Facsímil del documento del embajador Gustavo Magariños sobre el traslado de la uruguaya Nidia Caligari.
Un documento confidencial desmiente a Tabaré Daners y a Gustavo Magariños
El documento del Ministerio de Relaciones Exteriores está firmado por el propio Magariños cuando era embajador de la dictadura en Argentina. Le informa al canciller Alejandro Rovira que el Alto Comisionado para Refugiados de la ONU protestaba por el traslado forzado de la uruguaya Nidia Caligari a Uruguay. La mujer fue secuestrada en Buenos Aires en noviembre de 1977 y torturada en la Brigada de San Justo por represores uruguayos, quienes volvieron a "interrogarla" en una base de Montevideo. La mujer pudo exiliarse en mayo de 1978. El traslado y liberación coincide con la desaparición de uruguayos bajo la coordinación represiva entre la ESMA y el Fusna, del que Tabaré Daners era segundo comandante y juez sumariante.
Un documento "confidencial" de la dictadura, que será presentado hoy como prueba ante el Juzgado Penal de 19º Turno, confirma la existencia de los traslados de uruguayos secuestrados en Argentina en 1977, que han negado el ex embajador Gustavo Magariños y el vicealmirante (r) Tabaré Daners.
El propio Gustavo Magariños, quien entonces representaba a la dictadura como embajador en Buenos Aires, es firmante del documento M3-2/77 (2729) dirigido a la Cancillería uruguaya, en el que se da cuenta del traslado forzado de la ciudadana Nidia Caligari de Cacciavillani, quien tenía estatus de refugiada.
El traslado se produjo en el período de coordinación represiva entre la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) argentina y la unidad de Fusileros Navales (Fusna) uruguaya, de la que entonces el vicealmirante (r) Tabaré Daners era segundo comandante y juez sumariante.
Nilda Caligari, salteña, C.I. Nº 22.196, se había exiliado en Argentina tras el golpe de Estado de 1973. Fue detenida en Argentina y cuando la liberaron fue amparada como refugiada por Naciones Unidas (ONU), hasta que el 27 de noviembre de 1977 fue capturada y torturada por represores uruguayos.
Caligari fue trasladada en forma forzada a Uruguay el 28 de noviembre y permaneció 15 días secuestrada, hasta que las protestas del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) obligaron al régimen dictatorial a liberarla hasta que un año después pudo salir del país.
Nueva prueba de cargo
El documento, procedente del Ministerio de Relaciones Exteriores, que presentará hoy ante el juez Luis Charles y la fiscal Mirtha Guianze el abogado Oscar López Goldaracena está fechado el 21 de diciembre de 1977 y tiene de asunto el título "Acnur Preocupación por ciudadana Nidia Cacciavillani".
En el informe membretado como CONFIDENCIAL, el embajador Gustavo Magariños le informa al canciller Alejandro Rovira que Acnur había realizado una formal protesta por el traslado a Uruguay "presuntamente sin consentimiento" de la ciudadana uruguaya en condición de refugiada.
La misiva de Magariños notificaba a la dictadura de la nota que con fecha 19 de diciembre de 1977 le había enviado el Representante Regional para el Sur de América Latina de Acnur, Kevin Lyonette, en la que se denunciaba la situación sufrida por Nidia Caligari.
Lyonette explica en la nota del organismo de la ONU que Caligari había estado presa en Argentina desde 1975 y liberada sólo tres meses antes de su nueva detención, cuando la Cámara en lo Penal Federal de la ciudad de Buenos Aires la absolvió de todo cargo y dispuso su expulsión del país.
Sin embargo, Caligari, quien había sido declarada refugiada en enero de 1976, fue interrogada por militares uruguayos en la Brigada de San Justo y terminó siendo víctima de una repatriación forzada el 28 de noviembre, cuando la embarcaron hacia Montevideo donde fue detenida por los represores.
El testimonio de Nidia
En el libro "A todos ellos", editado por la organización de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, se incluye el testimonio ante Serpaj (Uruguay, Nunca Más) que la propia Nidia Caligari llegó a dar antes de su fallecimiento y donde cuenta la odisea sufrida durante su traslado ilegal a Uruguay.
