25/9/08

Los Militares Argentinos y Estados Unidos frente al Golpe

La fórmula de la colaboración entre los militares argentinos que protagonizaron el golpe de 1976 y la diplomacia norteamericana conducida por Henry Kissinger parece haber sido la siguiente: "nosotros (la Junta militar) simulamos moderación mientras secretamente aplicamos el terrorismo de Estado, ustedes (el gobierno norteamericano) otorgan un genérico apoyo sin verse obligados a emitir opinión respecto de lo que pueden decir no tener conocimiento".

Los primeros dos documentos aquí presentados, ya hechos públicos con anterioridad, adquieren nueva luz a partir de la desclasificación de conversaciones en el gabinete de Kissinger respecto de qué actitud adoptar hacia el golpe y la dictadura militar en Argentina. Concretamente, ilustran el grado de conocimiento existente respecto del tipo de represión que se pone en marcha y la mutua conveniencia de una estrategia clandestina que busca minimizar el impacto público de las críticas.


Febrero 16, 1976 - Los Militares Se Dan por Enterados del Tema de Derechos Humanos
Fuente: Proyecto de Desclasificación del Departamento de Estado sobre Argentina de 2002. Originalmente desclasificado por petición FOIA del Suplemento Zona del Diario Clarín en 1998.
Publicado previamente en 2001 en la gacetilla electrónica "El Estado terrorista desenmascarado"; una colaboración entre el National Security Archive y el Centro de Estudios Legales y Sociales CELS


Para principios de 1976, los aparatos de inteligencia y la diplomacia de Estados Unidos conocen de la decisión militar de dar un golpe. En este cable secreto proveyendo inteligencia política (estampado con la etiqueta PINT), el Embajador de Estados Unidos en Argentina, Robert Hill, informa directamente al Secretario de Estado y a su asistente para América Latina William Rogers, que funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores (del gobierno de Isabel Perón) y periodistas vinculados con el Jefe del Estado Mayor del Ejercito Roberto Eduardo Viola, reportan la preparación por parte de los jefes militares de un plan de relaciones publicas en torno al golpe y el inicio del régimen militar, que tendrá por objetivo evitar sanciones del Congreso de Estados Unidos por la violación de los derechos humanos. A través de sus voceros, los militares argentinos indican a la Embajada que inevitablemente habrá violaciones de derechos substanciales, pero remarcan la necesidad de una comprensión mutua entre Estados Unidos y el futuro gobierno y destacan su interés porque éste no sea objeto de las mismas críticas que Chile y Uruguay.

"Diego Medus (proteger), Jefe de la Oficina para Norteamérica en el Ministerio de Relaciones Exteriores, me confió en un almuerzo el 13 de febrero que El Grupo Militar de Planificación le ha pedido preparar un estudio y hará recomendaciones de cómo el futuro gobierno militar puede evitar o minimizar el tipo de problemas que han tenido los gobiernos chileno y uruguayo con los EEUU sobre el tema de los derechos humanos. Medus dijo que les ha dicho que ellos tendrán problemas si comienzan a ejecutar gente. Los oficiales respondieron que ellos tienen la intención de llevar a cabo una guerra total contra los terroristas y que por lo tanto algunas ejecuciones probablemente serán necesarias. Quisieran minimizar cualquier problema resultante con los EEUU, sin embargo, y por lo tanto le pedían a Medus preparar el estudio".

"2. Además, Heriberto Kahn de La Opinión dijo a nuestra sección política el 13 de febrero que en una reciente conversación con el General Viola, él [Kahn] trajo a colación el tema de los derechos humanos y le señaló que cualquier gobierno militar futuro debe evitar pasos que puedan llevar a problemas con el Congreso de EEUU tales como los que esta teniendo el gobierno de Pinochet... [Viola] remarcó, sin embargo que mientras él, [el comandante del ejército Jorge Rafael] Videla y varios otros altos oficiales entienden el problema completamente, hay muchos oficiales debajo de ellos que no y que desean tomar medidas contundentes aún cuando tales medidas ofenden al Congreso de EEUU. Él enfatizó que se necesitará paciencia y comprensión de ambas partes".

