7/12/08

El día que el Goyo Alvarez mutiló a Prantl y Gavazzo

Facsímil de la primera edición de El Talero, publicada en la prensa argentina de la época; en los medios uruguayos el silencio fue total.


Facsímil de la nota de Clarín que en 1978 recogía un despacho de la agencia internacional que reflejó la noticia.


Facsímil de la nota de La Nación de Argentina con la publicación de la noticia que en Uruguay fue silenciada.

La sanción habría incidido en el destino del "tercer traslado" y en el operativo de los vinos envenenados. La República obtuvo copias de las sanciones del ex dictador a los jefes del SID en 1978. El entonces comandante en jefe les aplicó un arresto de 60 días por hacer la publicación clandestina "El Talero".

Allí se denunciaban supuestos contactos de Alvarez con Wilson Ferreira Aldunate y Gutiérrez Ruiz. Amaury Prantl y José Nino Gavazzo pasaron a retiro para que un Tribunal Militar no los dejara sin pensión. La remoción en el SID pudo definir el destino de uruguayos secuestrados en Argentina y trasladados a Uruguay. También pudo incidir en el operativo que, para evitar una apertura política de la dictadura, costó la vida a Cecilia Fontana de Heber.

El 4 de julio de 1978, el ex dictador Gregorio "Goyo" Alvarez aplicó una sanción de arresto a rigor por 60 días al entonces director del Servicio de Información y Defensa (SID), general Amaury Prantl, quien pidió entonces su pase a retiro, junto a su "brazo derecho", el teniente coronel José Nino Gavazzo. El Goyo Alvarez, recién ascendido a comandante en jefe del Ejército, había sido acusado de "traición", en una publicación clandestina interna llamada "El Talero", por mantener supuestos contactos con los exiliados blancos Wilson Ferreira Aldunate y el ya asesinado Héctor Gutiérrez Ruiz.

"El Talero", que sólo apareció en tres ediciones durante los meses de abril, mayo y junio, se distribuía entre oficiales superiores al grado de capitán y sus redactores se declaraban "profundos anticomunistas y defensores de nuestro sistema de vida occidental". El incidente, histórico en la interna militar de la dictadura, no pudo ser informado por la prensa uruguaya y sólo se divulgó al mundo a través de sendos despachos de la agencia de noticia Asociated Press (AP), que fueron publicados días después por los diarios argentinos La Nación y Clarín.

Sin embargo, intentar reconstruir aquel episodio podría permitir aclarar hoy dos casos de 1978 que son investigados en la Justicia uruguaya: el destino de un grupo de uruguayos traídos ese año desde Argentina y el atentado con vinos envenenados que derivó en la muerte de la señora Cecilia Fontana de Heber.


La "interna" en el Ejército
La dictadura uruguaya se sentía fortalecida. Tenía a un grupo de nueve tupamaros en calidad de "rehenes" para evitar cualquier operación dentro de fronteras, había exterminado la oposición en Buenos Aires desde el golpe de 1976 y ampliaba sus relaciones con los gobiernos militares del Cono Sur.

El sello autoritario de la región había permitido llevar a la oposición lejos y a la resistencia a la mayor clandestinidad. Los militares sentían que gobernaban y los grupos económicos comenzaban a jugar un ajedrez de poder y corrupción en el que muchos de los oficiales pasarían a ser piezas útiles, o descartables.

La golpista Logia Tenientes de Artigas había logrado parte de sus objetivos, pero varios de sus hombres fuertes empezaban a ser desplazados por los inevitables retiros. El general Julio César Vadora, remplazante del golpista Hugo Chiape Posse, debía dejar el comando del Ejército. Ese era un problema.

El generalato había consolidado su línea dura desde 1975, luego de los ascensos de Hugo Linares Brum y Amaury Prantl, quienes se alineaban al grupo liderado por Esteban Cristi: Luis Queirolo, Boscan Hontou, los hermanos Eduardo y Rodolfo Zubía, Alberto Ballestrino y el propio Gregorio Alvarez.

Alvarez había sido jefe del Esmaco en los años duros y estaba al frente de la División de Ejército IV, con sede en Lavalleja. Cuando la interna militar admitió su ascenso a comandante en jefe en lugar de Vadora, el Goyo dejó en Minas a su amigo Abdón Raymúndez, ex presidente del Banco Hipotecario.