"Al otro día (28 de noviembre de 1977) fui enviada a Uruguay y puesta en las manos de la Policía del departamento de Colonia. Al día siguiente me llevaron a Montevideo, a la División de Inteligencia y Enlace. Hacia el mediodía me esposaron y me encapucharon y me trasladaron sentada en el piso de un vehículo a un lugar desconocido", narra.
"Allí -continúa el relato- me dejaron parada con las piernas separadas; gracias a un aparato de radio encendido cerca de mí, sé que estuve en ese estado hasta la noche siguiente. Esa noche, allí, escuché una voz de hombre que me preguntaba si lo reconocía..."
"Ese hombre me dijo: 'Nos volvemos a encontrar después de habernos encontrado en San Justo, fuimos nosotros los que pedimos tu expulsión de Argentina'... Sufrí nuevas torturas y esta vez participaron mujeres. Durante 15 días permanecí secuestrada. Durante varios días no me dieron de comer y no me dejaron hacer mis necesidades".
Ante la presión de la ONU, Nidia Caligari fue puesta en libertad el 13 de diciembre de 1977, aunque trasladada a su casa siguió recibiendo amenazas hasta que Acnur le confirmó que podía salir del país y abandonó Uruguay el 21 de mayo de 1978.
"Relevante y pertinente"
El escrito del abogado López Goldaracena, que acompaña la nueva presentada en el marco de la causa de los traslados ilegales de secuestrados durante la dictadura, considera que el documento y testimonio es "relevante y pertinente", dada la fecha de este traslado ilegal de 1977.
El secuestro de Caligari se produce días después de la captura en Colonia del montonero argentino Oscar de Gregorio (16 de noviembre), cuya "devolución" a la Argentina es resuelta por la dictadura uruguaya en el Cónclave de Solís, y luego de la cual la ESMA y el Fusna realizan operaciones conjuntas.
La carta del embajador Gustavo Magariños al canciller Rovira está fechada el mismo día en que en Buenos Aires se inicia el secuestro masivo de militantes del Grupo de Acción Unificadora (GAU), retenidos en los pozos de Banfield y Quilmes antes de ser trasladados a Uruguay, donde víctimas de desaparición.
La liberación de Nidia Caligari (mayo de 1978) también coincide con la fecha en que los uruguayos que estaban secuestrados en los centros clandestinos de detención de Buenos Aires, fueron reunidos en el pozo de Banfield para su "traslado" y nunca más volvieron a aparecer.
En su testimonio ante el juez penal Luis Charles, el embajador Gustavo Magariños había señalado que, si bien reconocía un documento de prueba en el que la Cancillería dictatorial hacía referencia al traslado de opositores, nunca había sabido de la ejecución de esa política. La nueva prueba lo desmiente.
Un documento "confidencial" de la dictadura, que será presentado hoy como prueba ante el Juzgado Penal de 19º Turno, confirma la existencia de los traslados de uruguayos secuestrados en Argentina en 1977, que han negado el ex embajador Gustavo Magariños y el vicealmirante (r) Tabaré Daners.
El propio Gustavo Magariños, quien entonces representaba a la dictadura como embajador en Buenos Aires, es firmante del documento M3-2/77 (2729) dirigido a la Cancillería uruguaya, en el que se da cuenta del traslado forzado de la ciudadana Nidia Caligari de Cacciavillani, quien tenía estatus de refugiada.
El traslado se produjo en el período de coordinación represiva entre la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) argentina y la unidad de Fusileros Navales (Fusna) uruguaya, de la que entonces el vicealmirante (r) Tabaré Daners era segundo comandante y juez sumariante.
Nilda Caligari, salteña, C.I. Nº 22.196, se había exiliado en Argentina tras el golpe de Estado de 1973. Fue detenida en Argentina y cuando la liberaron fue amparada como refugiada por Naciones Unidas (ONU), hasta que el 27 de noviembre de 1977 fue capturada y torturada por represores uruguayos.
Caligari fue trasladada en forma forzada a Uruguay el 28 de noviembre y permaneció 15 días secuestrada, hasta que las protestas del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) obligaron al régimen dictatorial a liberarla hasta que un año después pudo salir del país.
Nueva prueba de cargo
El documento, procedente del Ministerio de Relaciones Exteriores, que presentará hoy ante el juez Luis Charles y la fiscal Mirtha Guianze el abogado Oscar López Goldaracena está fechado el 21 de diciembre de 1977 y tiene de asunto el título "Acnur Preocupación por ciudadana Nidia Cacciavillani".
