24/1/09

La otra guerra sucia de Aussaresses (II)

La doctrina francesa se impone en toda las Américas
La victoria en 1959 de los "barbudos" de Fidel Castro en Cuba, había provocado a los norteamericanos en su patio trasero. Con sus aliados, prepara entonces una organización de combate anticomunista a escala continental. La reciente experiencia de los argentinos les será muy útil. La de los Franceses también. En 1961, con motivo de una misión de la Escuela de Guerra argentina en Perú, uno de los miembros de la misión militar francesa, que participaba del viaje, imagina un curso de lucha anticomunista destinado al conjunto de las fuerzas armadas americanas. Ya existe, por iniciativa de los Estados Unidos, desde un año antes, instalada una estructura, en Fuerte Amador (Panamá) : la Conferencia de los Ejércitos Americanos (CEA). Esta organización típica de la Guerra fría, reúne secretamente cada año a los responsables militares latinoamericanos, con sus homólogos del Pentágono. Allí trabajan juntos con un único objetivo : la interconexión de los servicios de información y la formación homogénea de las fuerzas armadas del continente.

En la reunión de julio de 1961, el general Spirito, jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra argentino, propone la idea francesa a sus colegas y de allí surge el Curso Interamericano de Lucha Antimarxista, dirigido por el coronel Lopez Aufranc, antiguo cursillista de la Escuela de guerra francesa. Concurren y participan en los cursos treinta y nueve oficiales representantes de trece países de América latina y de los Estados Unidos : todo un éxito para el ejército francés.

El embajador de Francia en Argentina escribe en un mensaje al Quai d'Orsay que el papel de los asesores militares franceses "en la concepción y la preparación de este curso fue determinante (...) y se debe destacar la presencia de militares de Estados Unidos entre los participantes a esta pasantía, donde se reserva un lugar importante al estudio de la lucha antimarxista en un espíritu y según métodos que se benefician ampliamente de la experiencia adquirida en este ámbito por el ejército francés." Razón de más para felicitarse porque los militares norteamericanos evidenciaron recientemente ciertos celos con respecto a la influencia de los asesores franceses en los Estados Mayores argentinos y en su escuela de guerra.

Es el preludio a una labor de varios años que culminará con la Operación Cóndor. (Véase más abajo) La misión militar de Buenos Aires sigue abasteciéndose de oficiales especializados. Uno de ellos es la "ESTRELLA" de la escuela de guerra. El comandante Boulnois, autor de numerosos textos sobre la guerra revolucionaria. De él, vale la pena rescatar lo siguiente : "Es mejor matarle al adversario un hombre por día que lanzar una operación con importantes medios que en el mejor de los casos matará diez veces más, pero que, nueve de cada diez veces caerá en el vacío más absoluto, bajo la mirada irónica de la población". [1]

Los cursos contra insurrecciónales franceses están en todas partes. En la Escuela militar, el joven Rafael Videla los aprecia y los enseña. En 1976, dirigirá la junta militar. A partir de las teorías francesas, los militares argentinos tejen un plan bautizado CONINTES (Conmoción Interna del Estado) destinado a prevenir todo movimiento de lucha civil contra el Estado, una circular doctrinal en tres volúmenes, en uso hasta el golpe de Estado de 1976 : el "RC-8-2/operaciones contra fuerzas irregulares". Entre 1956 a 1963, los franceses habrán formado toda la generación en ascenso de los militares argentinos. En 1963, los instructores franceses enfrentan sin embargo un eclipse, luego de que un Golpe de Estado lleva al poder a una franja pro norteamericana del ejército. A pesar de todo, la misión militar francesa se mantiene [2] pasando de la lucha antisubversiva a la venta de armas. Hasta principios de los años 70.

En 1973, se reanudan las actividades. La vuelta del general Perón después de 20 años de exilio, luego su muerte el año siguiente, señalan el principio del caos político en Argentina. El ejército que se considera como el garante de la seguridad del Estado prepara su guerra contra los opositores y las guerrillas de extrema izquierda. En 1973, los soldados argentinos participan en períodos de prácticas de lucha antisubversiva, en particular, en el sur del país. Se les difunden películas sobre la guerra de Argelia. " Solamente las escenas de torturas " dirá uno de ellos. ¡Se trata seguramente de la película de Gillo Pontecorvo, "La Batalla de Argel" de la que Trinquier hizo elogio público, aplaudiendo a su veracidad documental !

En París, se recibe la solicitud del Ejército de Tierra argentino para que la misión militar francesa retome su función original. Pierre Messmer, que se ha convertido en el Primer Ministro de Georges Pompidou, sabe que los argentinos desean la vuelta de los instructores franceses especializados en guerra antisubversiva. Lo confirma hoy : "los querían, los tuvieron... Argentina es un país independiente, no había razón de negarles lo que pedían". El nuevo jefe de misión "tenía el perfil adecuado", admite. Se trata del coronel Robert Servant, que viaja a Buenos Aires el 15 de abril de 1974. Es el hombre que conviene : ex combatiente de Indochina, encargado en Argel, del "Cinquième bureau" del interrogatorio a los "simpatizantes" del FLN conoce en misión en Madrid, al teniente coronel argentino Reynaldo Bignone, uno de los futuros hombres-clave de la junta en el poder en 1976.