La "descompartimentación"
El 1º de febrero de 1978, Gregorio Conrado Alvarez recibió los galones de teniente general al asumir la jefatura del Ejército y en su discurso de asunción advirtió que estaba dispuesto a "mandar" para "asegurar la unión de la fuerza, la verticalidad de los mandos y la eficiencia en el empleo de sus medios".

Alvarez había llegado al mando por su condición de mayor antigüedad en el grado (orden de derechas), pero era visto por muchos oficiales como un sujeto ambicioso que no escondía su interés en llegar a ser presidente. Los analistas de la época no dudaban en calificarlo como un "moderado".

Desde el mismo día de su ascenso, el Goyo intentó informarse de todo lo que ocurría en el Ejército y en el gobierno. Muchas cosas quería confirmar de lo que, a través de familiares vinculados a los proscriptos partidos políticos, habían llegado a sus oídos en las serranías minuanas.

La palabra "compartimentación" fue la única respuesta que recibió sobre las operaciones antisubversivas que se habían estado realizando, por lo cual, en su decisión de mandar, decidió emitir la Resolución Nº 777 de fecha 3 de marzo de 1978, en que se resolvía la "descompartimentación" de las acciones.

"Este Comando no permitirá fijar forma de revisionismo de lo actuado por sus integrantes durante la guerra contra la subversión y si alguna actividad reñida con los derechos humanos se le adjudica, el suscrito se responsabiliza de haber dado la primera orden en ese sentido por su condición de jefe del Estado Mayor Conjunto en la época de referencia", aseguraba el Goyo Alvarez.


Los secretos de Amaury
Alvarez quizás desconocía, aún, lo que realmente había ocurrido durante la represión: los secuestros en el exterior desde 1974, los fusilados de Soca, los vuelos de Automotores Orletti y el robo de dinero en 1976 y la eventualidad de que otros secuestrados en 1977 estaban desaparecidos entonces en Uruguay.

El general Amaury Prantl era desde 1974 el dueño de uno de los poderes más importantes de la dictadura: sus secretos. Había asumido la dirección del Servicio de Información de Defensa (SID) desde que fuera relevado del cargo el coronel Ramón Trabal, quien enviado a París terminó siendo asesinado.

Prantl no era un improvisado. El ex agente Philip Agee lo define en su libro "La CIA por dentro. Diario de un Espía": "Prantl, Amaury: Teniente coronel del Ejército uruguayo y colaborador de enlace con la estación de Montevideo. Jefe de la Guardia Metropolitana (fuerza antitumulto) de la Policía de Montevideo".

El ex espía, que estuvo dos años en la base de Montevideo, narra que conoció a Prantl el 24 de diciembre de 1965, cuando el coronel Rogelio Ubach asumía la Jefatura de Policía de Montevideo y Prantl se constituyó en jefe de la Guardia Metropolitana y supervisor del centro de escuchas telefónicas de la propia CIA.

Ubach, que venía de ser agregado militar en Paraguay, y Prantl, llegaron a sus cargos con la designación de un nuevo ministro del Interior, Nicolás Storace, quien pertenecía al sector de Alberto Heber, miembro del Consejo Nacional de Gobierno (CNG) del colegiado blanco, quien asumiría en marzo la presidencia.


Triunvirato cívico-militar
Luego de la asunción del Goyo Alvarez a la comandancia del Ejército, se habría producido un intento de negociación con grupos políticos para llegar a una suerte de apertura, con la destitución del presidente Aparicio Méndez y el nombramiento de un triunvirato provisorio que llamaría a elecciones.

El último intento de "apertura" de la dictadura había sido la gestión realizada en 1976 por el ministro de Economía, Alejandro Végh Villegas, quien se reunió en Buenos Aires con Zelmar Michelini. La negociación fue "neutralizada" con el asesinato de Zelmar, Gutiérrez Ruiz, Rosario Barredo y William Whitelaw.

De aquella negociación habían sido testigos Carlos Julio Pereyra y Alembert Vaz, quienes viajaron a Buenos Aires el 10 de mayo de 1976 para informarle a Wilson Ferreira Aldunate de la propuesta. Los homicidios del 20 de mayo llevaron a Wilson al exilio y reafirmaron la línea dura de la dictadura uruguaya.

