13/10/08

Pajarito Silveira comandó la tropa que invadió el Palacio

Testigo. Ex funcionario Catalurda recordó detalles de la noche del golpe de Estado en 1973


La clausura de las dos cámaras del Poder Legislativo el 27 de junio de 1973 tras un decreto del entonces presidente Juan María Bordaberry fue el sino más rutilante de la caída de las instituciones democráticas por ser ese el símbolo por excelencia de la democracia republicana. El mismo día (que en el calendario cayó un miércoles), Bordaberry utiliza la cadena de radio y televisión para aludir las razones por las cuales resolvió disolver las cámaras parlamentarias.


Desde que fue creado, fue esta la primera vez que el Parlamento dejó de funcionar.
El día 26 de junio, horas antes de la disolución y durante la última sesión del Senado, ingresa en calidad de suplente por primera vez el senador Jaso Anchorena (Partido Nacional). Ocupó su banca escaso tiempo por cierto y ostenta el récord en ese sentido. Hoy el nombre de Anchorena lo lleva una escuela del departamento de Lavalleja.


Ese día permaneció nublado en Montevideo y el invierno ya se había asentado sin compasión. Desde las ventanas del Palacio Legislativo, funcionarios y algunos legisladores observaban el despliegue de tanques y vehículos militares. El escenario no podía ser más agorero y ya caída la noche se convoca a una reunión extraordinaria y urgente del Senado. En Diputados no hubo sesión, "En esa sesión última del Senado, yo estaba parado atrás de Vasconcellos", recuerda Horacio Catalurda, uno de los pocos funcionarios legislativos ­hoy retirado- testigo de la asonada golpista contra el Parlamento.


"Me acuerdo que (Jorge) "Pajarito" Silveira fue el que comandó la tropa que invadió el Palacio aquella noche". Silveira es hoy uno de los militares procesados por violaciones a los Derechos Humanos. "Al primer lugar que fueron a revolver todo fue el despacho del senador Zelmar Michelini.


Fueron derecho para allí diciendo que lo allanaban en la búsqueda de armas que nunca encontraron", recuerda Catalurda. Michelini estaba en Buenos Aires reunido con Enrique Erro. Vasconcellos mocionó interpelar al ministro de Defensa, Walter Ravena; Carlos Julio Pereyra denunciaba irregularidades en Ancap, Eduardo Paz Aguirre auguró "el pronto retorno de la democracia y el fin de los mesianismos". Y fue la noche del último discurso de Wilson Ferreira Aldunate, aquel que se cerró con un "viva el Partido Nacional... viva la Patria!".


"Estos no vuelven por 50 años", se escuchó decir a un militar que allanó la noche del 26 de junio el Palacio Legislativo. Una de las primeras medidas que se adoptó fue tapiar con maderas de entrepiso los dos hemiciclos parlamentarios de manera tal que también a la vista desapareciera todo vestigio legislativo.

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