30/6/08

Irrupción del FER en la historia del Uruguay

Sin la insurgencia rebelde de la juventud uruguaya de 1968-69, nunca hubiera existido el Frente Amplio, ni el MLN (T), ni el triunfo de Tabaré Vázquez en el 2004.

En efecto, da pena pero el análisis y el balance, han sido «secuestrados» (sin decirlo) por la teoría de los dos demonios.

Tanto por la derecha política, como por parte del MPP-MLN. Los dos grupos intelectualmente hegemónicos, tanto a la derecha como a la izquierda, han escamoteado el rol del FER y la insurrección juvenil, en el análisis histórico-político, de todo lo que pasó en Uruguay y esto es así desde hace 40 años.

Hoy se dice que el denominado mayo francés constituyó la mayor acción de masas que registró la historia francesa luego de la Segunda Guerra Mundial. En Uruguay, en momentos del entierro del estudiante Líber Arce, se produce igualmente una de las más grandes manifestaciones de la izquierda en estado de sublevación popular y congoja nacional, de la muerte de Batlle y Ordóñez a 1968.

El 68 uruguayo (insurgencia estudiantil) comienza un año antes cuando en 1967 un grupo de estudiantes y jóvenes revolucionarios funda el FER (Frente de Estudiantes Revolucionarios) en el seno de la Juventud del MRO. En lo interno es el principio del fin del monopolio de la UJC en la FEUU y en la CESU. En lo externo es el nacimiento de las concepciones libertarias, revolucionarias y antiburocráticas, que por todas partes en el mundo los jóvenes políticamente independientes o de la izquierda revolucionaria fragmentada están intelectualmente gestando, a la sombra de la política neo-colonialista de EEUU en Vietnam.

Las movilizaciones de 1968 marcaron un hito en la historia moderna. Esas rebeliones estaban pautando que la sociedad occidental, organizada de esa forma, no era viable. Ese estallido simultáneo abarcó los Estados Unidos y México en América del Norte y casi todos los países de Sudamérica. En la Europa capitalista, las principales rebeliones se registraron en Francia, Italia, Alemania e Inglaterra; y en la Europa comunista se levantaron los estudiantes de Polonia, Checoslovaquia y Yugoslavia.

La pauta de la historia contemporánea internacional en general y la de Uruguay en particular respecto al espacio y rol de la juventud revolucionaria movilizada en torno al fenómeno sociológico FER, no ha sido respetada por los grupos políticos en el pasado, ni en el análisis del pasado, ni en las autocríticas post-dictadura, ni en estudios de la sobrevivencia de aquella filosofía política del 1967 al 69, que en el presente aún continúa siendo el sustrato intelectual de la izquierda estructurada hoy en torno al EPFANM.

En el primer trimestre de 1968 se hallaban activos en Nanterre (Paris) seis grupos políticos y dos institucionales. En Uruguay (Montevideo) había tres bloques de gente joven organizada, están las institucionales FEUU (Montevideo) y la CESU (a nivel nacional) liderados por la UJC como grupo político, y en tercer lugar esta el FER (Montevideo) que es algo nuevo y distinto, que actúa adentro de la FEUU y la CESU, pero también por fuera del sistema. Que no responde al marco «institucional » y que es una fuerza política de « nuevo tipo»

El FER es algo que no corresponde a 100% con las normas gremiales de finales del 1967, principalmente en las particularidades específicas de su núcleo fundador con perfiles guevaristas – radical y revolucionario, ni tampoco es conformista el núcleo que se constituye en el IAVA en principios de 1968. El FER es un fenómeno nuevo y es el que desde el principio se plantea sus temas desde otro punto de vista y con otra visión y paradigma de la sociedad y de la plaza que debe ocupar la juventud.

En breve, hay que decir de una vez por todas que en aquella época (como hoy tampoco) era completamente impensable que estudiantes de secundaria se plantearan la revolución en directo desde el sistema gremial de los liceos y preparatorios y que empezara a hacerla. Ese tema o era sujeto de conversaciones en los niveles universitarios en la FEUU o era asunto de militantes políticos confirmados de extrema izquierda (como el Coordinador MLN, FAU, MRO, MIR-PCR, MUSP, PS, etc) pero jamás un asunto que se arma y se desarrolla en los niveles intelectuales de jovenzuelos de la enseñanza secundaria.