A mediados de diciembre de 1977 el proscripto Partido Nacional había constituido una nueva dirección semiclandestina, conformada por un triunvirato integrado por Carlos Julio Pereyra, Alberto Heber y Dardo Ortiz. A ellos habría llegado en 1978 el rumor de una nueva propuesta de apertura.

La propuesta implicaba que el 31 de agosto, en una reunión del Cosena, sería subrogado el presidente Aparicio Méndez por un triunvirato que integrarían el colorado Federico García Capurro (ex asesor del Esmaco), el blanco Nicolás Storace (ex presidente de la Corte Electoral), y el propio Goyo Alvarez.


Los "enemigos" del Goyo
En los primeros días de su comandancia, el Goyo había alentado rivalidades y enemistades. Su intento de "descompartimentación" de la información era rechazado por el director del SID, Amaury Prantl, y la idea de una apertura era inconveniente para Estados Unidos a quien preocupaba el caso nicaragüense.

Para Prantl, la "descompartimentación" implicaba dar cuentas de sus operativos en Buenos Aires y reconocer que lo que se presentó públicamente como un intento de invasión en el chalé Susy de Shangrilá era una mentira, y en realidad se trataba de uruguayos secuestrados en Buenos Aires.

También tendría que "blanquear" las operaciones en el centro de torturas Automotores Orletti, explicar lo ocurrido con los del segundo vuelo de octubre de 1976, confesar que se había traído mucho dinero y en qué se había gastado, y admitir que había más secuestrados desde diciembre de 1977.

La preocupación de Prantl coincidía, una vez más, con los intereses de sus amigos en la Embajada de Estados Unidos, donde no se veía con buenos ojos una apertura política en un Cono Sur que se había logrado dominar con dictaduras militares y en el que se venían aplicando sus recetas económicas.

Habría sido desde la Embajada norteamericana que surgió la idea de recurrir a su agente director del SID para evitar la apertura del triunvirato y habría sido el propio Prantl quien decidió matar dos pájaros de un tiro con un ataque interno al Goyo Alvarez a través de la publicación clandestina "El Talero".


Los "asuntos" de Gavazzo
Para montar el Operativo "El Talero", Amaury Prantl sólo podía recurrir a su confiable jefe del Departamento III, teniente coronel José Nino Gavazzo, encargado de Planes, Operaciones y Enlace del Servicio de Información y Defensa e implicado en los operativos que se intentaban ocultar al Goyo.

Gavazzo estaba entonces ocupado con la represión contra el Partido Comunista Revolucionario (PCR) y los Grupos de Acción Unificadora (GAU) en Buenos Aires, donde el SID había tenido que actuar junto a la Armada Nacional, que desde el Fusna había realizado las detenciones del GAU en Montevideo.

La inteligencia naval era elogiada por su comandante en jefe, vicealmirante Hugo Márquez, quien se enorgullecía de la acción de sus subordinados desde la detención del montonero Oscar De Gregorio por la Prefectura de Colonia, su entrega a Argentina y la posterior desarticulación del GAU en Uruguay.

Gavazzo sabía cuánto de los logros del Fusna pertenecía en realidad al trabajo de inteligencia de los argentinos de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), y probablemente tendría participación en el posterior traslado a Uruguay de esos uruguayos secuestrados en los pozos de Quilmes y Banfield.

En dos ocasiones Gavazzo se había negado (según las sanciones que se adjuntan) a realizar el Operativo "El Talero", pero aceptó el tercer pedido de Prantl y montó una oficina que amobló para editar la publicación, junto a otros agentes del SID, posiblemente aquellos que Prantl trajo de la Metropolitana.


El Operativo "El Talero"
Impresa en mimeógrafo, la publicación clandestina "El Talero" editó su primer ejemplar en abril de 1978. Allí se presentaron como una revista del Ejército Nacional, escrita para la oficialidad, donde se denunciaría la corrupción interna del régimen, los negociados y acciones contra el proceso iniciado en 1973.

En su página dos, "El Talero" denunciaba: "Ya ha comenzado a gestarse la GRAN TRAICION de un minúsculo grupo de militares que, temerosos del mañana, acobardados por la responsabilidad que tienen y no quisieran tener, se han aliado artera y deslealmente con los mismos político del poder".

