25/6/08

Símbolos Patrios


De acuerdo al Decreto del 18 de febrero de 1952, se declararon símbolos nacionales de la República Oriental del Uruguay:

a) El Pabellón Nacional.
b) El Escudo de Armas del Estado.
c) El Himno Nacional.
d) La Bandera de Artigas.
e) La Bandera de los Treinta y Tres.
f) La Escarapela Nacional.

La gradación de jerarquía, precedencia y respeto es la indicada anteriormente.

Los Símbolos Nacionales son atributos exclusivos del Estado y el uso de los mismos por particulares, está condicionado a la autorización general o especial que se conceda y al cumplimiento estricto de las normas vigentes y de la reproducción fiel de aquellas.

El Museo Histórico Nacional del Uruguay, conserva un patrón de cada uno de los símbolos indicados y la reproducción de los mismos debe hacerse respetando sus dibujos, colores, textos y proporciones.




El Pabellón Nacional



El Pabellón Nacional es el adoptado por las leyes del 16 de diciembre de 1828 y 12 de julio de 1830. Sus colores son el blanco y el azul, teniendo el sol, que ocupa el cuadro, color oro. La Bandera tiene las siguientes proporciones: el largo y el ancho están en relación de 3 a 2 y el espacio que contiene el sol consiste en un cuadro en la parte superior, junto al asta, que llega hasta la sexta franja, exclusive, de color azul. La primera franja y la última son de color blanco. El dibujo del sol consiste en un círculo radiante, con cara, orlado de dieciséis. El sol tiene un diámetro de 11/15 del cuadro blanco.

El día 19 de Junio de cada año, todo ciudadano natural o legal del Uruguay, está obligado a prestar juramento de fidelidad a la Bandera Nacional, en acto público y solemne. Allí se le toma el juramento que expresa:


" Juráis honrar vuestra Patria, con la práctica constante de una vida digna, consagrada al ejercicio del bien para vosotros y vuestros semejantes; defender con sacrificio de vuestra vida si fuere preciso, la Constitución y las leyes de la República, el honor y la integridad de la Nación y sus instituciones democráticas, todo lo cual simboliza esta Bandera?".


A lo que, al prestar el juramento se contesta:


!!Sí, lo juro!! .




El Escudo de Armas del Estado


El Escudo Nacional es el aprobado por leyes del 19 de marzo de 1829, del 12 de julio de 1906 y del decreto de 26 de octubre de 1908. El modelo oficial del escudo nacional, corresponde al presentado por el Sr. Miguel H. Coppetti. El Escudo, tiene la siguiente conformación:

- Un óvalo dividido en cuatro cuarteles y coronado por un sol.
- Una balanza como símbolo de la igualdad y la justicia, colocada sobre esmalte azul en el cuartel superior de la izquierda.
- En el cuartel superior de la derecha el Cerro de Montevideo, como símbolo de fuerza, en campo de plata.
- En el cuartel inferior de la izquierda, un caballo suelto como símbolo de libertad en campo de plata.
- En el cuartel inferior de la derecha, sobre esmalte azul, un buey, como símbolo de abundancia.
-Dicho óvalo será orlado por dos ramas de olivo y de laurel unidas a la base por un lazo, azul celeste.




El Himno Nacional

El Himno Nacional es el aprobado por los decretos del 8 de julio de 1833, 12 de julio de 1845, 25 de julio de 1848 y 26 de julio de 1848, más disposiciones concordantes e instrumentación aprobada por resolución del 20 de mayo de 1938. El autor de la letra del Himno Nacional es D. Francisco Acuña de Figueroa, mientras que la música fue compuesta por D. Fernando Quijano. Posteriormente, se hicieron adecuaciones de instrumentación musical a cargo del maestro Gerardo Grasso y el maestro Benone Calcavecchia.


Coro

¡Orientales, la patria o la tumba!
¡Libertad o con gloria morir!
Es el voto que el alma pronuncia,
y que heroicos sabremos cumplir!


¡Libertad, libertad, Orientales!,
este grito a la Patria salvó
que a sus bravos en fieras batallas,
de entusiasmo sublime inflamó.
De este don sacrosanto la gloria
merecimos ¡Tiranos temblad!
¡Libertad en la lid clamaremos,
y muriendo, también libertad!

Dominado la Iberia dos mundos
ostentaba su altivo poder,
y a sus plantas cautivo yacía
el Oriente sin nombre ni ser:
más, repente sus hierros trozando
ante el dogma que Mayo inspiró,
entre libres, y déspotas fieros,
un abismo sin puente se vio.

Su trozada cadena por armas,
por escudo su pecho en la lid,
de su arrojo soberbio temblaron
los feudales campeones del Cid:
en los valles, montañas y selvas
se acometen con muda altivez,
retumbando con fiero estampido
las cavernas y el cielo a la vez.

