Corría el año 1825, tiempos de cruzada libertadora en la Provincia Oriental, cuando llegó al Puerto de Buenos Aires un joven inglés de 20 años de edad, que ya traía capitales propios, hecho totalmente inusual entre muchachos extranjeros inmigrantes de esa edad.
Llamábase este joven Samuel Fisher Lafone y descendía de franceses hugonotes emigrados a las Islas Británicas en tiempos de persecución religiosa, a fines del siglo XVI.
Había nacido en Liverpool en 1805 y tenía sólidas convicciones protestantes, su estadía en Buenos Aires no se prolongó muchos años. Pronto se hizo sospechoso al gobernador Juan Manuel de Rosas y en la década de los años 30 debió optar por la emigración a Montevideo acompañado de su familia.
Entre las muchas obras que este inmigrante inglés dej´en Montevideo, se halla la iniciativa de fundación en 1842 del pueblo de LA TEJA, oficialmente llamado PUEBLO VICTORIA, pero popularmente conocido por el material con que estaban cdontruidos los techos a dos aguas de sus casas al estilo británico.
Coopreó Lafone con la defensa de Montevideo durante la Guerra Grande, y por su nacionalidad y su posición de hombre de negocios, sirvió al gobierno como prestamista y como nexo con los altos jefes de la escuadra inglesa que intervino en la conflagración armada.
Por los años 1840 prestigió la iniciativa de edificar el Templo Inglés en Montevideo, que fué inaugurado en el Cubo del Sur, de espaldas al mar, frente al lugar donde se halla actualmente su réplica, levantada en su emplazamiento de hoy con motivo de la construcción de la rambla sur en los años 20 del presente siglo. La iglesia anglicana de Montevideo, cuya piedra fundamental fue colocada en 1º de enero de 1844, fué el primer templo protestante construído en la America Española.
Las actividades empresariales de Samuel Fisher Lafone abarcaron los rubros más diversos. En 1836 formó una empresa para el fomento de la inmigración de vascos franceses al país. En 1845 arrendó una de las islas Malvinas (que habían sido ocupadas por los ingleses en 1832), la pobló con ganados uruguayos y estableció una carrera de barcos entre el lejano archipiélago y Montevideo.
A Lafone se debió la creación de la sociedad de Cambios que , en 1857, se transformó en el Banco Comercial, hoy el banco más antiguo de este país. Compró vastas extensiones de campo, ensayó la explotación minera en la región de Cuñapirú y adquirió, en sociedad con su hermano Alejandro Ros Lafone, la Península de Punta del Este, en el Departamento de Maldonado, donde establecieron la primera explotación de lobos marinos que existió en el país.
En la zona de Pueblo Victoria, su acción progresista es especialmente recordable. En las tierras del antiguo pago de Jesús María, entre los arroyos Pantanoso y Miguelete, en terrenos que primero arrendó en 1833 a la sociedad formanda por Francisco Juanicó y Andrés Cavaillon y luego adquirió en propiedad en 1841, Samuel Lafone instaló un establecimiento saladeril modelo. Este establecimiento adquirió gran desarrollo después de la Guerra Grande.
El saladero de Lafone tenía numerosos galpones, construcciones y viviendas para sus obreros, cuyos techos, imitando las construcciones de las Islas Británicas, eran a dos aguas y de tejas, razón por la cuál el pueblo que allí se fundó en 1842, oficialmente llamado PUEBLO VICTORIA en homenaje a la Reina de Gran Bretaña, tomó la denominación popular de La Teja, que todavía se conserva.
O sea que el Pueblo Victoria, que es lo mismo que La Teja, 122 manzanas delineadas en 1842 por los agrimensores de la Comisión Topográfica, Gutierrez y Eguía, fué levantado en terrenos pertenecientes a Lafone, en el pago de Jesús María.
El varadero de la Teja y los terrenos que ocupaba el saladero fueron adquiridos en 1914 por el Estado, ya ruinosos. Allí, y en terrenos ganados al mar por la obra del puerto de Montevideo, se instalaría la planta de ANCAP de La Teja.
Samuel Fisher Lafone falleció en Buenos Aires en 1871 y sus restos fueron traídos a Montevideo, recordándosele hoy como uno de los capitalistas más progresistas del siglo XIX. El señor Lafone había contraído matrimonio en Buenos Aires con doña María de Quevedo y Alsina (socia fundadora en 1843 de la "Sociedad Filantópica del Damas Orientales" que presidía la esposa de don Fructuoso Rivera) con quien tuvo varios hijos, entre otros el historiador y antgropólogo Samuel Lafones Quevedo, y los empresarios Hope y Guillermo Lafones Quevedo, que continuaron con los negocios de su padre.
Doña María de Quevedo, la esposa de Lafone, era hermana del hombre de negocios Juan de Quevedo, hacendado, accionista del Banco Comercial y miembro del directorio de la empresa del Gas, abuelo materno del doctor Luis Alberto de Herrera, hasta quien llegó la influencia protestante del tío abuelo político. Según testimonios familiares, el doctor Herrera asistía en su niñez a la escuela dominical y su matrimonio religioso, en 1908 con la señora Margarita Uriarte, viuda de Heber Jackson, fué celebrado con dispensa del impedimento canónico de disparidad de cultos, ya que el era anglicano y ella católica.
Del fanatismo protestante de Samuel Fisher Lafone existen sobrados testimonios, el más gráfico de los cuales se recuerda al acaudalado inglés arrojando biblias al paso de una procesión de Corpus Christi.
Cosas de hace un siglo y medio, que serían irrepetibles hoy...
De LOS BARRIOS DE MONTEVIDEO de Ricardo Goldaracena
14/11/07
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