6/8/07

Espías de ANTEL en la dictadura

Espías de la dictadura gerencian en gobierno progresista

Como la ministra de Defensa no responde a las interrogantes planteadas por La Juventud, y tampoco los emplazamientos que hace (por lo menos) un Director de Antel nos vemos obligados a publicar nombres, apellidos y responsabilidades; y señalar que a partir de ahora demostraremos cómo la ministra de Defensa, Dra. Azucena Berrutti sigue amparando a los Terroristas de Estado y a los colaboracionistas de la dictadura. Otra señal de que el continuismo es total.

El Directorio de Antel reabrió una investigación para definir qué sucedió con los sumarios administrativos iniciados a varios funcionarios que, según comprobó, tuvieron responsabilidad en escuchas ilegales durante la dictadura, y un poco más.

El vicepresidente de Antel, Edgardo Carvalho, dijo que el expediente sobre espionaje telefónico realizados durante 1973-1985 y un poco más, desparecieron “misteriosamente” luego de ser enviados al ministerio de Defensa.

Como consecuencia de eso pidió a la ministra Azucena Berrutti, que “agoten los esfuerzos” para recuperar eso documentos. Sin embargo la ministra no se ha dado por enterada. Otra fuente de Antel, señaló que “todavía hay tres funcionarios que siguen trabajando en Antel” tienen “cargos jerárquicos” están muy “estrechamente vinculados con la sociedad” y la ministra los ampara, así como ampara a los responsables de “haber perdido” el expediente mencionado.

Washington Rodolfo Masanti (el conejo) hoy es gerente de Prensa y Relaciones Públicas de Antel, y en el pasado fue “un espía de la sociedad” (…) “colaboró y se llenó de plata trabajando para los militares pinchando teléfonos” y tendiendo “redes enteras” para los terroristas de Estado. Hoy intenta irse de Antel con un retiro incentivado de 60 sueldos. Su salario es de 50 mil pesos mensuales.

Jorge Luis Rivoir Amabile (el huevo) es un perito en Ingeniería (Jefe de la División AntelData). En el pasado también se desempeñó como colaborador de la dictadura pinchando teléfonos de sindicatos, gremiales rurales, políticos, y sociedad en general. Rivoir fue uno de los cuatro funcionarios que pinchó el teléfono de Rodney Arismendi en Malvín, desempeñándose entonces, para la División “Control de Fallas” y “Asignaciones Técnicas”.

Bolivar Edgardo Genta Casteres (el capitán) es Gerente de la División de Teléfonos Públicos, en el pasado estuvo como responsable de dar las órdenes que recibía de los militares para espiar a todo el mundo. Fue el ideólogo en 1979 de la “creación del Equipo Técnico” de Antel. Todos estos detalles están en la página 1.084 del expediente perdido en el Ministerio de Defensa.

En la página 1.083 el jefe de mesa zonal, Esteban Marfetán, señala que entre los abonados “pinchados” estaba el Dr. Justino Carrere Sapriza, quien estuvo pinchado desde 1973 hasta 1984, y el Dr. Hugo Batalla.

Dice además, que las órdenes de pinchar teléfonos las recibía del Jefe Regional. Pero las órdenes partían directamente del Ingeniero Bolívar Genta.




Cómo se pinchaba un teléfono
La Unidad Control de Fallas fue creada en 1980, en esta División o Unidad se centralizaron todas las intervenciones. Una vez que los servicios de inteligencia de Defensa Nacional e Interior daban la orden al encargado de los pinchazos; éste le transmitía la orden a sus colaboradores; estos consultaban a otro para saber cuál era la ruta a seguir en la comunicación, señalando éste, el Nº de troncal que estaba libre.

Con estos datos anotados los funcionarios se trasladaban al distribuidor principal de cada central y realizaban lo que en términos técnicos se llamaba “el tendido de la cruzada”.

La operación consistía básicamente en incluir otro cable a la regleta horizontal (que es donde llega el Nº del abonado) y unirlo a la regleta vertical que comunica con los troncales. Se trataba de una operación sencilla que no requería de mayores dotes técnicas. Hoy, con la digitalización de las comunicaciones, la operación, no sólo resulta más sencilla aún, sino que todos los abonados hemos perdido muchísima privacidad. Vale la pena decirlo también. Con un simple comando (facilidad-desvío) desde la central está hecho el pinchazo.




Funcionario de Antel e integrante de la Ocoa
La Ocoa, como seguramente muchos ya saben, era el Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas.

