EMILIANO COTELO: En vísperas de la desclasificación de unos 5.000 documentos sobre la guerra sucia en la Argentina que debería tener lugar este mes, fueron divulgados el sábado en Washington una serie de cables y telegramas del Departamento de Estado que revelan la manera en que las fuerzas de seguridad uruguayas persiguieron, torturaron y asesinaron a exiliados políticos uruguayos en nuestro país, con el apoyo de la SIDE y el conocimiento y entrenamiento de Estados Unidos. La información fue proporcionada el domingo pasado por el diario Clarín, de Buenos Aires.
Dice esa nota que, "Según los nuevos documentos, el Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA) de Uruguay y uno de sus líderes, el comisario Hugo Campos Hermida, comenzaron a desarrollar operaciones de inteligencia de una manera sistemática en la Argentina a partir de junio de 1976. Uno de los documentos revela que Campos Hermida fue entrenado por la Oficina de Seguridad Pública de EE.UU. (un departamento vinculado con la CIA) cuyo director en Uruguay era el famoso Dan Mitrione.
"Los documentos son producto de una larga investigación hecha por Carlos Osorio, el encargado de Argentina, Uruguay y Paraguay en el Archivo Nacional de Seguridad de la Universidad George Washington que incluyó un Freedom Of Information Act, es decir la petición formal de información al Departamento de Estado.
"Uno de los expedientes es particularmente revelador. Fechado el 2 de julio de 1976, firmado por el embajador de Estados Unidos en Buenos aires, Robert Hill, y destinado a su colega en Montevideo, Ernest Siracusa, el cable dice que "un grupo de uruguayos recientemente secuestrados y luego liberados en la Argentina pudieron reconocer y nombrar a oficiales de seguridad uruguayos que están desarrollando operaciones conjuntas con oficiales argentinos contra los refugiados de una manera muy activa en Buenos Aires".
"Hill le envió ese cable a Siracusa después de que dos hombres armados atacaron la Comisión Católica sobre Inmigración en Buenos Aires. Los dos hombres robaron documentos sobre los refugiados. Dos días después del ataque 24 refugiados políticos uruguayos y chilenos que figuraban en los documentos fueron secuestrados y torturados por oficiales de inteligencia de Chile y Uruguay.
"Luego se supo que estas acciones se hicieron en el marco de lo que se llamó el Operativo Cóndor, un esquema que según un documento del 13 de octubre de 1976 tenía como objetivo "eliminar a marxistas y comunistas en los países miembros (Argentina, Uruguay, Bolivia, Paraguay y Chile) siendo Santiago de Chile el centro de las operaciones".
"Otro de los documentos, difundidos ayer (por el sábado), es el que sostiene que uno de los agentes que coordinaba los operativos en la Argentina, Campos Hermida, fue entrenado por la Oficina de Seguridad Pública de EE.UU. y trabajó con Mitrione.
"La Oficina de Seguridad Pública (OPS) era una sección semiautónoma de la Agencia Internacional para el Desarrollo del Departamento de Estado. La OPS fue creada en 1962 para incorporar asistencia política a los programas de ayuda para el desarrollo. En 1974 el Congreso la cerró debido a que los entrenadores de la OPS fueron acusados de permitir la tortura y la brutalidad a sus "estudiantes" y de identificarse demasiado con los agentes de la CIA. Mitrione fue acusado de enseñar a los agentes uruguayos el uso de la tortura. En 1970 fue secuestrado y asesinado por los Tupamaros.
"De acuerdo a una lista de las becas otorgadas por la Oficina Técnica de la OPS en Uruguay que figura entre los documentos que Osorio consiguió y a los que Clarín tuvo acceso, Campos Hermida, que en aquel entonces era el jefe de Departamento 5 de la Dirección de Información e Inteligencia, participó en un curso de diciembre a abril de 1971 sobre Investigaciones Criminales y de Seguridad. La lista es interesante porque muestra que muchos de los agentes de inteligencia uruguayos que trabajaban con Campos Hermida también recibieron becas para especializarse en "investigación de actividades terroristas".
"Durante una audiencia que tuvo lugar el 4 de agosto de 1976 en el Subcomité de Organizaciones Internacionales de la Cámara de Diputados, el subsecretario para América latina, Hewson Ryan justificó la captura y detención ilegal de varios uruguayos en Argentina que, luego se supo, se produjo en el campo clandestino de Automotores Orletti. Según Ryan los uru guayos capturados pertenecían a una organización anarquista llamada OPR-33.
