6/12/08

No es Dictadura

El Semanario Marcha, en su edición inmediata al golpe de Estado, tituló en su portada NO ES DICTADURA, incluyendo más abajo, en la propia tapa, el Decreto completo de disolución de las cámaras legislativas, haciendo alusión a la parte del texto que prohíbe referirse al decreto "atribuyendo propósitos dictatoriales al Poder Ejecutivo"(sic).


El Decreto:
"La acción delictiva de la conspiración contra el País coaligada con la complacencia de grupos políticos sin sentido nacional, se halla inserta en las propias instituciones y adherida muchas veces a ella, para así presentarse encubierta como una actividad formalmente legal. En rigor, este proceso ha conducido, bajo la apariencia de legalidad, a frenar la legítima acción de los Poderes representativos y a desvirtuar el legítimo ejercicio de derechos individuales.

ATENTO: la expuesto precedentemente, EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA DECRETA
1º. Declárase disueltas la Cámara de Senadores y la Cámara de Representantes.
2º. Crease un Consejo de Estado, integrado por las miembros que oportunamente se designarán con las siguientes atribuciones;
a) Desempeñar independientemente las funciones específicas de la Asamblea General;
b) Controlar la gestión del Poder Ejecutivo relacionada con el respeto de los derechos individuales de la persona humana y con la sumisión de dicho Poder a las normas constitucionales y legales;
c) Elaborar un anteproyecto de Reforma Constitucional que reafirme los fundamentales principios democráticos y representativos, a ser oportunamente plebiscitado por el Cuerpo Electoral.
3º. Prohíbese la divulgación por la prensa oral escrita o televisiva de todo tipo de información, comentario o grabación que, directa o indirectamente, mencione o se refiera a lo dispuesto por el presente decreto atribuyendo propósitos dictatoriales al Poder Ejecutivo, o pueda perturbar la tranquilidad y el orden público.
4º Facúltase a las Fuerzas Armadas y Policiales a adoptar las medidas necesarias para asegurar la prestación ininterrumpida de las servicios públicos esenciales."

Por su parte, el diario Ahora, en un recuadro en página editorial de la época, informaba también que el Ministerio del Interior le comunicó después que las prohibiciones abarcaban:
"1º) Todo tipo de noticias y comentarios que afecten negativamente el prestigio del Poder Ejecutivo y/o las Fuerzas Armadas, o que atenten contra la seguridad y el orden público.
"2º) Versiones relacionadas con la disolución del Parlamento.
"3º) Versiones de líderes políticos, legisladores y cualquier otra persona que contravengan lo dispuesto en el numeral 1º.
"4) Versiones sobre detención de imputados por la Justicia Militar.
"5) Convocatorias a reuniones, mitines o manifestaciones de carácter político que contravengan lo dispuesto en el numeral 1º.

El matutino también informó que con fecha 1º de julio, el Ministerio del Interior efectuó la siguiente notificación, caracterizada con el Nº 2:
"Se le comunica a Ud. que por disposición del Poder Ejecutivo, complementando las restricciones establecidas el día 27 de junio próximo pasado, se prohíbe a la prensa oral, escrita o televisada: las convocatorias a reuniones; mitines o manifestaciones de carácter sindical, que afecten negativamente el prestigio del Poder Ejecutivo y/o las Fuerzas Armadas, o que atenten contra la seguridad y el orden público. La trasgresión a esta disposición dará lugar a la aplicación de las sanciones pertinentes."

Al producirse el golpe de Estado, los trabajadores respondieron inmediatamente al llamado de la central obrera uruguaya CNT, de resistir mediante la ocupación de los lugares de trabajo y la Huelga General, que se extendió por 15 días. El 30 de junio, el dictador Juan María Bordaberry, con apoyo de muchos civiles, entre ellos Juan Carlos Blanco, y los militares, ilegalizaron la CNT, el 4 de julio eliminan el derecho de huelga, luego se ilegalizan los partidos políticos, más adelante intervendrían la Universidad, clausuras de periódicos, prohibían utilizar la palabra "Uruguaya" en su sigla a FUCVAM, controlaron todo tipo de reuniones familiares, sociales y religiosas, control de la educación, del pelo hasta el cuello de la camisa, el año de la orientalidad, etc. Paralelamente se intensificó la represión contra la población, allanamientos y razias, la cárcel (1 de cada 50 habitantes estuvo detenido), la tortura, los asesinatos, los secuestros y desapariciones forzadas, el exilio, etc. El terrorismo de Estado de los actos institucionales y decretos autoritarios, suspensión de derechos y garantías individuales, los cónclaves y cambios de "presidentes civiles", el Consejo de Seguridad Nacional, el Plan Cóndor, el manipuleo de la opinión pública de la DINARP, limitaciones al Poder Judicial, etc.
Se dieron grandes picos de resistencia en el período, además de la Huelga General y de la multitudinaria y pacífica manifestación del 9 de julio en el centro "a las 5 de la tarde, de la Plaza Independencia a la Plaza Libertad, a caminar por 18", reprimida con gran saña por la dictadura; las elecciones Universitarias, previo a la intervención, donde ganaron ampliamente las listas gremiales; el Plebiscito de 1980 perdido por los militares donde un 60% de la población votó en contra; las elecciones internas; las Asociaciones Profesionales; el ayuno de SERPAJ; los Primero de Mayo; la Marcha de los Estudiantes; los caceroleos; las 500.000 firmas en apoyo a las cooperativas de viviendas por autogestión y ayuda mutua y la huelga de pago de FUCVAM al BHU; la Intersocial y la Interpartidaria; el acto del Obelisco; etc.