El Teniente Coronel Melchor Maurente fue expulsado de Antel como conclusión de un extenso sumario administrativo que fue enviado a la justicia. Las acusaciones iniciales, para quien se desempeñaba como Jefe de Seguridad del ente fueron “irregularidades” y “adulteraciones” de orden administrativo “y por destratos, amenazas y provocaciones al personal”. Fue un participante directo en la desaparición de la maestra Elena Quinteros, secuestrada de los jardines de la embajada de Venezuela. (El Popular).

Vale la pena recordar que en la página 1.109 el funcionario Rubén Álvarez reconoció que: “estando como encargado en la Mesa del Cordón” recibió “la orden de pinchar el teléfono de la embajada de Venezuela en el caso” del secuestro “de la maestra Elena Quinteros”. Posteriormente, el mismo funcionario señala que “las órdenes las impartió el ingeniero Ayala, y fueron conectadas a las líneas de vigilancia comunes”.

Los cargos contra el Teniente Coronel Melchor Maurente (de la Ocoa), cuyos antecedentes pasaron a la justicia penal comprendieron también situaciones de abuso de funciones al disponer actos arbitrarios en beneficio de particulares y con evidente perjuicio económico para el organismo.

Hoy los Terroristas más duros de la Ocoa están desfilando por la justicia: José nino Gavazzo, Ricardo conejo Medina, Jorge pajarito Silveyra, José Ricardo tuco Arab, Ernesto Avelino el gallego Rama, y Gilberto el judío Vázquez. Maurente era compañero de ellos y trabajaba en Antel.




Azucena: el expediente. ¿Dónde está? ¿qué pasó?
Una vez terminada la investigación de Antel, el expediente fue elevado al ministerio de Defensa (en aquel momento Antel dependía de Defensa) hoy depende del Ministerio de Industria. Corría 1987.

El ministro era el célebre Juan Vicente Chiarino, recordado por el famoso “no tengo conocimiento” cuando debía contestar sobre los servicios de inteligencia de las FFAA.

Incluso llegó a reconocer que aún en tiempos de democracia (recordamos que el Gobierno ingresó el 1º de marzo de 1985, pero las autoridades en Antel cambiaron meses después) Chiarino no tenía control sobre los servicios de inteligencia. Hoy Azucena Berrutti ¿los tendrá?.


Aún tenemos una democracia tutelada
Pero Chiarino se fue y llegó Hugo Medina y, con él, la desaparición misteriosa del citado expediente. Hoy Azucena Berrutti debe hacer aparecer el expediente o, de lo contrario trabajar para rearmarlo, “porque todavía se puede hacer” dijo una fuente de Antel. Por otra parte el director del ente, Edgardo Carvalho, piensa que la “misteriosa desaparición” (…) “no fue casual”.

El expediente fue conocido con el Nº 101/139/85 de investigación administrativa 1-13/85 y fue entregado al entonces subsecretario de Defensa, José Robaina Ansó, el 06/10/87. El vicepresidente de Antel era Miguel Vieytes (Foro) y envió una nota al general Medina que nunca tuvo contestación.

Más de 20 años después de la intervención del general Medina la sociedad uruguaya retoma el interés por conocer todos estos detalles sobre el espionaje telefónico de toda la sociedad, en dictadura, y en democracia.

Las indagaciones de Antel fueron bloqueadas y también interrumpidas por un militar dictador que sotentaba un puesto como ministro de Defensa democrático y un fuerte respaldo del Ejército.

Resulta por demás increíble que el ministerio de Defensa se haya convertido en un escollo terrible para la sociedad uruguaya: nadie logra hacer nada contra los militares que persiguieron, secuestraron, torturaron, violaron y mataron con total impunidad.

Ahora sabemos que también tejieron una basta red de espionaje, que utilizaron civiles que se prestaron para ello; pero, ni siquiera dejan investigar lo que sucedió, hacen desaparecer no solo personas sino expedientes y los funcionarios que antes hacían jarabe de pico en la tribuna, callan en la comisaría. Por favor, el expediente, ministra.

José Luis Vázquez
Insurgente
04/06/2006








Pincharon embajada para secuestrar a Elena Quinteros

El 20 de agosto de 1985 las autoridades de Antel abrieron una investigación a través de una Comisión Especial para conocer el espionaje telefónico realizado por la dictadura con la complicidad y el colaboracionismo de muchos civiles funcionarios de Antel. Ese expediente se llamó N I-13, más conocido por “el expediente de los pinchazos”. Aún hoy existen funcionarios “jerárquicos” de Antel que ayudaron y se “hicieron ricos” colaborando con los militares “espiando” a toda la sociedad: tres de los más de treinta funcionarios aún trabajan en Antel, son “personal de jerarquía” y están “estrechamente vinculados con la sociedad” a la que en su momento espiaron. En Antel durante los 70 y principios de los 80 los llamaban “los intocables” ahora simplemente son “el conejo” “el huevo” y “el capitán”. El Conejo se quiere ir con un retiro incentivado de 25 sueldos; gana 50 mil pesos mensuales. Para secuestrar a Elena Quinteros, también intervinieron los teléfonos de la embajada de Venezuela.