"El nombre de esta organización figura también en un documento de la DINA, fechado el 1° de octubre de 1976, divulgado en la desclasificación de lo ocurrido en Chile. Titulado Operación Cóndor, el documento dice textualmente que "entre el 24 y 27 de setiembre, miembros de la SIDE, operando con oficiales del servicio de inteligencia militar uruguayo, llevaron a cabo operaciones contra terroristas de la organización terrorista uruguaya OPR-33 en Buenos Aires".
"Durante la audiencia en la Cámara de Diputados cuando el legislador Donald Fraser preguntó si se había inquirido al gobierno de Uruguay por qué esta gente no había tenido un juicio, Ryan respondió: "No. La última vez que lo discutimos nos dijeron que se trataba de circunstancias extraordinarias ya que habían descubierto que los integrantes del OPR-33 tenían armas comunistas... Nos dijeron que tenían 200 detenidos a disposición del Poder Ejecutivo, que no iban someter a la justicia ordinaria porque eran terroristas. Y que si eran sometidos a un juicio ordinario inmediatamente después retomarían sus actividades terroristas".
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EC - A partir de este informe del diario Clarín publicado este domingo, que es una de las fuentes que hemos podido consultar en estos días a propósito de los documentos desclasificados en Estados Unidos en el fin de semana, nos disponemos a conversar con el señor Carlos Osorio, encargado de Argentina, Paraguay y Uruguay en el Archivo Nacional de Seguridad en la Universidad George Washington.
¿Dónde lo hemos ubicado?, ¿en Washington?
CARLOS OSORIO: Sí, estamos en Washington.
EC - ¿Puede explicarnos qué significa ese cargo que yo mencionaba recién, qué funciones desempeña usted?
CO - Yo trabajo en el National Security Archive, que es un centro de investigación y una biblioteca no gubernamental que recolecta y hace pública información desclasificada de Estados Unidos a fin de ilustrar la historia contemporánea de la política de seguridad nacional de este país. Desde hace alrededor de 15 años hemos estado dando servicios a historiadores, investigadores, universitarios, periodistas y congresistas sobre temas de defensa e inteligencia, y desde los años 90 se nos han comenzado a acercar comisiones de la verdad.
Nuestros proyectos de documentación hacen uso de la ley de libre acceso a la información (Freedom Of Information Act), conocida por su sigla en inglés, FOIA, para recolectar información. Con la FOIA podemos conseguir documentos del gobierno mandando peticiones discretas, específicas. Además recolectamos información de otros investigadores, de otros archivos presidenciales existentes aquí: del propio Archivo de la Nación de Estados Unidos, trabajamos mucho en la base de archivos electrónicos publicada en el web por el Departamento de Estado -que está abierto y accesible incluso para los uruguayos-. Y también trabajamos con documentos de desclasificación en masa, como el que ordenó el presidente Clinton hace varios años sobre Chile o como el que estamos esperando sobre Argentina, que en parte también va a incluir a Uruguay.
El proyecto en que yo trabajo, de documentación sobre Uruguay, Argentina y Paraguay, busca recolectar información sobre las dictaduras del Cono Sur y la violación de derechos humanos y la política de Estados Unidos en los años 70.
EC - ¿Qué tipo de financiamiento tiene ese proyecto?
CO - Recibimos financiamiento de fundaciones independientes.
EC - ¿De qué países?
CO - Principalmente de Estados Unidos. Aquí existen muchas fundaciones caritativas, como la Ford Foundation y la Mc Arthur Foundation. Son muchas, no te podría mencionar todas, son docenas de fundaciones. Dependiendo de cada proyecto tenemos que ir a buscar nuestro financiamiento a las fundaciones.
EC - Usted mencionó recién que, entre otras cosas, han trabajado buscando documentos y recopilando información para comisiones de la verdad. ¿En particular han recibido alguna solicitud de la Comisión para la Paz creada aquí en Uruguay por el gobierno?
CO - No hemos tenido la petición directa de ellos. Desde los años 1991-1992 hemos trabajado con la Comisión de Seguimiento a la Comisión de la Verdad en El Salvador, hemos trabajado con la Comisión de Naciones Unidas en Guatemala, con la Comisión de la Verdad en Panamá, con comisionados de la Verdad en Honduras, con comisiones congresionales en México, etcétera. No hemos tenido contacto con la Comisión para la Paz de Uruguay. Sabemos que existe.