Al estruendo que en torno resuena
de Atahualpa la tumba se abrió,
Y batiendo sañudo las palmas
su esqueleto, ¡venganza! gritó:
los patriotas el eco grandioso
se electrizan en fuego marcial,
y en su enseña más vivo relumbra
de los incas el Dios inmortal.

Largo tiempo, con varia fortuna,
batallaron liberto, y señor,
disputando la tierra sangrienta
palmo a palmo con ciego furor.
La justicia por último, vence
domeñando las iras de un Rey;
y ante el mundo la Patria indomable
inaugura su enseña, y su ley.

Orientales mirad la bandera,
de heroísmo fulgente crisol;
nuestras lanzas defienden su brillo,
¡nadie insulte la imagen del sol!
De los fueros civiles el goce
sostengamos; y el código fiel
veneremos inmune y glorioso
como el arca sagrada Israel.

Por que fuese más alta tu gloria,
y brillasen tu precio y poder,
tres dilemas, oh Patria, se vieron
tu dominio gozar, y perder.
Libertad, libertad adorada,
¡mucho cuestas, tesoro sin par!
Pero valen tus goces divinos
esa sangre que riega tu altar.

Si a los pueblos un bárbaro grita,
removiendo su extinto furor,
fraticida discordia evitemos,
¡diez mil tumbas recuerdan su horror!
Tempestades el cielo fulmina,
maldiciones descienden sobre él,
y los libres adoren triunfantes
de las leyes el rico joyel.

De laureles ornada brillando,
La Amazona soberbia del Sud,
en su escudo de bronce reflejan,
Fortaleza, Justicia y Virtud.
Ni enemigos le humillan la frente,
Ni opresores le imponen el pié:
Que en angustias selló su constancia,
Y en bautismo de sangre su fé.

Festejando la gloria, y el día
de la nueva República el Sol,
con vislumbres de púrpura y oro,
engalana su hermoso arrebol.
Del Olimpo la bóveda augusta
resplandece, y un ser divinal
con estrellas escribe en los Cielos,
Dulce Patria, tu nombre inmortal.

De las Leyes el Numen juremos
Igualdad, patriotismo y unión,
inmolando en sus aras divinas
ciegos odios, y negra ambición.
Y hallarán los que fieros insulten,
la grandeza del Pueblo Oriental,
si enemigos, la lanza de Marte,
si tiranos de Bruto el puñal.

¡Orientales, la patria o la tumba!
¡Libertad o con gloria morir!
Es el voto que el alma pronuncia,
y que heroicos sabremos cumplir!





La Bandera de Artigas


Por disposición legal, la Bandera de Artigas debe tener las mismas proporciones que las del Pabellón Nacional. La Bandera de Artigas identifica y hace honor a la figura del Prócer de la Patria, Don José Gervasio Artigas. La bandera consta de tres franjas horizontales del mismo ancho, siendo de color azul la superior e inferior y blanca la del centro. Las franjas expresadas estarán atravesadas diagonalmente por una de color rojo de igual ancho que las anteriores, que se extiende de la parte superior, junto al asta, al ángulo inferior opuesto.

José Gervasio Artigas nació en Montevideo en 1764. Al comenzar el año 1811, se desempeñó en la Guardia española de Colonia de Sacramento, como capitán de Blandengues (policía de frontera).Para entonces, el general español Francisco Javier de Elío, designado Virrey del Río de la Plata por el Consejo de Regencia de Cádiz, ya había tomado posesión del cargo con sede en Montevideo. En tales circunstancias, Artigas abandonó Colonia y se trasladó a Buenos Aires para ofrecer sus servicios militares a la Junta Grande.

Su actitud encendió el levantamiento de los orientales (uruguayos) contra las autoridades españolas, que se materializó en el Grito de Asencio. Artigas, cuando retornó a la Banda Oriental, fue aclamado por sus paisanos como "Primer Jefe de los Orientales", instalando su cuartel general en Mercedes. Derrotó a los españoles en Las Piedras el 18 de mayo de 1811 e inició el sitio de Montevideo el día 21 de Mayo. Este primer sitio de Montevideo se levantó por un armisticio que negoció el embajador británico en Brasil, Lord Strangford, con el propósito de evitar que un ejército portugués que había invadido la Banda Oriental auxiliara a los españoles. Artigas, que se había opuesto al armisticio, intentó contener a los portugueses, que saqueaban la campaña oriental. A fines de 1812, José Rondeau, al frente del ejército del Segundo Triunvirato (gobierno que se acababa de instalar en Buenos Aires) inició el Segundo Sitio de Montevideo, desplazando a Artigas y sus fuerzas, en el mando de las operaciones. En el campamento de Artigas fueron electos los diputados orientales que debían concurrir a la Asamblea Nacional General Constituyente (Asamblea del Año XIII), cuyas instrucciones dictadas el 13 de abril de 1813 reclamaban básicamente:

*Declaración de la Independencia.

