9/6/08

Entrevista al Ex agente Calace

Ex agente Calace: "fe" en el balotaje frenó acciones de "desestabilización
Le aconsejaría al próximo ministro que tenga los ojos bien abiertos y se cuide las espaldas" El autor de "15 años en el Infierno" regresó a Uruguay y colabora con grupos allegados al futuro Ministerio del Interior. Afirma que encontró una Policía "desanimada", con bajos salarios y falta de instrucción. Recomienda disciplina y profesionalidad, a la vez de una investigación interna que permita depurar a una fuerza donde hay "campos de corrupción".

El ex agente de inteligencia policial, José Calace, afirma que antes de las elecciones del 31 de octubre grupos desestabilizadores tenían planificadas acciones que fueron detenidas porque se confiaba en que habría una segunda vuelta donde definir el próximo gobierno.
"Yo le aconsejaría al próximo ministro que tenga los ojos bien abiertos y se cuide las espaldas porque lo primero que van a hacer es un proceso de 'machuque' a través de ese tipo de pequeñas escaramuzas", dice Calace al advertir sobre la existencia de gente "dolorida por haber perdido el poder".

En una entrevista exclusiva con LA REPUBLICA --en la que pidió que no se le tomaran fotografías-- el autor de "15 años en el infierno" recuerda las razones por las que fue dado de baja en los años ochenta y reconoce que ha tenido un cambio personal en su relación con "la izquierda".

Amenazado y acusado de traidor --"traidor es el que se viste de uniforme y comete delitos", replica-- hace 17 años está radicado en Suecia donde trabaja en la recuperación de jóvenes con problemas de drogas, y este año adelantó sus vacaciones anuales para "colaborar" con amigos del próximo gobierno.

Calace analiza la realidad de una fuerza policial que conoció por dentro, y en la que aún tiene amigos, y habla sobre los salarios y la profesionalidad de los agentes, del problema social y la marginalidad, de las drogas y la corrupción, de las cárceles, inteligencia policial, y cómo depurar al Ministerio del Interior.

Un agente dentro del infierno
--¿Quién es José Calace?
-- José Calace es un ex agente de inteligencia policial que ingresó a esa fuerza en marzo de 1973 y estuvo trabajando hasta 1987, cuando tuvo un problema relacionado a unos mafiosos italianos que lavaban dinero en Uruguay...

--¿...?

-- Durante el proceso de investigación interrogué a un individuo que estaba involucrado, el cual me denunció un caso de corrupción, porque coimeaba a un jerarca de entonces. Lo grabé, aunque entonces las grabaciones no servían como prueba, me quisieron sacar la grabación, dije que sólo la daba a un juez y me sancionaron por grabarle a un individuo sin autorización. Rompí la sanción ante jerarcas, no la cumplí. Me fui a mi casa a esperar órdenes y luego de cierto tiempo llamé a la prensa, que publicó todo, incluso las actas administrativas.

-- Algo de eso publicó en su libro, "15 años en el Infierno"... ¿Cómo sintetizaría ese libro a alguien que no lo leyó?

-- Es parte de la historia uruguaya. Una parte de la realidad, la que corresponde a la Policía y a la Dirección Nacional de Información e Inteligencia. Ahí transcurre todo el libro. Con hechos y operativos que se realizaron en la época.

-- Lo escribió después de irse...

-- No, no. Lo hice estando en el país. Estaba sumariado inclusive y me dieron de baja por rebelarme.

-- Me refería a después de irse de la Policía.

-- Sí, pero estando acá. Incluso después que se publicó me quedé siete u ocho meses antes de irme del país.

-- El libro fue publicado por la Editorial TAE (Tupac Amarú Ediciones), que era la editorial de los Tupamaros. ¿Cómo llegó a publicar allí una persona que durante la dictadura trabajó en Inteligencia y con la represión?

-- Yo no hice un libro con los Tupamaros, hice un contrato con la editorial TAE que me ofreció la oportunidad de hacer el libro y me pagó mis honorarios por los derechos de autor.

