27/5/08

GOLPE DE ESTADO y DICTADURA MILITAR

· 1973: en febrero se produce una crisis política ante el desconocimiento por parte del Ejército y la Aviación, del nuevo Ministro de Defensa, crisis que repercute en el movimiento sindical ante la emisión por parte de los mandos de dichas Fuerzas Armadas, de los comunicados 4 y 7 de los días 9 y 10 de Febrero, en los cuales se planteaban algunos puntos reivindicados en distintas proclamas y documentos de los trabajadores y organizaciones políticas de izquierda.

El 27 de junio se produce el Golpe de Estado por parte del Presidente de la República Juan M. Bordaberry con el apoyo de las Fuerzas Armadas, las que irán imponiéndose hasta desplazar a aquél del gobierno y colocar en su lugar (1976) primero a Alberto Demichelli, posteriormente a Aparicio Méndez y en 1981 al Tte. Gral. Gregorio Alvarez.

El mismo 27 de junio de 1973, en la madrugada, todos los trabajadores sindicalizados comienzan la ocupación de sus lugares de trabajo, haciendo lo mismo los estudiantes de los distintos centros de estudio, dando comienzo así a la huelga general en oposición al golpe de Estado.

La política económica neoliberal que preconiza el crecimiento en base a una apertura del mercado a la economía internacional teniendo como eje algunos sectores de la producción pecuaria e industrial, así como la creación de una plaza financiera a nivel regional, tuvo en las Fuerzas Armadas un decidido impulsor que no sólo logró superar la crisis de liderazgo entre los sectores de la clase dominante, sino que aunó criterios en dichos sectores para, por medio de la fuerza, solucionar la crisis de dominación en la sociedad uruguaya.

Para el logro de las metas propuestas es necesario reducir la intervención del Estado, reducir sus costos, incrementar la rentabilidad empresarial privada para así favorecer la inversión, la producción, y como consecuencia de ello el empleo. Entre 1974-1980 el Producto Bruto Interno creció a un ritmo acumulativo anual del 4,5%, teniendo a las Finanzas, al Comercio, a la Industria, a la Construcción, y a la Pesca como las actividades de mayor crecimiento. En 1982 se produce una fuerte caída de la actividad económica, llegándose a los niveles de 1978.

Para los trabajadores esta política económica significó que:

· Entre los años 1972 y 1983 el salario real bajara un 54,22%, -la participación de los salarios en el ingreso nacional pasara del 36% en 1971 al 23% en 1979.

· Las condiciones de vida de los sectores populares se deterioraron rápidamente: reducción del consumo, dos o tres trabajos, más miembros del núcleo familiar volcados al mercado laboral en edades más tempranas, incremento de la participación de la mujer en el mercado de trabajo, incremento de las actividades económicas informales, emigración...

Como ya fue indicado más arriba, el mismo día del golpe de Estado los trabajadores con la ocupación de sus lugares de trabajo dieron inicio a la huelga general, esta actividad se desarrolló en medio de medidas de fuerza, represión a toda movilización popular, desocupaciones de los lugares de trabajo... por parte de las Fuerzas Armadas y de la Policía, el 30 de junio el gobierno dictatorial ilegalizó a la CNT, detuvo a dirigentes y militantes sindicales, el 4 de julio por medio de un decreto, se autorizaba el despido sin indemnización de los trabajadores en huelga, el 9 de julio se realizó una manifestación popular de todos los sectores opuestos a la dictadura, la que fue duramente reprimida. Al cabo de dos semanas, la huelga, luego de intensas discusiones a nivel de la dirigencia de la CNT, fue levantada.

De allí en adelante, el gobierno dictatorial intentó a través de diversos procedimientos, la destrucción del movimiento sindical, reglamentación sindical a través de las “garantías de trabajo” (julio de 1973), decreto 622 que reglamentaba la constitución y funcionamiento de los sindicatos, regulaba las huelgas, los procedimientos judiciales y laborales (agosto de 1973), convocatoria a la creación de Comisiones Paritarias por Empresa (febrero de 1977). Estos procedimientos encontraron siempre la misma respuesta: la oposición tajante de los trabajadores, si fueron acaso consultados, o el desinterés puesto de manifiesto como forma de protesta.

En 1979 el régimen intenta nuevamente atraer a los trabajadores, el gobierno elabora un Proyecto de Reglamentación de los Sindicatos, e inicia a través de algunos militares una serie de entrevistas con dirigentes sindicales para recomponer las organizaciones de trabajadores. A través de dichos dirigentes la tradición “clasista, independiente y solidaria” del movimiento sindical uruguayo se hizo presente.

En estos años suceden hechos políticos de suma importancia: los militares comienzan en 1980, una ronda de conversaciones con personalidades de algunos partidos políticos habilitados; en noviembre de 1980 el gobierno dictatorial sufre una gran derrota en las urnas al pretender que su proyecto político tuviera carácter constitucional; en noviembre de 1982 se realizan las elecciones internas para elegir las autoridades de los partidos Colorado, Nacional y Unión Cívica, los candidatos que estaban relacionados con los postulados de la dictadura son ampliamente derrotados.

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