La historia del secuestro de seis uruguayos en Argentina, su traslado ilegal al Uruguay y el posterior fusilamiento de cinco de ellos en 1974 quedó de manifiesto ayer ante la Justicia tras la declaración del único sobreviviente de los hechos, Julio Abreu.
El testigo detalló ante la jueza los pormenores de su secuestro en Argentina, su pasaje por tres centros de tortura de ese país, su traslado ilegal hacia Uruguay y su detención en la casona de Punta Gorda, donde lo sometieron a "torturas psicológicas (como) simulacros de fusilamiento".
Abreu, sin embargo, aseguró al salir del Juzgado nunca haber visto la cara de sus captores y de los responsables del fusilamiento de Floreal García, Mirtha Hernández, Héctor Brum, María de los Angeles Corbo (embarazada de cinco meses) y Graciela Estefanell.
"Nunca supe los nombres (de los captores). Hablé con ellos, pero no a cara descubierta. Uno está encapuchado y lo que siente son voces. No ve rostros, no ve imágenes, no ve nada. En cautiverio uno no es nada", dijo Abreu a la prensa.
"Yo colaboré en ese momento en no ver a nadie por el miedo, porque me iba la vida. Si me descubrían intentando ver un rostro era hombre muerto", agregó. "Soy testigo, sí, que de los seis que estábamos y nos trasladaron, cinco fueron fusilados" en Uruguay, expresó Abreu.
El miedo continúa en el presente. "El miedo lo tengo hoy, porque el miedo siempre existe. Lo que pasa es que hay miedos que a uno lo hacen callar y miedos que lo hacen hablar. No me siento amenazado, hoy me siento liberado. Pero eso no indica que no haya miedo, el miedo existe", señaló Abreu.
La Justicia se aprestaba a recibir además el testimonio del periodista de LA REPUBLICA Roger Rodríguez en la causa pero el mismo fue postergado por decisión de la jueza Gatti. El periodista realizó importantes investigaciones, por lo que podría aportar datos relevantes para la causa judicial.
La República
09/09/08
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