13/7/08
Coronel Francisco Bolognesi
Patrono del Ejército
Nace en Lima el 4 de noviembre en la antigua calle de Aligidos, actual jirón Caylloma N° 125. Sus primeros estudios fueron cursados en el Seminario Conciliar de San Jerónimo de Arequipa desde los 8 a los 16 años. Luego sigue los pasos de su padre dedicándose al comercio, entrando a trabajar a la casa Lebris y Violler.
El bautismo castrense de Francisco Bolognesi ocurrió en julio de 1844, cuando las fuerzas vivanquistas y castillistas (por las que peleaba), se enfrentan en la batalla de Carmen Alto o Acequia Alta, acción que decidió su destino, donde mostró coraje, por lo cual Castilla le ofreció un puesto cerca suyo, lo cual fue rechazado por Bolognesi, pues pensaba que su futuro debía seguir en el comercio, trasladándose presumiblemente a la ciudad del Cusco.
En 1853, va a la ciudad de Arequipa donde ve todos los preparativos de una posible guerra con Bolivia, lo que lo alentó a enrolarse en el ejército siendo nombrado segundo jefe de un regimiento de caballería. La guerra con Bolivia no se concretó, dando paso a una de las revoluciones más importantes del Perú contra el presidente Echenique. En esta acción se vuelven a encontrar Bolognesi con Castilla siendo nombrado Jefe de las Fuerzas Revolucionarias. Bolognesi fue nombrado Teniente Coronel y puesto como ayudante del estado mayor general de la provincia de Arequipa y luego como segundo jefe del Batallón 2° Libres de Arequipa.
Parte junto a Ramón Castilla sobre Cusco como comisario general del Ejército Libertador en junio de 1854, avanzando luego sobre andahuaylas, Chincheros, Ayacucho y Huancayo, para luego partir a las puertas de Lima y participar en la batalla final de La Palma.
Al finalizar la Revolución, Bolognesi se mantiene en el cargo de comisario. Fue destinado luego a la supervigilancia del hospital militar, donde se desempeño con eficiencia y laborasidad.
Algún tiempo de paz reinó en el Perú hasta que en 1856 se levanta contra el gobierno la ciudad de Arequipa al mando del general Manuel Ignacio de Vivanco que repercutió en varias zonas del norte del Perú.
Bolognesi fue enviado como segundo del General Manuel Layseca en la sección de Infantería.
Desembarca en Pacasmayo, ocupan San Pedro de Lloc y avanzan hacia Trujillo, donde derrotan a las fuerzas rebeldes del norte; ante ello Vivanco, que había aparecido por el norte, comienza el repliegue hacia el sur, donde Francisco Bolognesi marchaba a cargo del 8 piezas de artillería. El 5 de mayo de 1858, Arequipa luego de una heroica resistencia es derrotada, con una brillante actuación del Teniente Coronel Bolognesii, lo que lo hizo merecedor de los galones de Coronel el mismo día de la victoria.
La tranquilidad duro poco. El 29 de septiembre de 1959 se moviliza al mando del Batallón Volante de artillería en la fragata Amazonas rumbo a Guayaquil en la llamada Campaña en el Ecuador.
De vuelta al Perú, fue enviado por el presidente Castilla a Europa para adquirir armamento, principalmente artillería. Volvió al Perú el 18 de enero de 1862.
Al comenzar el año de 1863 los países americanos veían con preocupación a la Armada española sobre las costas del pacífico. Con la vista puesta en un inminente enfrentamiento, Bolognesi fue enviado nuevamente a Europa en busca de armamento, donde vigilaría cuidadosamente la construcción de las piezas de artillería requerida. Cumplida su misión, vuelve a finales de Mayo de 1866, por lo cual su nombre no está escrito en la histórica acción del 2 de mayo.
De regreso al país estaba como presidente don Mariano Ignacio Prado, con quien no tuvo una buena relación. En 1867 seguramente por motivos políticos, estuvo preso en el Potao.
Con la caída de Prado vuelve al ejército, siendo destinado al Batallón de Artillería de Arequipa en calidad de jefe. El 4 de marzo de 1868 es nombrado primer jefe del Regimiento de artillería de la plaza del Callao, quedando también a su mando la comandancia general de las Baterías del Callao y del Regimiento 2 de Mayo.
Fue enviado por tercera vez a Europa en busca de material bélico, volviendo en julio de 1870, no siendo reincorporado a destino militar conocido, pasando en junio de 1872 a la condición de indefinido, es decir, con licencia indefinida bajo de la presidencia de don Manuel Pardo.
Tiempo después en 1876 es nuevamente reincorporado al ejército.
Al ser declarada la guerra al Perú por parte de Chile, Bolognesi, ya con 62 años de edad, no dudó en aceptar el llamado que le hacía su patria, siendo nombrado ayudante mayor de la Primera Sección en la Campaña, permaneciendo acantonado en Iquique, donde fue ascendido a la Jefatura de la 3° División. Partió junto al resto de las tropas rumbo a Negritos para reunirse con los soldados que se replegaban desde Pisagua. De Negritos pasó a San Francisco donde el 15 de noviembre de 1879 participó en la batalla del mismo nombre, conformando el ala izquierda de ataque; la misma noche los peruanos se retiraron a Tiviliche. Las tropas sin brújula, se perdieron en la oscuridad de la noche, encontrándose con el camino a Tarapacá.
El 27 de noviembre Francisco Bolognesi se encontraba en estado febril cuando comenzó la batalla de Tarapacá, lo que fue impediendo para que peleara con heroísmo al mando de la 3° División, enviando al Batallón de Arequipa sobre las tropas chilenas, arrancándoles el estandarte al regimiento chileno 2° de Línea.
Bolognesi fue parte importante del victorioso 27 de noviembre de 1879 para el ejército peruano, vencedor de Tarapacá, el cual después de la victoria tomo rumbo a Arica, donde llegaron el 18 de diciembre.
El 3 de abril de 1880 el Contralmirante Lizardo Montero, investido como Jefe Militar y Político del Sur, traslada su Estado Mayor a la ciudad de Tacna y deja al Coronel Francisco Bolognesi al mando de la jefatura militar de la plaza de Arica.
El 28 de mayo, sabiendo de la derrota de su ejército en Tacna, convocó a un consejo de guerra en el cual decidieron él junto con 31 jefes, defender la plaza hasta morir. Esta decisión fue confirmada el 5 de junio cuando ante la proposición de rendición de la plaza, Bolognesi junto a sus jefes respondió: "Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho".
Al amanecer del 7 de junio, las tropas de asalto chilenas, comenzaban el avance con tropas muy superiores a las que defendían el morro. La resistencia fue heroica. Francisco Bolognesi rindió su vida por el Perú, cayendo herido y rematado por un culatazo en el craneo hecho por un soldado chileno.
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