Creando el FER, esos liceales dieron cuerpo a un 68 de corte universal y de ruptura interna, y armaron un «relajo» tal, que ni los sociólogos han logrado interpretar y al mismo tiempo generaron una rebelión que continuó cada vez más lejos (interior del país) y cada vez mas en profundidad de otras capas sociales.

El nuevo FER que resurge desde el año 68, luego de que una gran parte de los fundadores se van para Bolivia, vía Europa y Cuba, y otros son reclutados para el MLN, ese FER es un FER que asegura la continuidad histórica de los principios del 68, y que a su vez asume su violencia radical latinoamericanista.

Hay que sobresaltar que la rebelión estudiantil del 68 no para hasta el 69, (a diferencia de las europeas) y que la insurgencia continuó hasta el 73, y que esos hijos de la «lucha popular y prolongada» son los que más tarde le darán cuerpo y alma a la Resistencia (durante la dictadura), al retorno a la democracia del 85, y al triunfo del EPFANE en el 2004. Ojo, no estamos diciendo que fueron sólo ellos en tanto que tales que lo hicieron, estamos diciendo que fue esa generación surgida con la ideas del FER y el protagonismo 1967 al 1973 de la franja joven del país los que llevaron y actuaron en el periodo, siendo así los verdaderos actores, «Los protagonistas» de la verdadera historia. Es verdad que hay que rescatar para la historia. Y no continuar exclamando, que fue el MLN y el Frente Amplio más las Fuerzas Armadas.

Esto es un asunto de análisis, que ha ignorado durante decenios la particularidad generacional, y que peca por su ausencia de estudios al respecto. Aunque Eduardo Galeano, escribiera una vez, que «el Uruguay, es el único país en el mundo, en que ser joven es un delito.» No lo escucharon y no integraron tampoco el concepto a al análisis. Este 2008, es su cumpleaños, y debemos pedir perdón a esa generación «combativa» a la «movida FER» y los que dieron lo mejor de su vida, desde el 68 hasta hoy, por un mundo diferente, por los cambios y por la justicia social, por haberlos sistemáticamente ignorado.

Por todo eso, solemnemente y en nombre del honor, la dignidad y la vida, ya es la hora de pedirles perdón a esa veneración por haberla olvidado. Por haberla usado, y por haberla dejado de lado en los análisis políticos e históricos del Uruguay.

Sin los estudiantes del FER en Uruguay, el proceso político uruguayo y de la izquierda en particular de 1968 a 2004, no hubiera tenido voz. Sin el FER, el proceso pre-revolucionario que vivió el Uruguay de 1968 a 1973, no se hubiera construido, ni tampoco el MLN, quien lo utilizó como cantera para reclutar jóvenes para su proyecto « foquista»

Ni tampoco el Frente Amplio que en su gran concentración del 26 de Marzo de 1971, muchos creyeron que hasta podían ganar las elecciones, dada la enorme magnitud de esa manifestación de 300.000 personas.

Lo que no supo calcular la dirección del Frente Amplio ni Seregni, en aquel contexto, era que en esa concentración multitudinaria, más de la mitad tenían menos de 18 años y no tenían credencial para votar.

Esta verdad siempre la han escondido unos como otros. Tanto las dirigencias del FA como los partidarios de la «lucha armada » del MLN (T) y del Movimiento de independientes 26 de Marzo, nunca le agradecieron al FER de haber sido su sustento en recursos en fuerzas humanas. Y más aún los analistas de la derecha colorada o los blancos del Partido Nacional, con la excepción de Wilson (durante un corto momento) y de algunos wilsonistas, tampoco ellos quisieron reconocer el rol del 68 y el FER, en ese momento de ruptura cultural de la política, de la acción gremial, y de la concepción del mundo. Todos seguían pensando que eso era solo en París.

Hoy los viejos líderes reconocen su error de cálculo en 1971, pero no les preocupa adónde fueron a parar esos miles y miles de jóvenes. A los sociólogos de la Universidad de la República ( Jerónimo de Sierra, Errandonea, Supervielle, y otros) nunca investigaron que esa masa de miles de jóvenes que representaba el grueso de la militancia política (revolucionaria) eran aquellos jóvenes seguidores del FER, que 3 años antes, en el año 68 habían ingresado a 1er año de liceo.