EC - Yendo directamente a estos documentos que fueron desclasificados, ¿cuál es la fecha exacta de desclasificación? Se dice que fueron desclasificados el sábado; ¿puede ser?
CO - Lo que pasa es que fueron traídos a la atención pública el sábado. La mayoría de esos documentos fueron desclasificados en fechas previas, en los últimos años. Yo he traído a la atención pública dos o tres documentos que revelan un nuevo aspecto sobre lo que Estados Unidos conoce. Como tú bien decías, hay varios documentos que demuestran que Estados Unidos estaba discutiendo los ataques a uruguayos en Buenos Aires. En ese cable que tú mencionabas, del 2 o 3 de julio, el embajador Siracusa le pregunta al embajador Hill qué está pasando, quiénes son los responsables, le pide que le dé los nombres. El embajador Hill le contesta que están investigando, que saben que robaron los archivos de la comisión y que llevaron a esa gente y la torturaron. Lo interesante es que dicen que la llevaron a un lugar donde todo estaba preparado para la tortura. Dijeron además que los uruguayos refugiados reconocieron a los agentes de inteligencia o militares que los torturaron. El embajador Siracusa le pregunta a Hill quiénes son esos individuos y éste dice que no lo sabe todavía pero que lo va a averiguar. No tenemos el seguimiento de ese cable.
Por otra parte tú mencionabas que el subasistente del secretario de Estado para América Latina, Hewson Ryan, en agosto sigue hablando de este tema de uruguayos que están siendo capturados en Argentina. Pero lo hace desde una perspectiva que justifica al gobierno de Uruguay: dice que esa gente debe ser capturada y no va a pasar por juicios legales. Tampoco menciona quiénes son los que están operando allá ni dónde están capturando a esa gente, habla de 200 personas. Más adelante hay un documento de la DIA -hay un error tipográfico en el diario, no es la DINA chilena sino la Defense Intelligence Agency, la Agencia de Inteligencia de la Defensa de Estados Unidos- que da seguimiento a lo que decía Ryan, diciendo que las operaciones contra la OPR 33 en Argentina han continuado entre el 23 y el 27 de setiembre.
Todos estos documentos ya habían sido desclasificados en tiempos anteriores y se conocían. Lo que no se conoce son los nombres de las unidades de los centros de detención y de las personas implicadas. No están dichos en los documentos que han sido desclasificados. El Departamento de Estado va a desclasificar más información este mes. Ha prometido desclasificar cerca de 5.000 documentos sobre la represión, desaparecidos, niños apropiados ilegalmente y la Operación Cóndor en Argentina. Debido a que también existen peticiones de la Comisión para la Paz de Uruguay sobre cerca de 150 desaparecidos tengo entendido que el Departamento de Estado va a agregar información de respuesta a eso en la desclasificación que va a haber sobre Argentina en setiembre.
EC - Volviendo a los documentos que usted ha hecho circular la semana pasada, que recién resumía, ¿dónde está lo nuevo? Se lo pregunto porque creo que con el paso del tiempo y la circulación de distintas versiones, algunas oficiales y otras no oficiales, a veces no tenemos del todo claro dónde está lo importante, por ejemplo de todo esto que usted estaba destacando recién.
CO - Hay cosas nuevas. Yo he estado haciendo esta investigación con un equipo y sistemáticamente hemos estado revisando todo lo que está desclasificado. Hemos descubierto que Hugo Campos Hermida, uno de los que supuestamente estuvo y que ha sido acusado por organismos de derechos humanos, fue entrenado por Estados Unidos en los años 70, por la Oficina de Seguridad Pública. Encontramos estos documentos en el Archivo Nacional. Por primera vez sabemos que uno de los perpetradores de estas barbaridades contra uruguayos en Argentina tenía una liga con Estados Unidos. Hugo Campos Hermida fue entrenado en 1971, trabajó en la Dirección Nacional de Información e Inteligencia en Uruguay, formada con el apoyo de la agencia OPS (Organización de Seguridad Pública) de Estados Unidos, que tenía mucha liga con la CIA. Ese es un aspecto nuevo.