Centenares de jóvenes desaparecen diariamente
En Buenos Aires, el coronel Servant se instala... ¡en el Estado Mayor del Ejército de Tierra entonces dirigido por el general Videla ! En el piso 12 exactamente, "frente al mar". Depende de lo Jefatura n° 3 Operaciones, encargada de las operaciones (de la "formación" dirá Servant al juez Leloire, en forma minimalista). Según la comisión de los derechos humanos en Argentina en 1977, la misión francesa está allí para hacer " inteligencia ", traducido quiere decir " delación, tortura e infiltración ". [3]

Interrogado por Le Point, Servant se negó a hablar pero, ante el juez, niega vehementemente esta versión declarando que su papel se limitaba a responder "a las cuestiones de tipo militar" de los argentinos, en ámbitos tan variados como la intendencia, la salud, la Gendarmería, o "distintas cuestiones sobre el desarrollo de nuestra guerra en Indochina". Daba conferencias en la sede del Ejército de tierra o en unidades de provincia. Servant, mantiene distancia con la embajada - lo que confirma el embajador François del Gorce - si ocurren problemas se contacta con el SGDN (Secretaría General de Defensa Nacional), dependencia directa del Primer Ministro, Jacques Chirac que sucedió a Messmer en 1974. Está también en contacto con un jefe del SDECE para Brasil y Argentina, el capitán Pedro Latanne. Quién depende del agregado militar en Brasil, un veterano llegado a Brasilia en 1973. ¿Quién es ? ¡Paul Aussaresses !

América Latina se halla en el infierno. El ejército argentino estableció en 1974 con sus homólogos chileno y uruguayo una cooperación para el secuestro y el asesinato. Los cadáveres se amontonan en Buenos Aires. ¡Gracias a las lecciones de Argelia !

Tal situación no puede escaparle ni al jefe responsable del SDECE, ni a Servant, ni a fortiori a un viejo profesional como Aussaresses. ¡Cuando el juez Leloire, lo interroga no sabe nada, no vio nada, no oyó nada ! Sin embargo, se encontraba como los demás en las primeras localidades para poder apreciar, a principios de 1975, la primera gran operación antiguerrillera llevada a cabo en Argentina en la provincia de Tucumán. El general Antonio Bussi que logrará, un año más tarde, una amplia victoria sobre la guerrilla izquierdista mediante el reagrupamiento de poblaciones, la tortura y las ejecuciones sumarias etc, etc., es también un antiguo alumno de los Franceses.

Su antecesor a comienzos del operativo, el general Vilas, reconocerá más tarde : "aplicamos los métodos establecidos por los Franceses en Indochina y Argelia". Dirá incluso que la obra de Trinquier "Guerra, Subversión, Revolución" es su "libro de cabecera". En la primavera de 1975, por otra parte, las ediciones militares tradujeron todas las obras de los expertos franceses, Trinquier, Lacheroy, etc y es en base a esas mismas fuentes que los militares argentinos diseñan en parte "el orden de batalla" que darán a luz en marzo de 1976, para instalar su dictadura.

Es indudable que combinaron sabiamente las teorías americanas sobre la guerra clásica, la teoría francesa de la contra subversión y el "Esquema Trinquier" : división en zonas, fichaje, allanamientos, tortura y "desapariciones". La batalla de Buenos Aires es la copia fiel de la Batalla de Argel. El que nos lo dice hoy no es otro que el general Bignone, último jefe de la junta militar, en su época adjunto de Videla en el Estado Mayor del Ejército donde trabajaba Servant, que es por otra parte su amigo íntimo. Servant se relaciona también con Albano Jorge Hargindeguy que será desde marzo de 1976, Ministro de Interior de la Junta.



La partida de Aussaresses
Aussaresses deja América Latina en 1975 para "chancletear" entre los vendedores de armas. Sin embargo, apenas llegado a Thomson (hoy Thales), lo contacta su amigo el agregado militar argentino en París, el coronel Parada, para hacerle un pedido de material para las operaciones de Tucumán que continúan. El negocio se hará con intermediación británica.

¡En cuanto a Servant, deja la Argentina en octubre de 1976 - o sea siete meses después del putsch - pero durante este período, no esta al corriente de nada ! Su sucesor, el coronel L'Henoret se muestra muy sorprendido de que no se le hubiera confiado ninguna misión. "Se me pagaba por hacer nada, exactamente solo por mantener la presencia francesa hasta que llegaran días mejores" nos dice. Lo que sucede en realidad es que se pone en hibernación a la misión militar. París, al parecer, ya no quiere tener nada que ver con torturar argentinos a través de sus métodos. 35.000 desaparecidos en total, decenas de miles torturados, encarcelados sin juicio es lo que se llamaría la " guerra sucia ". Una guerra en la que participaron los franceses.

Pierre Abramovici
Le Point, 15 de junio de 2001
El Correo de la Diaspora Argentina




Notas:

[1] "Parade et riposte à la guerre subversive", Ecole Supérieure de Guerre, 12 de enero de 1959. De François Géré, "La guerre psichologique, Editiones Economica, 1997

[2] Los jefes de las misiones serán sucesivamente los Oficiales : de Naurois, Bentresque, Garderes, Boulnois, Cazaumayou, Ossent, Badie y Durieux.

[3] Comisión de los derechos humanos en Argentina. "En Argentina : proceso al genocidio". Elias Quejeteras ediciones. Madrid 1977

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