Esos jóvenes nacidos durante la rebelión del 68 y la insurgencia estudiantil del 67-69-73 eran miles y miles, y fue con ellos, que se nutría la periferia de la «lucha armada» o el sustento combativo del Frente Amplio. Que más tarde fueron el alma de la resistencia durante la dictadura, que ya adultos, se inscriben a los partidos de la recuperación democrática de las izquierdas, y que hoy ya mayores de 50, son la generación que ocupa lugares importantes a todos los niveles del sistema progresista, que conduce Tabaré Vázquez. Y también en la diáspora uruguaya por el mundo.

Por supuesto que en este análisis, hay mito y mitología. A los efectos de hacer resaltar el vicio en el análisis y levantar «el problema de la omisión» Pero eso no invalida que sea una verdad sociológica escondida durante años por los tenores del sistema político dominante, tanto de la derecha como en la izquierda. Ni tan siquiera la actual «extrema izquierda anti-sistema», de hoy y su radio, tampoco ha podido re-organizar su sistema cultural de análisis histórico-político.

Quizás es por que hay un «complot de silencio» en torno a este hecho mayor? No, no lo creo. No creo que esas teorías expliquen, la ausencia de análisis sobre lo que pasó en 1968 con el FER en Uruguay. No lo creo porque para comenzar, el problema de fondo está en una ausencia de curiosidad y de análisis, por explicar y comprender que pasó verdaderamente en 1968 en Uruguay. No ha habido balance, porque a los 10 años del 68 en el 78 había una dictadura, en el 88 era el periodo de la Convergencia democrática con el retorno a la democracia y la precomposición de la izquierda.

En el 98 a los 30 años del 68 (francés, internacional y uruguayo) a la izquierda, la sociedad, la TV, los intelectuales, la Universidad, etc, ya no les interesaba revisar ese periodo, visto como parte de un pasado. Y por otra parte imposible de tratarlo, dada la no resolución social del tema de las violaciones de los DDHH durante la dictadura.

En ese aspecto, el debate sobre la ley de caducidad ha ocupado todo el espacio analítico y en consecuencia el tema «generación»FER y su lugar en la historia nacional, en que se le debe adjudicar el rol principal jugado durante la insurgencia estudiantil uruguaya de 1968 al 1973.

Por otra parte a la izquierda uruguaya en su conjunto le da vergüenza, admitir, que al origen de la rebelión estudiantil que da lugar al conjunto del proceso político del 68 a hoy día, surgió entre unos liceales, que en su gran mayoría eran de Pocitos, de clase media y principalmente del Liceo Joaquín Suárez No.7, ubicado en la época en la Av. Bulevar España y Ellauri y su anexo en Av. Brasil y 26 de Marzo. Y que los FER del IAVA igualmente eran en su gran mayoría de Pocitos, Villa Biarritz y Punta Carretas, y muchos de ellos de extracción cristiana. Esto es algo que para la izquierda «proletaria y afectivamente marxista», es un pecado aceptar.

En segunda instancia, también es inaceptable para nuestros partidos de izquierda, de integrar en sus análisis, que esos liceales de Pocitos, conceptualizaron mucha ideas, (algunas de ellas de carácter internacional) y se plantearon con menos de 18 años de edad de desafiar el poder y hacer la revolución, mental, física y social. Y que lo hicieron.

Y que además durante los 5 años de la negra noche de la represión de 1968-75 el Frente Estudiantil Revolucionario (FER-partidista) fue la organización que rescató la tradición de la lucha popular revolucionaria y salvó al movimiento estudiantil, de no cortar puentes con su memoria histórica.

En 1968 desbordan a la UJC que pasa a ser minoritaria, y desbordan a la FEUU y la CESU por la izquierda. Logran ser «la masa crítica» en torno de la cual se desplaza la tendencia combativa del conjunto de la izquierda heterodoxa.