"3. Comentario: Es alentador notar que los militares argentinos están conscientes del problema y ya están concentrándose en vías para evitar que los derechos humanos se conviertan en un factor irritante en las relaciones EEUU-Argentina. Hill"




Marzo 16, 1976 - 1976 Conversación del Embajador con el Almirante Massera
Fuente: Proyecto de Desclasificación del Departamento de Estado sobre Argentina de 2002. Originalmente desclasificado por petición FOIA del Suplemento Zona del Diario Clarín en 1998.

Continuando su seguimiento del movimiento golpista, el Embajador Hill informa al Secretario Asistente William Rogers sobre una conversación con el Jefe de la Armada Argentina, Emilio Eduardo Massera, en la que éste asegura que los militares actuarán en el más "democrático y moderado modo posible". El gobierno militar, dice Massera,

"no seguirá la línea de Pinochet en Chile… tratará de proceder dentro del marco de la ley y con respeto total por los derechos humanos… no tiene intención de extender actividades de vigilancia, tomar represalias extra legales o de llevar a cabo acciones en contra de civiles no implicados".

Cuando Massera pide al Embajador que le recomiende una empresa de relaciones publicas para manejar la imagen del gobierno militar, Hill responde "que el gobierno de Estados Unidos no puede implicarse de manera alguna en los asuntos internos de Argentina."

Más adelante el embajador Hill informa al Departamento de Estado que mantendrá su programado viaje y estará fuera del país en el momento en que se produzca el golpe, para no resultar implicado:

"Tengo planes y reservaciones para salir de Argentina la noche de Marzo 17, si cancelara estos planes hoy y el golpe se llevara a cabo, digamos el 18 de marzo, ello podría ser interpretado por muchos como prueba de que teníamos conocimiento previo de la acción militar, es más, se podría decir que cancelé mis planes y me quedé aquí para ayudar a dirigir el golpe… Es en el mejor interés del gobierno de los Estados Unidos que proceda con mis planes tal como si no nos hubiésemos enterado… el hecho de que yo esté fuera del país cuando el golpe ocurra será, creo, un hecho a nuestro favor que indicará no intervención de la Embajada y el gobierno de Estados Unidos".



Marzo 26, 1976 - [Reunión de personal de alto nivel con el Secretario de Estado Henry Kissinger, pagínas 1, 19-23]
[
Documento completo]
Fuente: Obtenido por a través de FOIA por el analista del National Security Archive William Burr e identificado por el analista en jefe del Archive Peter Kornbluh en enero 2006.

Dos días luego del golpe, durante una reunión con el personal clave del Departamento de Estado, el Secretario Asistente para Asuntos Hemisféricos William Rogers informa al Secretario de Estado Henry Kissinger que los generales argentinos harán "un esfuerzo considerable para implicar a los Estados Unidos --- particularmente en el plano financiero" respecto de los planes del nuevo gobierno militar. Kissinger responde:"Si, pero eso está dentro de nuestros intereses."

Rogers apunta que "Si tienen [la Junta] una oportunidad de triunfar y no nos piden poner mucho sobre la mesa, lo que trataremos de hacer, cuando y si es que ellos nos presentan un plan tal, es lo que hemos estado listos para hacer hace seis meses. Habíamos elaborado como intermediarios un programa razonable de asistencia internacional, usando los bancos privados y las instituciones monetarias."