Los traidores y la izquierda
-- ¿Lo han acusado de traidor?
-- Me han acusado muchas veces de traidor. Pero traidor es el que se esconde. Yo permanecí en el país y por otras circunstancias abandoné el país. Traidor a la patria es el que se viste de uniforme y comete delitos, como corrupción, como venderse al amigo, al enemigo o a los servicios extranjeros, realizando tareas de espionaje en nuestro país para otro Estado. Ese es el verdadero traidor...

-- ¿En qué año se fue?

-- Me fui en diciembre de 1988, cuando me salió la baja.

-- ¿Fue amenazado?

-- Directamente no, porque no les da la nafta a ninguno de ellos, que saben quién era yo dentro de Inteligencia. Nunca les dio el coraje para amenazarme directamente, pero sí me mandaron mensajes... Es que acá, si alguien quiere hacerle daño a una persona o provocar un problema en el país, no va a hacerlo un policía, se usa a los delincuentes comunes.

-- ¿Cuál era aquel mensaje?

-- Que le podía ocurrir algo, una violación o algo más terrible, a una de mis hijas. Y por mi familia doy todo.

-- ¿Dónde esta actualmente radicado?

-- En Suecia.

-- ¿A qué se dedica?

-- Trabajo en la recuperación de jóvenes con problemas de drogas.

-- ¿A nivel de gobierno o con una ONG?

-- En Suecia ese tipo de tareas las hace todas el gobierno, a través de institutos.

-- Esa experiencia que tuvo. De estar en la represión, le dan la baja por denunciar la corrupción, hace un libro en la editorial de los Tupamaros, lo acusan de traidor, lo amenazan... ¿le provocó un cambio en su modo de ver y de pensar? ¿pasó a tener otra relación con aquellos que fueron sus enemigos?

-- En la vida, de la misma manera que cambian todas las cosas, también pueden cambiar las personas cuando no están podridas. Yo tuve la suerte de casarme hace treinta años con una mujer con la que en aquel momento tenía grandes discusiones ideológicas, porque ella es de izquierda. Tanto es así que a mi casa nunca fue un compañero de trabajo... Fue un proceso lento, que yo cuento en mi libro. Pero debo ser sincero, recién después de pasar 17 años de exilio, me dio para conocer personas muy bellas del lado de la izquierda... Tengo un profundo concepto de la amistad. Sigo teniendo amigos policías que sé honestos. Hoy vivo en un país socialista, donde hay un gobierno de izquierda por más socialdemócrata que se lo vea. Son socialistas. Y no está aquél cuco que a uno le presentaron cuando era joven. Quienes me conocieron saben que yo en aquellos años me hubiera hecho matar, porque nunca eché para atrás... Fue una lucha interna. No fue fácil, porque cuando a uno le siembran una semilla desde joven es difícil cambiar. He podido conocer gente de izquierda, su honestidad, su humildad y su solidaridad... como también hay de los otros que se pintan socialistas, pero las gallinas no las reparten porque son de ellos...

-- ¿Hace mucho que no volvía al país?

-- He venido desde 1999 con mi familia. La última vez en 2003. Vivo allá pero mi mente está acá.

La Policía está desanimada
-- Tengo entendido que esas relaciones que ha hecho con la izquierda, le dan una caracteristica especial a su regreso este año. ¿Por su conocimientos policiales usted está asesorando de algún modo a sectores que estarán en el Ministerio del Interior del próximo gobierno?
-- No. Con las tareas que tengo en Suecia yo no me podría quedar. Lo que sí es verdad, es que tengo amigos que me han pedido colaboración, algunas ideas, sobre lo que yo conozco bastante de ahí dentro. Pero son conversaciones previas a la asunción del gobierno. Yo tengo estructurada mi familia y no tengo un mal sueldo. En Uruguay la prioridad debe ser para quienes están, para que se puedan desarrollar y el país se saque la mendicidad y todo el problema social que han creado estos gobiernos. La prioridad debe ser la seguridad pública, que un individuo salga a la calle y se sienta seguro, y también darle oportunidad a los marginados, a esa gente que no tiene ni qué comer. Me pregunto cómo en un país tan chiquito no se puede controlar el consumo de pasta base. Hay mucho para hablar de corrupción. Todo el mundo en los barrios sabe dónde están los centros de venta y nadie hace nada...