De alli en adelante, se van adaptando y conquistando todos los espacios juveniles del mundo estudiantil, y los jóvenes obreros de la «corriente combativa de la CNT» incluso desbordan a la CNT en varios sindicatos, como el de La Bebida, Manzanares y otros.

Ese FER, más allá de sus divisiones y absorciones permanentes, por parte de otras fuerzas, se mantiene y mantiene una política independiente de toda otra fuerza política partidaria uruguaya. Es la única fuerza que le planta cara, al militarismo galopante de la dirección tupamara. Y creando el FER “partidista” mantiene a una amplia mayoría de la juventud, alejada del “vampirismo del “foquista del ”MLN” salvando así a miles de vidas.

Otras como fue Carlos López (ex-FER que se integra al MLN(T) que muere en la explosión del Bowling y de Pablo Recanio desaparecido en Buenos Aires, así como de su última compañera Rosario Carretero la entrañable Cacheta, también desaparecida.

Otra vida que muere en la «Lucha popular callejera de los estudiantes» es la de Julio Sposito estudiante FER del Liceo Suárez muerto en una manifestación y a cuyo entierro acudieron cientos de miles de personas y que hizo del FER un vector inédito de « unidad» y reagrupamiento del pueblo uruguayo contra el Pachecato.

Ese día en las puertas del cementerio -subido con un megáfono desde el techo de una cachila- habló Gustavo Schoeder Orozco, miembro de la Mesa directiva del FER, a miles de personas, mientras que cientos y cientos de personas desde el fondo al frente del cementerio y por la calles cantaban canciones combativas de los Olimareños. Alli los diarios de la derecha hablaron de 80.000 personas que acompañaron al FER en su dolor.

Jamás en movimiento gremial juvenil en la historia del Uruguay había logrado reagrupar un tal poder de convocatoria y adhesión política. Los historiadores modernos, siguen ignorando, este hecho «único» de la historia del pueblo oriental desde Artigas hasta hoy. Aún hundido en un «negacionismo» histórico Se sigue subestimando el rol del movimiento estudiantil y su «motor» el FER en ese periodo que va con «una generación a bordo» de la historia desde 1968 al 2004.

También uno se olvida de mencionar un hecho político fundamental y fundador de esa «generación FER» a saber la famosa asamblea general multitudinaria en el IAVA en 1968 en la que miles de estudiantes y a propuesta del FER votan una condena a la invasión soviética en Praga mientras que el PCU y la UJC apoyaban a los tanques de Brejnev. Fue el germen de "Ni Washington ni Moscú" tan conocido en el FER y en la «corriente combativa» y que posibilitó el acercamiento entre FER y anarquistas FAU y de Bellas Artes y entre el FER y la ROE en la acción cotidiana.

Por otra parte, su independencia ideológica, hace que con el FER se mantenga en competencia, otra visión de la lucha por los cambios, es decir, la idea de la «lucha popular y prolongada» en oposición a las posturas «reformistas pro electorales» y a las extremas y guerreristas líneas «autoritarias y militaristas» del MLN(T). Es decir, la idea de llegar al poder por la vía de la «Huelga general insurreccional».

En esa condiciones, el FER se plantea la creación de un aparato político, que bautiza, con el poco conocido nombre de FRT. (Frente Revolucionario de los Trabajadores). El mérito de la dirección del FER-FRT, no está allí, sino en que en 1972, se sienta a reflexionar y escribe, el solo y único documento de análisis político independiente, sobre la coyuntura 72-73, conocido con el nombre de «El Mamotreto» dada la cantidad enorme de páginas del estudio.

Ese «Mamotreto», considerado un documento y tesis de sociología-política de alto vuelo. Sólo fue editado en 4 ejemplares. Los 4 ejemplares desaparecieron. Se sabe que por lo menos uno cayó en manos de la policía, y que quizás un día se pueda recuperar una copia. Está entre los documentos que aún quedan por desarchivar. De allí el misterio, de saber si en los archivos de la Policía, los investigadores históricos, podrán un día obtener un ejemplar de este documento clave, para comprender la historia de las ideas, durante el periodo de «los años de plomo uruguayos»

Esto permitirá comprender, que en Uruguay, además de la línea del FA y la línea de «pólvora» había una concepción y visión de cómo conducir el proceso político de los cambios, de otra manera, que el estudio de las fuerzas en presencia, no era de 2 contradicciones» y que la salida de esa coyuntura, podría haber sido otra. Aunque el «Mamotreto» llega hasta anunciar que en la actual encrucijada del 1972-73, sería un golpe de estado de la derecha, quien tendría la ultima palabra en ese contexto.