El otro aspecto nuevo es un documento que se omitió en el artículo de Clarín, de la Central de Inteligencia, CIA, de 1977, que también había sido desclasificado pero que nadie había traído a la atención pública. Este aspecto se encuentra en el sitio web del Departamento de Estado. Es un documento que habla sobre la OCOA. Por primera vez un documento de la CIA habla sobre la OCOA. Es un documento que parece muy inocuo. En diciembre de 1977 hay un reporte sobre derechos humanos en el Cono Sur y el documento, hablando sobre distintas cosas de derechos humanos en Chile y Argentina, de repente se detiene en Uruguay y dice: "También hay información de que las actividades de la Organización para la Coordinación Antisubversiva, OCOA, van a ser severamente limitadas por el gobierno. Muchos miembros de la OCOA -sigue una parte borrada- creen que su organización será desmantelada en febrero -supuestamente de 1978-". No hay más información. Aquí la noticia es que falta información, que la CIA no va a desclasificar en esta desclasificación que viene del Departamento de Estado. No tiene la obligación de hacerlo. No tiene la obligación pero sería un bonito gesto por parte del gobierno de Estados Unidos pedir a la CIA que desclasifique todo lo que tenga sobre la OCOA. Este documento prueba que la CIA tiene seguimiento de lo que OCOA estuvo haciendo en los años 70. Estoy convencido de que éste no es el primer documento que escribe sobre OCOA. De otra manera describiría mucho más lo que es. Sin embargo, aparece como algo muy diario y cotidiano de la CIA al reportar sobre asuntos de seguridad y derechos humanos en el Cono Sur.
EC - Hemos estado mencionando lo que estos documentos revelan en cuanto a lo que Estados Unidos conocía de actividades represivas desarrolladas por efectivos uruguayos en territorio argentino. ¿Cuál es la significación de ese conocimiento que tenía Estados Unidos?
CO - Ese es el problema, hay poco conocimiento. Se sabe que Estados Unidos conocía sobre la Operación Cóndor y los ataques a uruguayos, por lo menos desde principios de junio. Se sabe que conocía que estaban llevando a los uruguayos a un lugar, pero en ninguna parte están mencionados los nombres de los perpetradores. En ningún momento está mencionado el nombre de Hugo Campos Hermida, incluso sabiendo que éste era conocido por la CIA desde 1972, 1973, hasta 1974. No se han revelado los documentos sobre Hugo Campos Hermida ni todos los que tienen sobre la OCOA. El Departamento de Estado y la CIA tienen información y estuvieron reportando durante todo 1976 sobre las operaciones que estaban haciendo los uruguayos, los argentinos y los chilenos contra refugiados en Buenos Aires y también en París, en diferentes partes del mundo.
EC - Está claro además que Estados Unidos no tuvo el papel que pudo haber tenido de inhibición, de freno a ese tipo de prácticas.
CO - No hay dudas. Es bueno que traigas este punto. En estos documentos se ve que manejaba mucha información que no usaron para detener las masacres que estaban ocurriendo. La información se ha tratado de una manera muy mecánica, muy técnica, muy quirúrgica y tal vez era usada en términos políticos... no lo sé, pero nunca fue usada y llevada a la atención de organismos de derechos humanos el conocimiento que tenían esas agencias. Ese es un punto histórico-moral muy interesante.
EC - El hecho de que se confirme a partir de estos documentos que Hugo Campos Hermida fue entrenado por la Oficina de Seguridad Pública de Estados Unidos y que trabajó con Mitrione, ¿implica necesariamente que fue entrenado en prácticas de tortura?
CO - Esta es una pregunta que queda por responder. Esta información tiene que ser revelada. Es una de las cosas que pienso tienen que ser reveladas por la Agencia de Inteligencia de Estados Unidos. Hay una responsabilidad histórica. Una responsabilidad moral y política de la CIA de desclasificar esa información. Es necesario para la justicia, la reconciliación y la promoción de la democracia en el Cono Sur y en particular en Uruguay. Yo no quiero hacer juicios. Creo que se debe pedir que haya más información. Porque hay información pero tiene que ser desclasificada. No podemos repetir lo que sucedió en 1976, que la información quede apagada y opacada. Es ahora el momento de hacer justicia, de hacer reconciliación, de establecer cuál fue la verdad, de poner el registro histórico en su perspectiva correcta. Pienso que es muy loable el esfuerzo de desclasificar que va a hacer el Departamento de Estado en este mes. Será interesante. Llamo la atención al público en Uruguay para que esté atento a investigar, a ir a hacer su investigación sobre derechos humanos, investigación histórica sobre esos documentos. Quisiera hacer un llamado de atención en cuanto a que sería una gran contribución por parte de las agencias de inteligencia que desclasificaran información sobre lo que conocen de Hugo Campos Hermida o de la OCOA.