Agregaba que: "los dos principales responsables de esa GRAN TRAICION son dos Generales de la Nación: Teniente General Gregorio Alvarez; General Abdón Raimúndez", a quienes acusaba de haber mantenido contactos con Wilson Ferreira Aldunate y el "subversivo delincuente" Héctor Gutiérrez Ruiz.

La publicación (que en la época se asoció al general Cristi, quien había apoyado la creación del ultraderechista "Azul y Blanco"), también abogaba por que los servicios de inteligencia debían tener su aparato propio, dentro y fuera de sus fuerzas, al margen del comandante en jefe del arma.

"El Talero" llegó a editar otros dos ejemplares en mayo y junio, pese a la orden dada por Gregorio Alvarez al propio Amaury Prantl para que la inteligencia del SID encontrara a los responsables de semejante escarnio. Dos meses tardó el Goyo en descubrir que el propio SID era el autor de la revista clandestina.


La "mutilación" de Prantl
Prantl, Gavazzo y el SID llegaron a elaborar ficticios interrogatorios y falsas actas de investigación que presentaron al comandante en jefe del Ejército, a quien intentaban explicar sus dificultades para encontrar al grupo de disidentes dentro de las propias fuerzas armadas.

Cuando Gregorio Alvarez descubrió la verdad, Prantl llegó a amenazar con suicidarse e incluso dio órdenes para la adopción de medidas de combate para defender de un eventual copamiento al Servicio de Información y Defensa que entonces se había trasladado a Luis Alberto de Herrera y Monte Caseros.

El contenido de las órdenes de arresto (ver facsímiles adjuntos) a las que accedió LA REPUBLICA son elocuentes: la sanción de 60 días a rigor impuesta a Prantl por el propio Goyo Alvarez contiene 17 cargos y la impuesta a Gavazzo por el secretario del comando, coronel Walter A. Rivero, 9 infracciones.

Prantl fue arrestado el 24 de junio en dependencias del Comando del Ejército, Gavazzo recibió su sanción de dos meses el 4 de julio. Al cumplir el castigo el 24 de agosto y el 3 de setiembre, respectivamente, ambos firman ya como oficiales retirados, para evitar un Tribunal Militar que les dejara sin pensión.

La historia del incidente de "El Talero" (que incluiría un fustazo de Alvarez a Gavazzo) no ha sido reconocida por los militares que han declarado ante la Justicia penal. El propio ex dictador mintió al juez Luis Charles al decir que no hubo un enfrentamiento con Prantl y su retiro fue una "mutilación" al Ejército.


¿Una doble consecuencia?
El pase a retiro del general Amaury Prantl y del teniente coronel José Nino Gavazzo determinó un cambio total en el Servicio de Información y Defensa, cuyos agentes, mayoritariamente, fueron pasados a disponibilidad o terminaron por ocupar cargos en otros servicios.

Se cerró entonces una de las etapas de mayor represión contra los uruguayos dentro y fuera de fronteras, de las que el fortalecido comandante en jefe Alvarez debe haber sido finalmente informado por los sucesores del SID, ante lo que resulta difícil de admitir que hoy no tenga conocimiento de los hechos.

Pero la sanción impuesta por el Goyo pudo tener otras terribles consecuencias de que la Justicia y la historia deberán esclarecer: fallecido Prantl, sólo Gavazzo sabe qué destino pudieron tener los uruguayos del "tercer traslado" quienes, secuestrados en Argentina, estarían en Uruguay cuando fue removido del SID.

A la vez, la caída de Prantl dejó a la Embajada norteamericana sin uno de sus más confiables operadores y habrían recurrido a sus viejos contactos en la policial Brigada Antinarcóticos, dependiente de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (DNII), para "neutralizar" el plan de apertura política.

Fuentes de la DNII de la época han afirmado a LA REPUBLICA que los entonces comandados por el inspector Hugo Campos Hermida fueron quienes terminaron por hacer el operativo de "neutralización" que, interpretado como una "eliminación", costó la vida de Cecilia Fontana de Heber envenenada con vino.

En definitiva, el atentado con botellas envenenadas, dirigido contra Carlos Julio Pereyra, Alberto Heber y Luis Alberto Lacalle para evitar una apertura, y la desaparición de los secuestrados en Argentina se concretaron durante el mandato del propio Gregorio Goyo Alvarez en el Comando del Ejército.