En París, mientras los intelectuales debaten, sobre el rol de las ciencias sociales los estudiantes radicalizados dicen lo suyo. En marzo de 1968, un grupo de dirigentes, que luego formarían el Movimiento 22 de Marzo publicó un folleto en el que reflexionaban sobre el rol de la sociología en el mundo moderno y denunciaban la falsa neutralidad de las ciencias sociales. En Uruguay es el FER quien juega ese rol, cercano al Movimiento 22 de Marzo (de Daniel Cohn-Bendit) y que en dos oportunidades claves de la historia levanta en 1968 y en 1972, una voz diferente, y construye otro mensaje político y organizativo.

«El Mamotreto», documento con las tesis del FER, constituye el segundo gran aporte de esta generación combativa, al proceso económico y político del Uruguay, y que ha sido sistemáticamente ignorada.

Hay un ejemplar del «Mamotreto» que sale del Uruguay, y es transportado por el Cro. Fabio (miembro de la dirección del FRT y enlace con el FER-FRT instalado en Chile en 1972. Fabio (nombre de clandestino) viaja de Buenos Aires a Mendoza en agosto de 1972, bajo la protección de Miguel Angel Moreno Malugani. En Mendoza, el ultimo núcleo orgánico FER-FRT, compuesto por 5 personas,, conduce a « Fabio » a Santiago de Chile, y allí Fabio entrega ese ejemplar al miembro de la mesa del FER, Cro. G.S.O. y es con el apoyo del MAPU chileno, que el FER-FRT, instala base en Chile y que el «Mamotreto» logra circular en algunos núcleos orgánicos y ser discutido en Santiago de Chile. Quizás en los archivos de la ex-DINA chilena esté la otra copia de «El Mamotreto». Las otros dos son destruidas en la clandestinidad uruguaya, durante la dictadura.

De Chile es transmitida una respuesta a Montevideo, antes del golpe de junio de 1973, con la la opinión y línea a adoptar, durante esa coyuntura política en vistas a los años 1974 y 1975. A tal punto que después del Golpe de Estado, la única fuerza presente y que gana las elecciones en la FEU a finales de 1973 y hasta mediados de 1974 continúa actuando es el FER-Universitario.

El 23 de marzo de 2008, se recuerda al Cro. Cacho, Miguel Angel Moreno Malugani, conocido como “Cacho de Bellas Artes” y militante del FER del Miranda, del FER de Bellas Artes en 1968, del Comité Chucarro de FA, de la UTU y gran artesano de las relaciones entre el FER con la ROE, fundador del FRT, organizador junto a otros del «repliegue» del FER «partidista» a Chile.

Resistente en Santiago contra el golpe de Pinochet, y más tarde fundador del PVP en Buenos Aires, junto a Cores, Gatti, Fernández Galeano, y tantos otros. De los 135 desaparecidos uruguayos en Buenos Aires y vinculados en su gran mayoría al PVP. De realizarse un estudio sobre los orígenes políticos de esos Militantes, tarde o temprano se demostrará, que en su mayoría, una inmensa cantidad de ellos, ha o había transitado por el FER entre 1968-73. Lo que demostraría, que la fuerza política uruguaya que más sufrió, en pérdida de vidas humanas durante la dictadura, fueron personas que habían iniciado su vida política en el Frente de Estudiantes Revolucionarios de Uruguay. Y esto es un elemento mayor que cambia y demuestra todo.

M.A. Moreno Malugani, nació un 23 de marzo de 1948, tenia 20 años en 1968 y fue secuestrado y desaparecido en Buenos Aires un 1 de octubre de 1976. Su cuerpo desaparece durante el segundo vuelo de la Muerte, que salió con los uruguayos detenidos en Orletti. En los dos vuelos de la muerte, igualmente, se puede estudiar que en su gran mayoría eran o habían sido jóvenes del FER.

