era principal accionista de Migranja— en la cual planteaba "la posibilidad de compra del paquete accionario por parte de la CND a las corporaciones" del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Banco Mundial (BM), que también poseían acciones. La Corporación respondió en ese momento que no era su intención adquirir sus acciones.

En 1998, cuando la empresa Migranja agonizaba, la CND hubiera perdido "sólo U$S 1 millón" si la cerraba, admitió a El País el entonces director y actual vicepresidente del organismo, Julio Gemelli.

En su sesión del 11 de enero de 1999, el Directorio de la CND tomó conocimiento de que ambas corporaciones "han mostrado su disposición de retirarse" de Migranja, y de que le propusieron vender sus acciones.

En esa misma sesión, el Directorio aprobó un préstamo de U$S 400 mil a Migranja, para lo cual tomó como "garantía segunda la prenda sobre el equipamiento de cámaras frigoríficas e hidrocooling, ubicadas en ruta 1, y firma solidaria del señor Martín Apariquián respaldando la operación".

En carta recibida el 1º de febrero siguiente, Migranja le envió al Directorio una nota de agradecimiento por su "consideración" al otorgarle el préstamo.


PRECIPICIO.
El 29 de abril, el Directorio volvió a tratar el tema Migranja. "Como se sabe, la situación financiera de la empresa es muy delicada. Las corporaciones internacionales que son socias y acreedoras han manifestado en reiteradas oportunidades su voluntad de retirarse de la empresa y están dispuestas a dar los pasos necesarios a fin de ejecutar las garantías que tienen en su poder. De suceder esto la empresa caería, generando un gran problema social por las 500 personas que emplea y un serio problema en el mercado de valores de obligaciones negociables que oportunamente emitió", se registró en actas.

Ese día, el Directorio resolvió "iniciar negociaciones con las corporaciones a efectos de poder llegar a una solución que permita resolver la situación financiera actual de Migranja".

Una semana después, el gerente general de la CND, Alejandro Conforte, anunció al Directorio que Migranja tenía "patrimonio negativo".

El 26 de mayo, Conforte señaló al Directorio "que la situación de Migranja se presentó aún más compleja en razón de que se habían omitido en los informes financieros preparados por la empresa la existencia de un pasivo de U$S 1,5 millones y no se expuso la necesidad de capital de giro que asciende para el ejercicio 1999-2000 a U$S 4 millones".

En la sesión del 2 de junio siguiente, "quedó claro que para que la empresa sea viable necesita un fuerte abatimiento de deuda, dado que la carga de intereses la hacen absolutamente inviable".

Mientras, avanzaban las negociaciones entre la CND y las corporaciones del BID y del BM.

El 25 de junio, en declaraciones al semanario Crónicas, Barbato aseguró: "Actuamos (...) en todos los casos en empresas en las que la inversión de la Corporación genera mano de obra, incorpora tecnología y se dedica a la exportación, pero no aportando dinero para pagar deudas de los empresarios, o a las empresas que han demostrado que no son viables".

El 4 de agosto, Conforte transmitió al Directorio de la CND un informe del gerente general de Migranja que fue recibido el 26 de julio anterior, en el cual dio cuenta "de la situación de la empresa y de las medidas que se verá obligado a adoptar. Estas consisten en cerrar la operación de la empresa, procediendo con los despidos del personal de granja el 1/8/99 y con los del personal de packing de Las Piedras el 1/9/99".

Conforte también indicó que había solicitado a la Gerencia de Migranja "que los despidos se realizaran en tandas semanales, de forma de evitar una conmoción", y que había manifestado a las corporaciones del BID y del BM "que se ha llegado al final del camino, por lo que el próximo lunes se procedería a cerrar el establecimiento".

A partir de eso, según lo expresado en actas, se llegó a un acuerdo con las corporaciones para la compra de sus créditos y garantías contra Migranja, y sus acciones, por un total de U$S 3,5 millones.

Y el mismo 4 de agosto, Barbato recibió una carta firmada por el grupo Sponsor —accionista mayoritario de Migranja— en la cual le señaló: "Informamos que transferimos a ustedes, sin costo, el 80% de las acciones de Migranja de las que es titular el grupo Sponsor. También estaríamos agregando el 20% restante, siempre que se contemple la eliminación de las garantías personales emitidas por los ‘Sponsor’ a favor de Migranja". El 14 de febrero de 2000, la CND asumió el 100% de las acciones del grupo Sponsor en Migranja, un día antes de que Barbato dejara la presidencia del organismo. En la actualidad, la jerarca es directora del Banco República.


RESULTADO.
Entre abril y octubre de 1999, la Corporación le había otorgado a Migranja préstamos por un total de U$S 2,2 millones. Sólo entre 1999 y 2001 el organismo brindó U$S 8,16 millones en asistencia financiera para la empresa. Ese dinero no tuvo retorno, y la CND no ejecutó las garantías de las que disponía, afirmaron a El País fuentes del organismo.

En diciembre de 2001, el nuevo Directorio de la CND, presidido por Julio de Brun y dirigido por Gemelli y el nacionalista Carlos Garat, logró vender Migranja a inversores israelíes, por U$S 3,75 millones. Según el último balance del organismo, de haber seguido con la empresa, para mantenerla debería haber gastado más de U$S 2 millones en los siguientes cinco años.

Pero la venta pudo compensar una parte del dinero que perdió la Corporación en los años anteriores, y que proviene del Estado. La pérdida patrimonial total para el organismo, sólo por Migranja, fue de U$S 13,3 millones.

El País
31/12/2002

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