Hoy aún no rebelaremos sus nombres, apellidos y tampoco sus responsabilidades. Pero en próximos artículos sí lo haremos para demostrar que el Directorio de Antel, el ministerio de Defensa y el Poder Ejecutivo todo, siguen amparando a los integrantes de una red de espionaje “colaborador” de la dictadura que no escatimó esfuerzos en pinchar los teléfonos de Instituciones como la Presidencia de la República, el Parlamento, sindicatos, gremiales rurales, ministros, disputados, senadores, dirigentes sindicales, casas particulares. Espiaron a Rodney Arismendi, Hugo Batalla, Juan Vicente Chiarino, Germán Araújo, Pacheco Areco y muchos más.

Sucedieron dos cosas anecdóticas: Pacheco Areco fue el único que se dio cuenta que tenía el teléfono pinchado y reclamó. El otro hecho fue que Carrere Sapriza tuvo el teléfono pinchado desde 1973 hasta 1984.

Hoy un director de Antel reclama que aparezca el expediente de la investigación realizada y que fue enviado, en su momento, al ministerio de Defensa. Sin embargo la ministra Azucena Berrutti parece tener muchas tareas como para dedicarse a investigar qué pasó con ese expediente que involucra a muchas personas que aún hoy están en actividad. Ya sea en los servicios de inteligencia del ministerio del Interior, Defensa, Jefatura y en Antel. Una fuente de Antel señaló que Berrutti “quizás diga que el expediente desapareció” pero “si tiene la voluntad de investigar, e incluso rearmarlo es posible hacerlo” afirmó.



Ayer pincharon la embajada de Venezuela; hoy intentan pinchar reivindicaciones de trabajadores de los Centros de Operaciones
Mientras esto sucede, es decir, Antel ampara a funcionarios colaboradores de la dictadura, los funcionarios del ente siguen esperando que les reconozcan que hubo una reestructura, y para ello deben acudir a los estrados judiciales, y los Centros de Operaciones deben hacer dos horas de paro todos los días para que les reconozcan las carrera funcional, y los equiparen. Es más, en el día de hoy los Centros de Operaciones de todo el país comienzan con 4 horas de paro y sitiarán la Ciudad Vieja con cortes de calles. El viernes desembarcan en el Parlamento y seguirán agudizando las medidas de lucha.



El caso de la maestra Elena Quinteros
El Expediente tenía (o tiene) 1500 folios. En la página 1109 un funcionario de Antel de nombre Ruben Alvarez, reconoce que “estando como encargado en la Mesa del Cordón”, recuerda haber recibido “la orden de intervenir el teléfono de la embajada de Venezuela en el caso” (del secuestro) “de la maestra Elena Quinteros”.

Posteriormente el mismo funcionario señala que “las órdenes las impartió el ingeniero Ayala, y fueron conectadas a las líneas de vigilancia comunes”.

Posteriormente una nota realizada por el diario La Hora, asegura que la investigación no le preguntó al ingeniero Ayala quién le ordenó intervenir el teléfono de la Embajada de Venezuela., luego que la maestra fuera sacada por la fuerza el 28 de junio de 1976.

De todas maneras esto constituye un dato novedoso, ya que el gobierno sostuvo que el episodio fue protagonizado por “elementos particulares y no por las fuerzas de seguridad del Estado”.

Según la investigación pedida por el entonces director frenteamplísta de Antel, Ulises Anaya, hoy fallecido, señala que los centros de escuchas telefónicas fijos que había eran seis: El Servicio de Información de la Defensa (SID), la jefatura de Policía de Montevideo, La casa de Juan Paullier, el Comando General del Ejército, La Región Militar Nº1, y el Despacho del Gerente General de Antel, Rafael Bordabehere en el piso 10 del Palacio de la Luz, donde funcionaba el sector teléfonos de la Ute. Posteriormente a febrero de 1985 las líneas fueron desconectadas, pero no fueron desmontadas, como fue por ejemplo los casos del Sid y la Jefatura de Policía.

José Luis Vázquez
Insurgente
30/05/2006

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