En el informe membretado como CONFIDENCIAL, el embajador Gustavo Magariños le informa al canciller Alejandro Rovira que Acnur había realizado una formal protesta por el traslado a Uruguay "presuntamente sin consentimiento" de la ciudadana uruguaya en condición de refugiada.
La misiva de Magariños notificaba a la dictadura de la nota que con fecha 19 de diciembre de 1977 le había enviado el Representante Regional para el Sur de América Latina de Acnur, Kevin Lyonette, en la que se denunciaba la situación sufrida por Nidia Caligari.
Lyonette explica en la nota del organismo de la ONU que Caligari había estado presa en Argentina desde 1975 y liberada sólo tres meses antes de su nueva detención, cuando la Cámara en lo Penal Federal de la ciudad de Buenos Aires la absolvió de todo cargo y dispuso su expulsión del país.
Sin embargo, Caligari, quien había sido declarada refugiada en enero de 1976, fue interrogada por militares uruguayos en la Brigada de San Justo y terminó siendo víctima de una repatriación forzada el 28 de noviembre, cuando la embarcaron hacia Montevideo donde fue detenida por los represores.
El testimonio de Nidia
En el libro "A todos ellos", editado por la organización de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, se incluye el testimonio ante Serpaj (Uruguay, Nunca Más) que la propia Nidia Caligari llegó a dar antes de su fallecimiento y donde cuenta la odisea sufrida durante su traslado ilegal a Uruguay.
"Al otro día (28 de noviembre de 1977) fui enviada a Uruguay y puesta en las manos de la Policía del departamento de Colonia. Al día siguiente me llevaron a Montevideo, a la División de Inteligencia y Enlace. Hacia el mediodía me esposaron y me encapucharon y me trasladaron sentada en el piso de un vehículo a un lugar desconocido", narra.
"Allí -continúa el relato- me dejaron parada con las piernas separadas; gracias a un aparato de radio encendido cerca de mí, sé que estuve en ese estado hasta la noche siguiente. Esa noche, allí, escuché una voz de hombre que me preguntaba si lo reconocía..."
"Ese hombre me dijo: 'Nos volvemos a encontrar después de habernos encontrado en San Justo, fuimos nosotros los que pedimos tu expulsión de Argentina'... Sufrí nuevas torturas y esta vez participaron mujeres. Durante 15 días permanecí secuestrada. Durante varios días no me dieron de comer y no me dejaron hacer mis necesidades".
Ante la presión de la ONU, Nidia Caligari fue puesta en libertad el 13 de diciembre de 1977, aunque trasladada a su casa siguió recibiendo amenazas hasta que Acnur le confirmó que podía salir del país y abandonó Uruguay el 21 de mayo de 1978.
"Relevante y pertinente"
El escrito del abogado López Goldaracena, que acompaña la nueva presentada en el marco de la causa de los traslados ilegales de secuestrados durante la dictadura, considera que el documento y testimonio es "relevante y pertinente", dada la fecha de este traslado ilegal de 1977.
El secuestro de Caligari se produce días después de la captura en Colonia del montonero argentino Oscar de Gregorio (16 de noviembre), cuya "devolución" a la Argentina es resuelta por la dictadura uruguaya en el Cónclave de Solís, y luego de la cual la ESMA y el Fusna realizan operaciones conjuntas.
La carta del embajador Gustavo Magariños al canciller Rovira está fechada el mismo día en que en Buenos Aires se inicia el secuestro masivo de militantes del Grupo de Acción Unificadora (GAU), retenidos en los pozos de Banfield y Quilmes antes de ser trasladados a Uruguay, donde víctimas de desaparición.
La liberación de Nidia Caligari (mayo de 1978) también coincide con la fecha en que los uruguayos que estaban secuestrados en los centros clandestinos de detención de Buenos Aires, fueron reunidos en el pozo de Banfield para su "traslado" y nunca más volvieron a aparecer.
En su testimonio ante el juez penal Luis Charles, el embajador Gustavo Magariños había señalado que, si bien reconocía un documento de prueba en el que la Cancillería dictatorial hacía referencia al traslado de opositores, nunca había sabido de la ejecución de esa política. La nueva prueba lo desmiente.
La República
12/09/07
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