La orden

República Oriental del Uruguay
Formulario Nº 1
Ejército Nacional

COMANDO GENERAL DEL EJERCITO
Orden de Arresto Nº

Señor General don Amaury PRANTL

Guarde Ud. arresto Riguroso por 60 días.

Causa: Siendo Director del Servicio de Información de Defensa, comete las siguientes faltas:

1 - Ser el autor intelectual del panfleto "El Talero" ordenando su impresión y distribución.
2 - Proponer a un Señor Teniente Coronel para llevar a cabo el operativo, reiterando la propuesta.
3 - Disponer de dineros propios del Servicio para:

- adquisición y equipamiento de un local a esos fines
- adquisición de útiles de oficina para impresión y distribución de los anónimos.

4 - Disponer de materiales y equipos oficiales para ello.
5 - Entorpecer deliberadamente las averiguaciones que eran de su exclusiva responsabilidad.
6 - Hacer participar a subalternos (Personal Superior y Subalterno) en el operativo.
7 - Influir síquicamente a testigos.
8 - Deteriorar su autoridad moral:

- mediante la parodia de interrogatorio a un Teniente Coronel sobre si era o no el autor.
- mediante la parodia de reconocimiento e investigación con conocimiento de subalternos y frente a ellos.
- el faltar a la verdad a Superiores y camaradas.
- Mediante la desviación del uso de sus facultades y autoridad.
- Al comprometer la palabra de honor de subalternos para lograr el ocultamiento de la verdad.

9 - Irresponsabilidad.
10 - Falta de firmeza en sus decisiones.
11 - Comprometer deliberadamente el prestigio del Ejército y del país frente a personas públicas y privadas, nacionales y extranjeras.
12 - ocultar las causas y finalidades de la publicación.
13 - Incitar presumiblemente a subalternos a:

- utilizar dineros del Estado para huir del país.
- desertar.

14 - Manifestar a subalternos inclusive, su intención de quitarse la vida.
15 - ordenar la adopción de medidas de preparación para el combate por parte de una repartición a su mando.
16 - Agraviar a Superiores y camaradas utilizando infundios como información.
17 - Extraviar información de importancia sobre ilícitos administrativos.

Por orden Señor Ministro de Defensa Nacional

Hora en que empieza el arresto 0130
24 de Junio de 1978

EL COMANDANTE EN JEFE DEL EJERCITO

(firma)
Teniente General Gregorio C. ALVAREZ -

Cumplido: Montevideo, 23 de Agosto de 1978, 1005 horas.

Firma del penado

(firma)
General (R) Amaury E. Prantl








República Oriental del Uruguay
Formulario Nº 1
Ejército Nacional

COMANDO GENERAL DEL EJERCITO
Orden de Arresto Nº

Señor Teniente Coronel don José GAVAZZO

Guarde Ud. arresto Riguroso por 60 días.

Causa: Prestando servicios en el Servicio de Información de Defensa, cometer las siguientes faltas:

1 - Falta de carácter. Si bien inicialmente rechazó dos propuestas para realizar la publicación anónima "El Talero", aceptar cuando se le propuso por tercera vez.
2 - Sugerir y realizar a tales efectos, la adquisición y alhajamiento de una vivienda con fondos del S.I.D.
3 - Redactar las publicaciones en base a las directivas recibidas del General Amaury Prantl e infundios aportados por él mismo.
4 - Hacer participar a subalternos, Oficiales y Tropa.
5 - utilizar materiales, dinero, equipos, vehículos y combustibles del S.I.D.
6 - Organizar, ordenar y realizar tareas de distribución de un anónimo con subalternos.
7 - Comprometer la palabra de honor de subalternos, Oficiales y Tropa, para ocultar la verdad e instrumentar una parodia de declaración a realizar por los mismos.
8 - Comprometer su palabra de honor para ocultar la verdad.
9 - Prestarse conscientemente a realizar actividades que violaron la disciplina y moral del Ejército.

Por orden: Señor Ministro de Defensa Nacional

Hora en que empieza el arresto: 1700
Montevideo 4 de julio de 1978

Por el C. J. E. y p. s. o. El J. Secretaría,

(firma)
Coronel WALTER A. RIVERO.

Cumplido: Montevideo, 3 de Setiembre de 1978. H 1700

Firma del Penado:

(firma)
Tte. Cnel (R) José Gavazzo.





Roger Rodríguez
La República
28 Mayo 2007

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