-- Usted volvió al país hace un mes y ha mantenido contactos ¿cuál es el panorama que encontró en la Policía?

-- Me encontré con una Policía --al menos entre quienes tengo contacto-- totalmente desanimada. Desde el problema de los salarios, siguiendo por el de la profesionalización de la Policía que está en un nivel muy bajo. Yo vivo en un país donde la Policía es respetada y tratada como se merece en su condición de brazo guardián de la sociedad. En Uruguay la gente no respeta a la Policía, porque muchas veces la propia Policía no se respeta. Se ha creado durante años una aureola por la que la Policía es el enemigo de los ciudadanos. Hay un problema de instrucción...

-- ¿Se les considera represores en lugar de guardia civiles?

-- Exacto. Para formar una Policía profesional primero se tiene que hacer un buen y estricto control de las personas que ingresan. Acá sólo se hace un examen psicológico y, vamos a no engañarnos, entra el recomendado de fulano y el propuesto por mengano. Y los sueldos tampoco permiten nivel, porque se ve la falta de capacidad y de instrucción. Una persona con sexto año de escuela puede ingresar a la Policía como agente.

-- ¿Están distanciados los agentes y la oficialidad?

-- Por supuesto. La oficialidad tiene una formación casi universitaria. La oficialidad es otra cosa, se ha elevado en este país. El problema está en el personal subalterno. El contacto directo con la sociedad es el del policía que está en la esquina haciendo guardia o el que está en el móvil patrullando. ¿Qué se puede esperar de un policía que además de las ocho horas de trabajo diario tiene que hacer otras ocho horas como 222 para mantener su familia? En este momento es más importante para el policía su trabajo privado que su tarea en la sociedad. Ese es el gran problema de la seguridad en Uruguay.

Prevenir antes que reprimir
-- ¿Qué tendría que hacer el futuro gobierno para solucionar el problema de la Policía?
-- Primero, es necesaria una mejor formación y disciplina dentro de la Policía, a la vez que una mejora de sus salarios que les permitan reducir su dependencia del trabajo privado como servicio 222. Que sienta mayor interés por el trabajo profesional para el que lo contrató la sociedad.

-- ¿Y las agencias privadas?

-- Esos son una manga de ladrones. Les pagan 8 pesos la hora a sus empleados. Todos sus jefes son ex comisarios o gente que estuvo en seguridad en la Policía o en el Ejército. La explotación que se hace del personal también está en la órbita de la seguridad y en eso también habrá que tomar cartas...

-- ¿Cómo se termina con la sensación de inseguridad pública que existe?

-- Para eso hay que tratar de de solucionar el problema social, la marginación. Luego el problema de la droga, la pasta base y todas las drogas que hoy se consumen en Uruguay. Tiene que haber mayor control en los aeropuertos y fronteras con policía especializada para que la droga no entre. No es un tema fácil, pero serán fundamentales los planes sociales que estoy esperanzado de que el futuro gobierno los lleve adelante.

-- ¿Considera que existe una mafia de la droga en Uruguay?

-- La palabra mafia implica muchas cosas sobre una organización creada en Italia hace cuatrocientos años y que tiene códigos propios por fuera de las normas del Estado. Aca lo que hay son pequeños grupos dedicados a traer y traficar droga, que están envenenando a la juventud. Uno de los temas para el próximo gobierno debe ser la capacidad de control de la Policía, cuya función debe ser preventiva antes que represiva. Tiene que haber respuesta para la señora que viene a denunciar que en un lugar hay pasta base, porque se la vendieron a su hijo. No puede seguir este error de las zonas que han hecho con detectives y otras cosas que sólo crean burocracia. Se necesita la vieja guardiacivil de comisarías donde se de respuesta a los problemas.

