Barrios: Ubagesner "Era un hombre que tuvo la capacidad de indignarse y de decir 'esto no puede ser' "
"Todo el mundo reclama que se dé vuelta la página, pero en la escuela aprendí que para dar vuelta una página la tengo que leer, y sino la leo no hay forma de darla vuelta y si la doy vuelta, en realidad, no sé lo que estoy dando vuelta", dijo -a la periodista Alejandra Casablanca de PRIMERA VOZ de 1410 AM LIBRE-, Gerardo Barrios, el hombre que compartió jornadas de tortura junto a Ubagesner Chávez Sosa y estuvo a su lado el día que este murió.
Ubagesner Chávez Sosa no estaba sólo cuando tras una sesión de tortura, empezó a respirar con dificultad y murió.
Un joven -entonces de 22 años- compañero de militancia lo acompañaba. Ese joven tiene hoy 51 años, se llama Gerardo Barrios, todos lo conocen como "el nono Barrios" y es escultor.
A Gerardo le pedimos que nos contara cómo era Ubagesner, cómo lo recuerda él y nos dijo lo siguiente
"Era un hombre común, como lo puede ser cualquiera de nosotros. Para empezar, común como podría ser cualquiera de nosotros. Era un trabajador, un obrero metalúrgico, tenia una familia, una hija y una mujer. Tenia una vida común y normal como la que puede tener cualquiera hoy día. Era un hombre que tuvo la capacidad de indignarse en el momento que se da el golpe de Estado. Él pertenecía al Partido Comunista, tuvo esa capacidad de indignarse y decir "esto no puede ser", y se paró ante la dictadura a luchar, pero desde su dimensión humana, común, que era la misma que la mía o la de cualquiera de los otros que hicieron lo mismo. Siempre lo recuerdo con ternura, porque si bien estábamos los dos clandestinos y la clandestinidad era dura para los dos, y quizás en algún sentido más dura para él que tenia una hija muy pequeña que no la podía ver, él consideraba que para mí era más dura, porque yo era muy joven, tenia 22 años. Entonces él siempre tuvo conmigo gestos que fueron de tratar de aliviar en parte dentro de las posibilidades que teníamos, aliviar el peso de es momento que estábamos viviendo. Era un hombre que sabia sonreír, y tengo de él una imagen muy afectuosa".
¿Qué pasó esa noche de junio de 1976 en Boisso Lanza? ¿Cómo ocurrieron los hechos? Gerardo Barrios lo dice así:
"Estábamos ambos clandestinos, estábamos luchando contra la dictadura, por la vuelta a la democracia, con una diferencia de días, él es detenido antes que yo, por la Fuerza Aérea. Fuimos a parar a Boisso Lanza. Cuando yo llegué el ya llevaba varios días de tortura, serían ocho o nueve, y comienzan a torturarnos juntos, en ese periplo que duró mucho tiempo. En el caso de Chávez dura hasta que le falla el corazón, en mi caso llega a 76 días de tortura. Unos 5 o 6 días después de estar siendo torturados, el ya estaba físicamente muy mal y una madrugada terminan con nosotros en una sesión de tortura, y hasta los oficiales estaban cansados de torturarnos y ellos se proponen ir a tomarse una al casino de oficiales, en Boisso Lanza y nos dejan con un guardia en la puerta vigilándonos. Nosotros estábamos en una zona conocida como "la perrera", que era donde entrenaban los perros, que incluso usaban alguno de los elementos que se usaban con los perros para torturar a la gente, como meter a la gente en las mismas perreras, que eran unos cubículos de un metro por un metro, más o menos. Darles de comer sin cubiertos para que comieras como los perros. Sumergirte durante mucho tiempo en las piletas donde bañaban a los perros. En determinado momento, un rato después que los oficiales se fueron, siento que Chávez empieza a respirar mal y le aviso al guardia que esta en la puerta, le pegó un grito "este hombre esta mal", él llama a un oficial, el cual viene, y manda llamar a un médico, el que viene y el médico confirma efectivamente que le había fallado el corazón. Yo estuve presente en todo ese momento y escuché incluso la conversación entre los oficiales. La figura principal que participó de todo este proceso, hay otros más que ya están denunciados, el oficial Enrique Ribero, más conocido como "el quique", el cual creo que ya esta retirado, apareció no hace mucho tiempo en unas listas electorales de García Pintos".
