19/6/08

Intervención colorada I

El historiador uruguayo Vivián Trías dijo una vez "En primer lugar, la historia del Uruguay es indesligable de la historia de la cuenca del Plata..." Es así, la historia del Uruguay es indesligable, como dice Trías, de la historia de la cuenca del Plata y sobre todo, lo es en el período que empieza con el octubre peronista en el año 1945 y termina en el año 1955 con la caída del régimen peronista en la Republica Argentina.

Como bien dice el historiador uruguayo Alberto Methol Ferré ' A ninguna 'otra' historia estamos los uruguayos más ligados que con la Argentina. Ninguna nos atañe, nos compromete tanto y repercute más en nosotros. Muchas pasiones uruguayas y argentinas son las mismas. así, desde 1945, una gran divisoria argentina ha sido el Octubre de los trabajadores y Juan Domingo Perón. En algunos momentos, esa divisoria también se volvió uruguaya. Aunque aquí, al revés que en la Argentina, la mayoría estaba contra Perón '.

Lo dicho por Methol Ferré, lo vivenció siendo aún un niño y en su barrio el historiador uruguayo Hugo Cores que cuenta lo siguiente 'Cuando tenía 11 o 12 años viví, con mis amigos de la calle, una situación que recordé luego muchas veces. Oía con frecuencia que se atacaba a la Argentina. Casi siempre a partir de las rivalidades deportivas. Pero no terminaba de gustarme. Me sentía también un poco atacado en las alusiones a la cobardía o petulancia de los porteños. Quizás de mi parte había ganas de hacerme el gallito por una tontería como esa. Un día en el correr de esas conversaciones improvisadas, de golpe me encontré defendiendo al peronismo. Las mejoras para los trabajadores, su patriotismo. Nunca, a esa edad, había pensado seriamente en eso. En mi caso, mi padre no compartía el antiperonismo neto del Partido Comunista. Pero tampoco era simpatizante de Perón. Sólo que, como había vivido en la Argentina, leía y escuchaba la información que andaba en la vuelta y sabía de las mejoras que estaban consiguiendo los trabajadores. Como tenía un sentido bastante realista de cómo vivían los obreros, su manera de pensar no estaba atrapado en la contradicción peronismo - democracia que era la ideología oficial del Uruguay Batllista. Ni tampoco la igualación que se hacía desde el PCU del peronismo con el fascismo. A partir de ahí, con cuatro datos aislados, me armé un pequeño discurso 'para marcar diferencias': cosas de gurì. Pero no me sumé sin pensarlo a las ideas de la mayoría. De todos modos el peronismo o el antiperonismo, en mi barrio, no enardecían demasiado a nadie. Los muchachos que discutían conmigo, y a los que mis argumentos no hicieron mella, se sentían profundamente antiperonistas. Eran todos, o casi todos, hijos de trabajadores, de clase media o baja. vivían y vivieron después muy modestamente, y algunos bordeando la miseria. Habían hecho suya el índice completo de la vulgata democrática, y sobre eso para ellos no había nada que discutir. La mayoría no era creyente, salvo en las certidumbres del ideario democrático-liberal'.

El hoy, senador frenteamplista José Mujica, en sus tiempos de muchacho no estuvo inmune a la hora de contraer la fiebre antiperonista existente en el Uruguay de aquella època ' Me parece que Luis Batlle se vio en medio de una encrucijada, había una fuerte presión antiperonista en el Uruguay que signaría la realidad durante largos años. A través de medios de prensa profundamente antiperonistas, nos llegó la peor versión de Perón y no recibimos la otra cara de esa figura tan conflictiva que, haya sido como haya sido, fue un impacto en la historia del Río de la Plata. Fueron años en los cuales también yo fui antiperonista porque aquella postura en boga influyó en mí.' Los uruguayos, que vivieron los tiempos de Perón, no sintieron como algo ajeno a sus vidas la división cada vez mayor que experimentaba la sociedad argentina, entre peronismo y antiperonismo. En aquel Uruguay Batllista, los llamados por Luis Althusser, Aparatos Ideológicos de Estado (Designamos por Aparatos Ideológicos de Estado cierto número de realidades que se presentan de modo inmediato al observador en forma de instituciones diferenciadas y especializadas; Luis Althusser.) fundamentalmente, el AIE de la información (prensa, radio) fueron desde el año 1945 abiertamente antiperonistas. Es entonces, que los uruguayos de aquel tiempo tomaron partido en esa disputa y la mayoría, según Methol Ferré, estaba contra Perón . Desde que se produjo en el año 1945 el famoso 17 de octubre, que al decir de Raúl Scalabrini Ortiz 'Era el subsuelo de la patria sublevado' que marchaba a Plaza de Mayo al sólo y único grito de Perón, hasta su caída por un golpe de estado oligárquico-imperialista en el año 1955. Los sucesivos gobiernos del Partido Colorado que van de 1943 a 1958 intervinieron en los asuntos internos de la Argentina en los tiempos en que Perón no era por cierto un león herbívoro.