Con la falta de debate público en Uruguay sobre el análisis de ese periodo y sobre los asuntos de fondo políticamente aún no resueltos sobre el heritaje del 68 Uruguayo y el rol del FER en las fuerzas políticas, la deuda generacional de la izquierda uruguaya, para con quienes representaron y mantuvieron la independencia de conciencia, de acción política, y el talante, por que así fueron marcando al futuro que hoy vivimos en Uruguay y así marcan al país que hoy tenemos, y no al que se dice que tenemos.

Qué desafortunado resulta el paralelismo entre París y Montevideo, pero se ve bien por el carácter internacional de 1968. Que en París no fueron sólo estudiantes, también los obreros se rebelaron en "mayo del 68". En Praga imperó, hasta su aplastamiento por las tropas del Pacto de Varsovia, la "Primavera de Praga" de escritores, científicos y políticos. En la californiana Universidad de Berkeley, los estudiantes opusieron su flower power [poder de las flores] a la violencia militar del ejército de los EEUU en Vietnam [y en la violenta represión a los que se manifestaban].

Y en Berlín, Francfort, Munich y Colonia formaban los estudiantes en rebelión también contra la violencia policial en las manifestaciones.

Durante este movimiento, del 68 uruguayo y el FER quedó de manifiesto, un movimiento político de la izquierda uruguaya que ante su cerrazón y autoritarismo, no permitía la expresión ni mucho menos la organización política de tendencias e ideologías diferentes a la oficial ( PC-UJC-FEUU-CESU y CNT)

Con la irrupción del FER, nace otro Uruguay y una nueva generación que se integra a un proceso, que más tarde le será «desvirtuado» y enajenado por las corrientes autoritarias de izquierdas y de derechas.

Las mismas que hoy siguen dominando el panorama cultural y psicológico del Uruguay alienándonos a todos en la teoría de la culpabilidad de los «Dos Demonios». Quizás con una revisión, de lo acontecido a partir de 1968 y siguiendo el hilo conductor del FER, podamos salir de este callejón sin salida. Que se abran los paneles y el debate público, que se enciendan los micrófonos, y que se sepa que no sólo han desparecido personas, también ha desaparecido «toda una generación con ideas enteras de 68 uruguayo» y eso también es un crimen.

Hay historiadores «negacionistas» que niegan la existencia del holocausto contra el pueblo judío, durante la 2ª. Guerra Mundial, hay muchos países que por razones políticas niegan el holocausto contra el pueblo armenio entre 1915 y 1917. Uruguay, el parlamento uruguayo lo ha reconocido y fue el 1er. parlamento en hacerlo en el mundo. La junta departamental de Montevideo ha reconocido el Día del Estudiante, pero la historia, los escritores e investigadores, así como los partidos políticos, aún no han reconocido el rol mayor del movimiento estudiantil Y del FER como motor de una generación, que dio lo mejor de si misma al país y a la historia del país desde 1967 hasta 2007, para fijar un periodo claro de protagonismo de todos esos jóvenes de la « generación 68»

Todos estos estudiantes encendieron la llama en otros cientos, en miles que abrazaron ese espíritu combativo y transformador que no pudo detener la dictadura fascista, pese a su crueldad e insensibilidad, esa insensibilidad incomprensible en el ser humano. No pudieron ni podrán detener la marcha de la historia. Los fascistas actuaron sin importarles nada; sólo sus pensamientos perversos e infames. Fueron asesinos y torturadores que se alejaron del pueblo, porque lo hirieron en lo más profundo, y por más que quieran borrar el pasado, quedarán las cicatrices marcadas en el corazón.

Los mártires estudiantiles, como luchadores sociales, merecen este homenaje y mucho más, porque gracias a su coraje, a su valor y a su aporte histórico, hoy tenemos un gobierno que intenta buscar la verdad de lo ocurrido en esos años, que quiere colocar su grano de arena en la construcción de la sociedad que soñaron Líber Arce, Hugo de los Santos, Susana Pintos, Íbero Gutiérrez, Heber Nieto, Julio Spósito, Nibia Sabalsagaray, Rodríguez Muela, Jorge Salerno, Joaquín Kluber, Walter Medina y Ramón Peré.


Alberto Pérez Iriarte

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