Antes determinar la charla con Gerardo, le preguntamos ¿qué sentía hoy? ¿Cómo estaba viviendo estos días donde los hechos y el hallazgo de restos en la chacra de pando - lugar señalado por el comandante de la Fuerza Aérea, Enrique Bonelli, donde se encontrarían los restos de Ubagesner y Arpino Vega? . El nono Barrios nos contestó lo siguiente:
"Por un lado alivio, porque se empieza a poner en su lugar una cosa que reclamamos hace muchos años, que no era el fruto de la paranoia de la izquierda o de quienes participamos en el proceso de la defensa de la democracia bajo la dictadura. Las barbaridades que nosotros denunciamos se cometieron, hubo muertos y desaparecidos y ahora empieza a ponerse en su lugar eso. Lo que ellos negaron y ocultaron sistemáticamente, ya no se puede ni negar ni ocultar. En segundo termino, me pareció una buena decisión la del comandante de la Fuerza Aérea (Enrique Bonelli) corregir su opinión de que no había habido torturas en el Boisso Lanza y en la Fuerza Aérea en general. En la última entrevista que se le hizo en los últimos días, me parece inteligente y además que es parte de las cosas que hay que poner en su lugar. Pone algunas cosas en la mesa para debatir y sería muy bueno que se debatieran francamente y todo el mundo reclama que se de vuelta la página, pero en la escuela aprendí que para dar vuelta una página la tengo que leer, y sino la leo no hay forma de darla vuelta y si la doy vuelta, en realidad, no se lo que estoy dando vuelta. Una de esas cosas es el argumento que aquí estuvimos bajo una guerra interna, ni Chávez ni yo, en este caso, empuñamos un arma, jamás matamos a nadie, no pertenecimos a una organización que matara a nadie, ni ejecutara a nadie. En realidad lo que se hizo es algo que le escuché decir a (Oscar) Lebel hace algunos días, una cacería. La dictadura y los militares salieron a cazar a su propio pueblo, y cuando ellos dicen que hay quienes deberían pedir disculpas, en realidad a mi se me ocurre que los que deben pedir disculpas por lo que hicieron son los militares, porque realmente llevaron al país la borde del abismo en muchos sentidos y varios años después aún cuando deberíamos estar resolviendo otros problemas, aun estamos embarcados en esto".
(1410 AM LIBRE)
Ubagesner Chávez Sosa: El gobierno dictatorial mintió a la OEA que el detenido "logró darse a la fuga"
Fue detenido en la vía pública el 28 de mayo de 1976 por hombres de civil que se identificaron como pertenecientes a las Fuerzas Conjuntas.
Su esposa, Isidora Musco, fue detenida y trasladada a la base aérea Boiso Lanza.
En ese lugar reconoció a Ubagesner encapuchado. Logró identificar además a los agentes que intervinieron en el allanamiento de su domicilio, quienes le dicen que su esposo había sido trasladado a otra dependencia militar luego de haber estado en la base aérea.
Al reclamo de la Comisión de Derechos Humanos de la OEA, por nota de fecha 1º de diciembre de 1977, el gobierno uruguayo respondió, entre otras cosas, que Ubagesner Chávez Sosa había sido "detenido e internado al amparo de las Medidas Prontas de Seguridad el 28 de mayo de 1976" y que el 8 de junio de ese año, "en circunstancias en que el detenido era trasladado a otro lugar, logró darse a la fuga en la zona comprendida entre Bulevar Propios y Teodoro Alvarez".