El presidente uruguayo Dr. Juan José de Amézaga, asumió la Primera Magistratura el 1 de marzo de 1943 y permaneció en ella hasta el 15 de febrero de 1947. Esto fue producto, de haberse realizado en el año 1942 las elecciones nacionales en el Uruguay y haber salido triunfador de la contienda electoral, el Partido Colorado con la formula José de Amézaga- Alberto Guani. Durante este periodo de gobierno, se hizo todavía más evidente la definición proaliada del Uruguay. Es decir, una política internacional contraria al 'Eje Roma-Berlín- Tokio'. Como se dice en el tomo 7 de la Historia uruguaya escrito por el equipo de historiadores Benjamín Nahun, Angel Cocchi, Ana Frega y Yvette Trochon 'Dos hechos merecen destacarse en este contesto: el primero, a corto plazo, fue el intento de plasmar lo que se llamò la 'Doctrina Rodríguez Larreta' ( nuestro Ministro de Relaciones Exteriores), que llegó a proponer en el concierto panamericano la necesidad de intervenir en los asuntos internos de los países que no adhirieran a los principios de la democracia y la defensa hemisférica. Esta iniciativa no tuvo éxito, pero sirvió para marcar las distancias frente a la Argentina, donde el Cnel. Juan Domingo Perón afirmaba su carácter neutralista. El segundo, a mediano y largo plazo de indudables consecuencias, fue el comienzo de la estrecha vinculación que ligó a nuestras Fuerzas Armadas con los Estados Unidos, no sólo en materia de equipos y pertrechos bélicos, sino en la adopción de manuales técnicos, propuestas organizativas y concepciones estratégicas.'

La doctrina sustentada por Rodríguez Larreta (Ministro de Relaciones Exteriores del Presidente Amézaga), se centraba sustancialmente en la necesidad de intervenir en los asuntos internos de los países latinoamericanos que no adhirieran abiertamente a los principios de la democracia y la defensa hemisférica. Con respecto, a la doctrina Larreta, Carlos Real de Azúa dice lo siguiente 'La doctrina Larreta se basa, como es notorio, en la innegable relatividad de las soberanías nacionales (usemos la fórmula pretenciosa: en 'la caducidad creciente de la forma nacional') y en indisputables derechos que la Sociedad internacional posee. Derechos ante situaciones que pueden comprometer la comunidad de naciones entera; derechos ante lo que dentro de una frontera pueda violentar escandalosamente los presupuestos morales o políticos mínimos sobre las que todas viven o dicen vivir. La doctrina Larreta olfateó habilidosamente cierto aire de 'política misional' que el mundo respira desde hace un cuarto de siglo, de esa conciencia de una 'misión' que, según Eugenio D`Ors, significa 'meternos donde no nos llaman'.' La mencionada doctrina al adjudicarse y al adjudicarle el propio Rodríguez Larreta un status-rol de 'política misional' que, según Real de Azúa, citando a Eugenio D`Ors significa 'meternos donde no nos llaman' condujo a intromisiones por parte de organismos panamericanos en los asuntos internos de aquellos países latinoamericanos que no practicaban una política exterior pronorteamericana.

A esto se le suma, que el ascenso del movimiento peronista en la Argentina se dio al mismo tiempo que la doctrina Larreta estaba en pleno auge en nuestro continente y especialmente en el Uruguay. En relación a esto, Real de Azúa dice lo siguiente 'El advenimiento del peronismo, casi simultáneo a la ya examinada doctrina Larreta fue para el Uruguay el primer gran presente inmediato de esa postguerra tan idealizada hasta poco tiempo antes, tan hosca cuando vino. El peronismo planteó a la línea nacional uruguaya un desafío estruendoso por su calidad irrecusable de vecino y por todas las implicancias que esta calidad aparejaba'. Es así que, el advenimiento del peronismo casi simultaneo a la doctrina Larreta, según Real de Azúa, fue para el Uruguay 'Suiza de América' una especie de contracara constante que no lo dejó dormir con tranquilidad. Por lo menos, hasta el año 1955.

En el año 1945, en la Republica Argentina y en el plano político, estaban ocurriendo hechos muy importantes y el gobierno uruguayo de Amézaga, no practicaba una política de no intervención en los asuntos internos de un país soberano. El historiador uruguayo, Carlos Machado dice lo siguiente 'Rodríguez Larreta, el canciller de Amézaga, le arrimó sus esfuerzos a Braden. El 8 de octubre, mientras se precipitaba una crisis y los mandos de Campo de Mayo se movilizaban para desplazar a Perón, declaró en el cine Radio City: 'En una mano la bandera de las libertades, y en la otra, si fuera preciso, la espada de las sanciones', anticipando así las intenciones de apadrinar -desde Montevideo- la intervención conjunta en Buenos Aires. El 'peronazo' fue un primer revés. más de 300.000 trabajadores se volcaron sobre Buenos Aires para respaldar a Perón en aquel 17 de octubre. Igual pronunciamiento multitudinario se produjo en Rosario, Córdoba, Tucumán y la Plata. 'El país', orientado por el canciller, llamó a la muchedumbre 'chusmaje asalariado'.

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1 comentario:

nanolefou dijo...

Muy bueno su artículo compañero.
¿Podría decirme si el tal Rodríguez Larreta suyo tiene algo que ver con el Rodríguez Larreta argentino, que ahora tenemos como asesor del derechista Mauricio Macri, aquí en la Argentina? ¿Son Parientes?

Saludos