Sin embargo, Rogers explica que los EEUU se encuentran en una posición delicada y sopesa las maneras en que se puede transmitir apoyo de los Estados Unidos y al mismo tiempo cuidar la imagen, puesto que aunque la opinión publica argentina e internacional consideran el golpe militar muy moderado,

"es de esperar una cantidad substancial de represión, probablemente mucha cantidad de sangre en Argentina muy pronto. Creo que van a tener que entrarle fuerte no sólo contra los terroristas sino contra los disidentes de los sindicatos y sus partidos… Pienso pues que el asunto es que no debemos en este momento apurarnos a dar una acogida a este régimen - que de aquí a seis meses será considerablemente menos popular con la prensa."

El Secretario de Estado responde: "Qué significa esto en concreto? Si van a tener alguna oportunidad (la Junta militar), van a necesitar ser alentados de nuestra parte… porque yo quiero alentarles. No quiero hacerles sentir que están siendo hostigados por los Estados Unidos."

Kissinger y Rogers acuerdan reconocer formalmente a la Junta así como lo han hecho otros países latinoamericanos, pedir al embajador en Argentina Robert Hill que mantenga una postura publica parca y elaborar instrucciones para transmitir un mensaje receptivo, discreto pero substancial de apoyo de los Estados Unidos - particularmente financiero - cuando los generales estén listos a acercarse a la Embajada de Estados Unidos."

[Nota: El 27 de Marzo de 1976, el FMI aprobó un crédito por $127 millones de dólares a la Junta Militar]

Marzo 30, 1976 - La Línea Moderada de Videla Prevalece
Fuente: Proyecto de Desclasificación del Departamento de Estado sobre Argentina de 2002. Originalmente desclasificado por petición FOIA del Suplemento Zona del Diario Clarín en 1998.
Publicado previamente en 2001 en la gacetilla electrónica "El Estado terrorista desenmascarado"; una colaboración entre el National Security Archive y el Centro de Estudios Legales y Sociales CELS


Casi una semana después de la asonada militar, en un tono extremadamente optimista, el Embajador envía un balance global de siete páginas sobre la nueva Junta Militar que revela contradicciones entre valoraciones reales y sus ilusiones respecto del régimen:

"Videla está al menos por el momento en una posición suficientemente poderosa para controlar a los duros e imponer una orientación moderada (...) El golpe puede ser ahora definitivamente considerado como moderado (...) no han atacado al peronismo ni a ningún otro partido. Han arrestado a algunos altos funcionarios como Raúl Lastiri, Julio González y Carlos Menem a los que se cree culpables de malversación y abuso de poder (...) pero es claro que no han hecho arrestos masivos. Nadie ha sido puesto contra un paredón (....) La mayoría de los diputados, gobernadores y funcionarios depuestos han sido simplemente enviados a sus casas (...) La actividad política ha sido suspendida temporalmente y los partidos tienen que quitar sus carteles en los locales. Sus organizaciones están intactas y varias de las fuentes de la embajada en los partidos han expresado su esperanza de que se permita volver a cierta actividad política en no más de seis meses (...) Antes del golpe se temía que los militares duros se excedieran en sus órdenes y arbitrariamente asesinaran o arrestaran a sindicalistas, peronistas o izquierdistas que les disgustaran, pero no ha sucedido (...) Muchos líderes sindicales han hecho las paces con los militares y desean colaborar"


El Embajador concluye que "este es probablemente el mejor ejecutado y el más civilizado de los golpes en la historia de Argentina. Ha sido único en otros aspectos también. Los Estados Unidos no han sido acusados de estar detrás de el, excepto por Nuestra Palabra, el órgano del PCA (...) Los Estados Unidos por supuesto no deben ser identificados muy estrechamente con la Junta, pero en tanto que el nuevo gobierno pueda mantener la línea moderada el gobierno de Estados Unidos debe alentarlo examinando con ojos positivos cualquier petición de asistencia."

[Nota: A principios de Abril de 1976, el Congreso de Estados Unidos aprobó la petición de la Administración Ford, redactada y justificada por el Secretario de Estado Henry Kissinger, de entregar 50 millones de dólares en asistencia militar a los generales argentinos.]


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