La esposa declaró ante la Comisión Investigadora Parlamentaria:
"...el día 24 de febrero, o sea, antes de la detención, estuvieron en su casa las Fuerzas Conjuntas, a las dos menos cuarto de la madrugada. Eran personas vestidas de particular que estaban armadas. Allanaron la casa, se quedaron dos días esperando que su esposo llegara. Es decir que desde febrero a mayo, en que lo detuvieron, lo buscaron permanentemente...
Fue detenido el 28 de mayo a las 5 de la tarde a dos cuadras de nuestra vivienda.
Traía un regalo para nuestra hija Valentina y en el momento de la detención les dijo a unos vecinos del lugar que vivíamos en la calle Máximo Gómez.
Ellos dieron con nosotras. Quienes lo detuvieron, hablaron en clave por teléfono y vino una "chanchita" donde lo trasladaron...
Fui a la Región Militar Nº 1 para averiguar dónde estaba. Allí me mandaron al Comando Mayor del Ejército; durante mucho tiempo me mandaron del Comando a la Región Militar y de ésta al Comando, hasta que un funcionario me dijo que no estaba en el Ejército, que buscara en la Aviación o en la Marina. Fui a la Marina y no estaba.
Fui al Comando de la Aviación y me mandaron a la Región Nº 1.
Contesté que de allí venía; me mandaron a la vereda a esperar y después de largo rato me dijeron que esa persona estaba requerida.
Insisto que doy la fecha de detención; me dejaron plantada... Yo estaba trabajando, no podía faltar.
En una oportunidad vi a las personas que hicieron el operativo en casa; les pregunté si se acordaban de mí y contestaron que sí, que era la mamá de Valentina. Pregunté por mi esposo, a quien quería llevar ropa y medicamentos; me contestaron que había sido trasladado y no sabían su paradero...
Quien siempre me atendió fue el cabo Pedroso... Este señor me hizo bastante guerra sicológica diciéndome que me olvidara de mi esposo, que yo era joven, que rehiciera mi vida, que a lo mejor él estaba en Cuba, Rusia, viajando...
Mi padre me dijo que lo único que iba a conseguir era desequilibrarme y que tratara de mantenerme serena y seguir adelante, por mi hija...
Pero yo soy la señora y era la única persona que podía hacer algo por él.
Pregunté qué cargo o qué culpa tenía, qué había hecho. Mi esposo era dirigente metalúrgico, delegado de la fábrica en que trabajaba, tenía actividad política y ellos me decían que la literatura que él compraba en la feria o en los ómnibus, lo comprometían demasiado. ...
Antes de esto, el 3 de junio de 1976 fui detenida en la casa de mi hermana y llevada junto con mi cuñado a Boiso Lanza.
Allí vi a mi marido encapuchado parado; se le doblaban las piernas, tenía un custodia atrás que le gritaba: "'¡No! ¡Firme, derecho!".
A mi esposo se le caía la cabeza o quería apoyar la cabeza en la pared.
Tenía los pantalones medio caídos y un buzo rojo de lana; y la camisilla salida del pantalón.
Yo lo vi con manchas de sangre (...)
Me interrogaron sobre sus actividades y a medianoche nos liberaron (...)
El 10 de junio, a las 11 de la noche, vuelven otra vez tres personas, muy fuertemente armadas, buscando a mi esposo y preguntándome si no lo había visto, si no había estado en contacto con él.
Yo les dije que no, que mi esposo había sido detenido el 28 de mayo"... *
*Varios testimoniantes consignan que el mayor (Av.) Pintos, destacado en la Base Boiso Lanza de la Fuerza Aérea, se desempeñaba como Jefe 52(Información) y era quien ordenaba las torturas, siendo el comandante de la unidad, el coronel (Av.) José U. Araújo Umpiérrez.
Ver también: Ubagesner Chaves Sosa ---> Fotos
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