-- Usted trabajó en Inteligencia, ¿cambió el rol de la inteligencia policial desde aquellos años hasta ahora?

-- El rol de un servicio de inteligencia es el mismo. Obtener y dar información al Estado sobre su seguridad. Eso es Inteligencia. Información. Lo que tiene que venir con el próximo gobierno es una inteligencia puramente para el país.

-- ¿Hoy se hace una inteligencia para agencias extranjeras?

--No puedo decir qué pasa ahora porque no lo sé. Pero antes, toda la vida se trabajó para los americanos, para los judíos y para quienes pusieran más plata. Esa fue mi denuncia y el entonces ministro Antonio Marchesano no hizo nada. Me destituyeron a mí. Y le aclaro que no estoy acá por un puesto ni nada por el estilo. Vine para dar la mano que pueda antes de que asuman diciendo lo que pienso y confío en que el próximo Ministerio y su gente en Secretaría General, que no conozco pero sé que son buenas personas, logren transformar a la Policía en el verdadero guardia civil, guardias de la ciudadanía.

Ver legajos para depurar
-- Este país tiene una historia de gobiernos colorados en el poder. Cuando una década atrás asumió un gobierno blanco, su ministro del interior, el doctor Juan Andrés Ramírez se vio enfrentado a una huelga policial. ¿Cree que algo así pueda volver a ocurrir? ¿Se necesita hacer una purga como en Argentina?
-- Es necesaria una investigación dentro del Ministerio del Interior. Tienen que empezar a estudiar todos los legajos personales de cada integrante de esa fuerza, por lo pronto de la escala de mandos. Ver su historial, saber si tuvieron sumarios por qué los tuvieron, y tener en cuenta todas las denuncias que han habido en materia de corrupción, aunque después cuando llegaron al juez no hubiera prueba suficiente. Hay que hacer una investigación dentro del Ministerio del Interior para depurar la Policía...

-- ¿Quién tendría que hacer esa investigación?

-- Las autoridades que asuman en el Ministerio del Interior con apoyo de profesionales. No pueden ser los propios policías los que investiguen, tienen que ser abogados, que sepan de leyes y de justicia... La otra solución que les queda es ver la gente que tiene posibilidad de jubilarse y volver a darles los dos grados, aunque sea un costo importante para el Estado. Con ese incentivo, los que interiormente están podridos se van a ir y van a poder hacer una Policía nueva, con gente con una mentalidad diferente, no relacionada a ser blanco o colorado, sino con una mentalidad democrática y al servicio del pueblo y del país.

-- ¿Usted considera que la Policía actual es corrupta?

-- No puedo decir que toda la Policía es corrupta, porque sería una blasfemia, pero sí puedo decir que hubo grandes campos de corrupción, algunos que se investigaron y otros que se taparon. Hubo muchas denuncias...

-- En otros países cuando se purgaron las fuerzas militares o policiales, se generó una "mano de obra desocupada", que luego se integró bandas de delincuentes. En Uruguay, llegaron a existir polibandas. ¿Cómo se evita esa eventualidad?

-- Esa es la tarea que puede realizar un Ministerio del Interior que se haya purificado. Controlar y perseguir ese tipo de organizaciones si se forman.

-- ¿Un policía que queda en la fuerza persigue a otro que antes fue su mando?

-- Por supuesto. Uno de los problemas que hay es que el de abajo nunca puede denunciar nada porque después la queda...

-- Usted escribió que vivió 15 años en el infierno, ¿la Policía puede llegar al Paraíso?

-- Al Paraíso, según un concepto religioso, se puede llegar arrepintiéndose de los hechos malos anteriores, así que creo que es posible.

La República
09/01/05

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