Pero debe destacarse la resistencia cívica y cultural de la mayor parte de nuestro pueblo a un régimen totalitario.

Fue la resistencia anónima y contínua en pequeñas cosas como trasmitir la tradición democrática en la familia, el encuentro de amigos, los cumpleaños, la rueda del mate que creció día a día, el café en el boliche, los grupos de reflexión y religiosos, el trabajo solidario en los barrios, las bibliotecas, los comedores y merenderos, la cultura y el canto popular, las cooperativas de vivienda, los casetes grabados, las pintadas en los muros, las crayolas caseras, los volantes y los boletines rudimentarios hechos hasta con "sellos de papa", las matrices, el planograf, etc. Miles de heroicos patriotas, militantes anónimos, gente sencilla del pueblo, que daban la cara a los vecinos con ejemplos de vida en lo cotidiano, acciones comunitarias y/o propaganda.

Claro que muchos, por cobardía, por ignorancia o por no querer escuchar o creer en los familiares y amigos, aquellos que decían por algo será, llegaron tarde a la fiesta democrática.
Fueron los miles anónimos que mantuvieron encendida la antorcha, aunque sea con un fósforo encendido en el corazón, que crearon las condiciones para que la dictadura al final sucumbiera. Fue el instinto de lo grupal y comunitario, que hace que nuestro pueblo, de una u otra manera, se organice y/o vea en las organizaciones políticas y sociales referentes fundamentales para cualquier proceso de cambio (aunque algunos, de afuera o de adentro de las organizaciones, las desprestigien por acción u omisión), que se ve reflejado en todas las crisis, incluso en estos días (fue una de las causas por la que no prosperó el intento/invento de asonada y saqueos provocado por la sectores de la ultraderecha para voltear a Batlle cuando la crisis del año pasado). Fue la conciencia cívica y culturalmente democrática, de nuestro pueblo, que nos viene por tradición oral desde los fogones artiguistas.

Por qué no, fue la Garra de los Charrúas y Gauchos artiguistas que mantuvo el fuego de la democracia, que pasó de los fogones a la antorcha libertaria y de resistencia a la opresión y al despotismo en el corazón de nuestro pueblo.

La historia es larga para incluirla en una nota. No comenzó el 27 de junio, por supuesto, el golpe se dio en etapas, con la complicidad de sectores civiles de la derecha, comenzando una pre-dictadura en 1967 con el presidente constitucional Pacheco Areco, funcionando incluso las cámaras legislativas. El primer muerto estudiantil fue Líber Arce –de la UJC–, asesinado en la calle cuando estudiantes de Odontología, Enfermería y Veterinaria manifestaba desde esta casa de estudios por la espalda, rumbo a la Av. Rivera el 14 de agosto de 1968; el primer muerto por torturas fue el obrero Luis Carlos Batalla –del PDC–, asesinado en un cuartel de la ciudad de Treinta y Tres el 25 de mayo de 1972; las clausuras de periódicos comenzaron en 1967. Para ampliar la información, recomendamos leer los siguientes libros:

- La Subversión, 1ra. y 2da. parte, Junta de Comandantes en Jefe 1976.
- Testimonio de una nación agredida, Comando General del Ejército 1978.
- Las décadas infames (Análisis Político 1967/1985), Oscar H. Bruschera 1986.
- Breve historia de la dictadura 1973/1985, Gerardo Caetano y José Rilla –CLAEH/Banda Oriental– 1987.
- El sindicalismo uruguayo bajo la dictadura 1973/1984, Jorge Chagas y Mario Tornarelli –Nuevo Mundo– 1989.
- ¡Uruguay: Nunca Más!, Servicio Paz y Justicia 1989.
- Estado de Guerra, Alfonso Lessa 1996.


Guillermo Font
vecinet-notici@s
27/06/03

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