*Libertad civil y religiosa.

*Organización política federativa.

*Estados autónomos.

*Que Buenos Aires no fuese la sede del gobierno central.

Los diplomas de los diputados orientales fueron rechazados, usando como argumento legal la nulidad de su elección porque se realizó en un campamento militar y además porque traían instrucciones; a pesar de que la Asamblea se había declarado soberana. En realidad, el motivo era el contenido de las instrucciones, que afectaban al centralismo de Buenos Aires. El 20 de enero de 1814, Artigas abandonó el sitio de Montevideo, cuyo mando, de todos modos, monopolizaba Rondeau. Su propósito era apoyar los pronunciamientos de los paisanos de Entre Ríos y Corrientes, como así también, combatir al comandante porteño de las Misiones. Según el historiador uruguayo Washington Reyes Abadie: "Las Misiones, era, por lo demás, la clave de bóveda del sistema federal. Por ellas se ganaba el Paraguay para la unidad del Plata, liberándolo de la absorción portuaria de Buenos Aires; y se conjugaban las rutas orientales con el Río Grande, otorgando a su economía ganadera y saladeril la salida de sus productos por los puertos platenses de Maldonado, Montevideo y Colonia, abriendo para el comercio legal, las históricas rutas de los changadores. Desde las Misiones, Corrientes y el Entre Ríos, coordinaban su destino mesopotámico con las tierras del Uruguay; y Santa Fe recobraba su función histórica de enlace con el tráfico de la yerba mate, los cueros, las maderas, el tabaco y la caña, mientras su condición de centro ineludible en la carrera del Tucumán, ofrecía a los pueblos del norte - incluido el Alto Perú - y del Cuyo, pero en particular a Córdoba, el desahogo de su artesanía, de sus productos minerales y de su agricultura frente al impacto ruinoso de la manufactura inglesa introducida desde Buenos Aires. Este ámbito de la visión integradora de Artigas abarcaba, pues, dos regiones de rasgos propios y definidos: la mediterránea, de economía minera, agrícola y artesanal, articulada en el Paraná, por el puerto fluvial de Santa Fe; y la del litoral, agrícola - ganadera, desde los yerbatales y estancias paraguayas y misioneras hasta la mesopotamia y la campaña oriental; y un puerto transatlántico: Montevideo". Lo cierto es que de las provincias que bajo la influencia de Artigas, que estuvieron bajo la influencia del Protectorado de los Pueblos Libres, sólo Córdoba mandó diputados al Congreso de Tucumán. Las otras cuatro (Provincia Oriental, - actual República Oriental del Uruguay - Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe), en cambio, no estuvieron representadas en el Congreso. Para entonces, los españoles ya se habían rendido en Montevideo. El ejército del Directorio se retiró. Quedó la Provincia Oriental en manos de Artigas.
En agosto de 1816 un ejército portugués, invadió la Provincia Oriental en conocimiento del Congreso de Tucumán. Finalmente, al iniciarse la década de 1820, derrotado definitivamente Artigas en Tacuarembó por los portugueses, se refugió en Entre Ríos, en donde también lo venció el caudillo federal entrerriano Francisco Ramírez.
Artigas se trasladó a Paraguay, en donde vivió el resto de vida.
Allí murió en 1850.


La Bandera de los Treinta y Tres



La Bandera de los Treinta y Tres orientales, rememora el Desembarco de los 33 valientes en la Playa de la Agraciada, efectuado el 19 de abril de 1825.

La Bandera de los Treinta y Tres Orientales, tiene tres franjas iguales, que corren horizontalmente, siendo la primera de color azul, la segunda de color blanco y la tercera punzó. La segunda franja (color blanco), lleva la inscripción: " Libertad o Muerte" (ley del 26 de agosto de 1825).



La Escarapela Nacional



La Escarapela Nacional (leyes de 22 de diciembre de 1828 y 10 de julio de 1916), tiene en su caso los colores de la bandera nacional y de la bandera de Artigas, siendo su uso libremente permitido a los particulares.

La Escarapela nacional, es azul y celeste, de acuerdo a la Ley de Creación del 22 de diciembre de 1828. Esta escarapela es de uso libre para los ciudadanos de la Nación, quedando la variación (aprobada mediante ley 5.458 del 10 de julio de 1916), para uso exclusivo del Ejército, la Marina y las Fuerzas Aéreas de la República.

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