EC - ¿Está absolutamente comprobada la actividad de Dan Mitrione como instructor en técnicas de tortura? Se lo pregunto porque el MLN-Tupamaros, que en su momento lo secuestró, sostiene esa versión; la película "Estado de Sitio" de Costa-Gavras también, pero dentro de Uruguay esto siempre ha sido objeto de discusión y de polémica.
CO - Mi objetivo de investigación no llega tan hacia atrás, hasta los años 72. Realmente yo encontré ese documento de pura casualidad. Buscando documentos del año 75 encontré estos documentos de Hugo Campos Hermida que son de 1974. No te podría responder a eso. Creo que no hay un estudio muy acabado al respecto.
EC - Sí está claro que existieron en Estados Unidos denuncias a propósito de que esta Oficina de Seguridad Pública había entrenado en prácticas de tortura en gobiernos latinoamericanos. Esas denuncias fueron planteadas en el Congreso estadounidense.
CO - Sí, no hay dudas de que el Congreso justo cerró esa Oficina de Seguridad Pública por todas esas denuncias que existían de que había estado entrenando en técnicas que abusaban a los prisioneros. Esto sucedió en el contexto de la reforma de Inteligencia de Estados Unidos en 1974, las audiencias congresionales del congresista Church, etcétera. De eso no hay duda, esa oficina estuvo haciendo actividades que fueron cuestionables y cuestionadas por el Congreso y por eso le cortaron los fondos.
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La cobertura de Clarín agrega un recuadro titulado "Dan Mitrione, un maestro de la tortura", firmado por la periodista Alejandra Pataro, y que dice:
"El dolor preciso, en el momento preciso, en la cantidad precisa, para el efecto deseado". La frase pertenece a Dan Mitrione, y sintetiza quién era y a qué se dedicaba este maestro de la tortura de la CIA, a fines de los 60 y principios de los 70 en América latina.
Las enseñanzas de Mitrione en Brasil y Uruguay sobre shocks eléctricos en los genitales, agujas electrificadas clavadas en la piel bajo las uñas, quemaduras de cigarrillos y el lento estrangulamiento, se terminaron con su secuestro y ejecución en 1970 por la guerrilla de los Tupamaros.
El final de su vida fue recreado por el realizador Costa Gavras en su película "Etat de Siége" de 1973.
La presencia de Mitrione en América latina habla de la práctica sistemática de la CIA de intervenir en la región para asistir en la "desaparición" de cualquier amenaza a la seguridad, en plena Guerra Fría.
La primera misión de Mitrione fue crear una "fuerza policíaca" en Brasil, tras el golpe de Estado de 1964. Esa fuerza contaba para 1969 con cien mil policías y 523 elementos "especializados" que recibieron instrucción de EE.UU.
En su libro La Guardia Pretoriana, el ex agente de la CIA John Stockwell escribió: "Se utilizaban películas y material didáctico de diversas técnicas de tortura y eventualmente los estudiantes tenían que practicar. Entonces Mitrione ordenaba secuestrar a limosneros de las calles, que se usaban como conejillos de indias. Cuando se desmayaban, les inyectaban vitaminas y tras dejarlos recuperar, volvían a otra sesión".
En Montevideo, Mitrione era el jefe de la Oficina de Seguridad Pública. Oficialmente la OPS era una división de la Agencia para el Desarrollo Internacional, pero su director en Washington, Byron Engle, era una mano de la CIA.
Cuando Mitrione se hizo cargo de la OPS en 1969, Uruguay atravesaba una crisis que se traducía en paros, protestas estudiantiles y actividad subversiva de los Tupamaros. El norteamericano prestó su servicio a la policía uruguaya, con métodos de tortura mucho más sofisticados de los que ya se aplicaban. Aconsejaba: "Antes que nada hay que ser eficiente. Hay que causar sólo el daño estrictamente necesario, ni un milímetro más. Debemos controlar nuestro temperamento en todo caso. Se debe actuar con la eficiencia de un cirujano y con la perfección de un artista".
Mitrione pagó con su vida esos excesos cuando fue secuestrado por los Tupamaros, quienes exigían la liberación de 150 militantes en prisión. El gobierno uruguayo se negó, y el maestro de la tortura apareció muerto en el asiento trasero de un auto robado.
En Perspectiva
El Espectador
04/08/01
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